miércoles, 30 de julio de 2014

COLUMNA

El Grillito Sin Censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez

 -.La Virgen de Guadalupe fue invento de los curas españoles.-.Marcos Cipac de Aquino fue el autor de la pintura que adoran millones de mexicanos.-.Guillermo Schulemburg ya había dicho que todo fue “un precioso sincretismo religioso”.-.Ahora el Papa Francisco dice que todo es una fábula.

Nosotros lo comentamos varias veces: La Virgen de Guadalupe fue invento de los curas españoles con el fin de dominar a los indígenas aztecas que, pese a estar sometidos por el régimen español, seguían adorando a sus dioses como Tláloc, “Dios de la lluvia”; Xochipilli, “Dios de las flores”; Huitzilopochtli, Mictlantecutli y Tonantzin, que significa llanamente, “Nuestra madre”, siendo ésta última la que era adorada por los mexicas en el cerro de El Tepeyac cada 22 de diciembre; sin embargo, por órdenes papales fue cambiado al 12 de diciembre, con el fin de que la “plebe” mexicana acudiera a adorar a la ostentosa Virgen de Guadalupe; lo que muy poca gente sabe –pese a que don Eduardo del Río, “Rius” lo dio a conocer en su obra “El mito guadalupano” –es que en el cerro de El Tepeyac, los aztecas tenían un templo para adorar a la Diosa Tonantzin, siendo precisamente ese mismo lugar donde los curas españoles “montaron” lo que ahora conocemos como Basílica de Guadalupe, “pero la triste realidad –asegura Rius –es que la tal “aparición” nunca tuvo lugar y la imagen divina no es tal imagen divina, sino vil pintura hecha por humanos”; es decir, el mito guadalupano nació en 1648 con un libro publicado por el cura Miguel Sánchez, titulado “Imagen de la Virgen María Madre de Dios de Guadalupe milagrosamente aparecida en la Ciudad de México” y como las presuntas apariciones se dieron en el año de 1531, todo el relajo se dio a conocer 117 años después; por ello, la iglesia “comisionó” a un pintor indígena, Marcos Cipac de Aquino para que pintara, en una tilma, lo que ahora conocemos como Virgen de Guadalupe; Rius ofrece una serie de “pruebas” que demuestran la no existencia de la susodicha virgen, como lo es el caso de la estatura de Juan Diego, que debió de llamarse Cuauhtlactoatzin, pues si el ayate donde está pintada la virgen mide 180 centímetros de largo y éste le llega un poquito debajo de las rodillas, entonces el “indígena” debió de medir unos 2.50 metros, como basquetbolista, ¿o no?; ya en diciembre de 1995, Guillermo Schulemburg, entonces abad de la Basílica de Guadalupe afirmó que “por un precioso sincretismo religioso (Tonantzin) fue sustituida, superada y cambiada por una verdadera devoción a la verdadera madre de Dios”; ahora, luego de que el presunto Juan Diego ha sido beatificado, resulta que el actual Papa Francisco ha dicho que las apariciones de la Virgen de Guadalupe, tan adorada por millones de mexicanos, resultan ser una “fábula”, lo que nos da dos lecturas: 1.- Que todo es un verdadero cuento con que se nos ha visto “la cara” a la gran mayoría de los mexicanos y, 2.- revisando las características de lo que es una fábula, resulta que en ésta intervienen personajes que generalmente son animales, como quien dice, el tal “Panchisco” ha dicho a que los mexicanos, fieles adoradores de la tilma, son una bola de animalejos; en fin, todo depende del punto de vista de cada quien, pero de lo que sí estamos seguros es que, cuando don Francisco venga a tierras mexicanas no será bien visto por las beatas de mi pueblo, mucho menos por la grey católica que ha hecho pingües negocios con la tal Virgen de Guadalupe; veremos qué pasa, si no, al tiempo y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com 

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