jueves, 6 de marzo de 2014

COLUMNA

El Grillito Sin Censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez

-Cada fin de bimestre, a los maestros los traen “chandos”…-Los Planes y Programas Educativos están demasiado cargados…-Los maestros habrán de enfrentar un examen para poder sostener su plaza…
 Cada fin de bimestre, las autoridades traen “chandos” a los maestros por aquello de los exámenes, las calificaciones y demás evaluaciones; antaño, solamente se llenaban los cuadros de concentración cada semestre y todo como si nada; ahora, pese a que tanto se ha pregonado de que el docente se va a dedicar exclusivamente al trabajo de enseñanza, la situación administrativa crece día con día; hace años, las boletas de calificaciones se llenaban a fin de cursos, muchos las entregaban a algún escritorio público y otros las
llenaban de acuerdo a sus posibilidades; antes, los maestros tenían la posibilidad de “corregir” las evaluaciones de sus alumnos, de tal forma que, si el estudiante lograba avanzar durante el tiempo del ciclo escolar, se acomodaban para que obtuviera un buen promedio; incluso –hablando llanamente con la verdad –había docentes que aprovechaban la ocasión para quedar bien con “fulanito de tal” o con “perenganita”; es más, si echaban a perder una o dos boletas, tenían de reserva para volverlas a hacer, o aplicaban un examen global para que un alumno se “recuperara”; ahora, gracias al avance de la tecnología, eso se terminó, pero tienen que andar a “las carreras” para tener a tiempo sus evaluaciones y “subirlas” a la red de Internet, a la página del Sistema Estatal de Control Escolar, SECE, pues hay un periodo exclusivo para la captura de calificaciones y otro más para las observaciones y recomendaciones que se hacen a los padres de familia; la desventaja de todo esto es precisamente “el tiempo”; desafortunadamente, por más que un maestro se dedique exclusivamente a la enseñanza de sus alumnos, los Planes y Programas de Estudio de nuestro Sistema Educativo Nacional, están demasiado cargados de temas, propósitos y demás objetivos; a ello habrá que sumarle la complejidad de las cuestiones que ahora se plasmas en los libros de texto que aún entrega la SEP a los estudiantes, cosa que veremos desaparecer, de manera paulatina, con el paso del tiempo; peor aún, hay gente que aún grita y cacaraquea que los maestros no hacen nada y que solamente están esperando cualquier pretexto para faltar a sus labores, pero esa gente no repara en que un docente prepara su clase, elabora sus instrumentos de evaluación –aunque de un tiempo a la fecha, muchos maestros compran los exámenes –y tiene que calificar para poder evaluar el bimestre; definitivamente, ser docente no es cosa fácil, pues recordando las sabias palabras de don Modesto Lidio: “Si el niño aprende, es muy inteligente; si no aprende, maestro negligente…”; nadie, absolutamente nadie ha podido valorar el trabajo de un maestro y ahora, aparte de preocuparse por el tiempo, por tratar de terminar de ver los contenidos con sus alumnos, de verificar que los chamacos aprendieron algo de lo que trató de enseñarles, ahora se ve acosado por las autoridades para que asista a cursos, diplomados y todo lo demás, pues habrá de enfrentar un examen para poder sostener su plaza, de lo contrario será despedido “porque no la hace”; si hiciéramos esto realidad con los políticos, ¿a cuántos ya hubiésemos corrido?; ¡Ah!, pero eso no le compete al pueblo, sino a las élites cupulares de los partidos; veremos qué pasa, pues no nos parece justo que a un docente, luego de haber trabajado por más de 20 años a favor de la educación, le digan que “no sirve como maestro”; si no, al tiempo y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com

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