jueves, 14 de agosto de 2014

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

 Los lastres políticos de Marcial
A los ex rectores de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), no les ha ido bien en la política externa, una vez que concluyen su periodo al frente de esa institución. Y eso se lee como falta de oficio político. Porque no están preparados para entender ni ajustarse a la dinámica de los grupos, corrientes y tribus incrustados en el PRD, PRI y los partidos pequeños o bonsái. Ni pueden manipularlos como lo hacen reiteradamente con los estudiantes universitarios. En ese carril, son realmente muy pocos los que han logrado escalar posiciones importantes. El más visible ha sido hasta hoy, Florentino Cruz Ramírez, quien arribó primero a la diputación local por el partido Movimiento Ciudadano. Y luego como secretario general de gobierno. No pudo con éste último paquete. Le quemó las manos demasiado pronto. Dos meses después de asumir como responsable de la política interna guerrerense, renunció abruptamente. Pasó a hundirse en el anonimato político voluntario. Pero hay otros que se mueven y aspiran a lo imposible. Como el actual rector Javier Saldaña, quien acaricia la descabellada idea de convertirse en candidato a gobernador, una absurda ambición política a la que ya había aspirado también, el ex rector Arturo Contreras Gómez, actual representante de la SEP en Guerrero. Y hay más.

MORENA: PERDER ACAPULCO.- Desde que llegó como dirigente municipal del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al puerto de Acapulco, el ex rector de la UAG, Marcial Rodríguez Saldaña –también ex priísta y ex perredista-, proyectó muchos problemas para alcanzar ese reconocimiento. Ciertos grupos y personajes de la izquierda histórica como Pablo Sandoval Cruz, utilizaron a la incipiente militancia morenista para desconocerlo como tal. Lo acusaron de promover el fraude electoral, avasallar la asamblea del 19 de mayo de 2013 con personas no afiliadas al Morena, y comprar el voto en 200 pesos con el fin de enquistarse en esa cartera. Pero Marcial desoyó las acusaciones y se aferró con uñas y dientes. Con muchas dificultades, imbricadas por ácidos cuestionamientos, logró quedarse ahí. Con el aval de López Obrador, quien se contradijo muy temprano y tomó distancia del discurso de la honestidad. Hoy, Marcial volvió a tirarle de pedradas al panal saturado de avispas. Porque de la nada y sin declaración pública ni la aceptación política del peje –propietario de esa franquicia partidista-, se destapó como el virtual candidato del Morena a la alcaldía de Acapulco. Y de ahí se abren al menos dos lecturas: 1.- El ex rector Marcial Rodríguez, busca poder. Y su ambición es desbordada, rayando en la enfermedad. Un elemento altamente negativo pesa sobre él: asumió como dirigente municipal de ese partido en 2013 y como tal, no ha gestionado ninguna elección municipal. ¿Podrá sin resultados visibles y como político fundador del Morena, saltar sin más, a la candidatura por la alcaldía porteña? ¿Cuál sería el criterio y el argumento político utilizado por López Obrador, para convertirlo hipotéticamente y tan rápido, en candidato? ¿Ya se dobló la página de la elección fraudulenta celebrada el 19 de mayo de 2013? ¿Es esa la diferencia propagada por el peje, respecto de los demás partidos políticos? 2.- De legitimar la candidatura del ex rector de la UAG a la alcaldía de Acapulco, el Morena está destinado a perder de antemano, la elección constitucional en ese puerto turístico. Porque además de no contar con una estructura electoral sólida en dicha demarcación, el ex rector de la UAG no ha ganado ninguna elección en urnas, salvo la de rector. Arribó como síndico por dedazo, en el periodo de Alberto López Rosas, actual titular de la Secretaría del Trabajo y también aspirante a erigirse en candidato a gobernador por el PRD. Y perdió la elección de diputado local, frente al actual edil capitalino, Mario Moreno Arcos, en la elección de octubre de 1999. Iba en ese entonces, encabezando la candidatura perredista por el distrito uno. Desde esa derrota electoral, Marcial ha deambulado dentro de la estructura burocrática del gobierno estatal. Y “asesorando” a los rectores de la UAG que se dejan. Pero no es en términos amplios, un hombre de resultados. No se anticipa que esta vez haga la diferencia. Como los metales expuestos a la salinidad, ya está corroído. Ese prolongado desgaste es de hecho, su talón de Aquiles.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Ante la visible ausencia de resultados, la Comisión de la Verdad (Comverdad) escarba por donde puede y con lo que puede. Pero sin encontrar más que unos cuantos objetos carentes de valor histórico. Y prácticamente, imposible que se tomen como pruebas de la represión gubernamental contra el movimiento posterior al fenómeno guerrillero conocido como la Guerra Sucia. A los integrantes de la Comverdad no solo se les agota el tiempo y el presupuesto asignado por el Congreso local, sino su propia credibilidad.
dragonato@hotmail.com

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