COLUMNA

El Grillito Sin Censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez

**La tecnología y las preinscripciones…

**Terminaría la corrupción por el ingreso a escuelas…

**30 alumnos como máximo en un aula escolar…

Con la modernidad y los adelantos tecnológicos, las preinscripciones en el Colegio de Bachilleres son por demás “fáciles”; es decir, el aspirante a ingresar, simple y sencillamente ingresa a la página de esa institución y aporta los datos al “sistema” y recibe un número clave, para luego hacer llegar los documentos

correspondientes al plantel de su preferencia; lo mismo pudiera hacerse en las demás escuelas de Educación Básica, con el fin de evitar que los padres de familia tengan que hacer las consabidas filas nocturnas, el apartado de lugares por días, para poder recibir su “ficha” correspondiente que avale su preinscripción; esa sería una buena medida, pues con eso se evitaría la proliferación de “coyotes”, se trataría de terminar con el amiguismo, compadrazgo y hasta con el tráfico de influencias; en pocas palabras, con la corrupción y la venta de lugares de las escuelas preferenciales; claro está, esto significaría una erogación de gastos que tendría que solventar la propia Secretaría de Educación Guerrero, SEG, dependencia que siempre ha tenido problemas económicos y que, a decir de los trinchudos sesudos del gobierno, desde hace décadas ha estado funcionando con números rojos, debido al reparto de plazas sin techo financiero; esto es, desde hace varios sexenios, los gobernadores han venido otorgando claves para beneficiar a sus más allegados, lo malo de todo es que esas plazas, sean de asistentes de servicios, docentes, administrativos y hasta claves de directivos, no tienen el techo financiero correspondiente, asignado por la Secretaría de Hacienda, para ser administrado por la Secretaría de Educación Pública; no obstante, valdría la pena el esfuerzo de crear ese tipo de “sistemas” de preinscripción, de tal forma que el solicitante pudiera anotar hasta tres escuelas de su preferencia para que, automáticamente y de acuerdo a la demanda, le sea asignada la más próxima a su domicilio; con todo ello se evitaría todo ese viacrucis que, año con año, tienen que padecer los padres de familia para “acomodar” a sus hijos en tal o cual institución educativa; claro está, las autoridades tendrían que hacer un esfuerzo y determinar el número de estudiantes que, como máximo, puede atender un docente, pues no es posible trabajar con 40, 50 y hasta con 60 niños o muchachos dentro de un aula de 24 metros cuadrados, lo que hace que las escuelas se conviertan en una sede de locos, donde los más gritones son los que imponen sus dichos, cuando lo más viable sería establecer que cada grupo fuera de 30 alumnos como máximo para poder trabajar muy bien, con seis equipos de cinco estudiantes cada uno; en fin, ahí está la propuesta, esperamos que en lo futuro se tome en cuenta, para beneficio de la sociedad; si no, al tiempo y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com