miércoles, 20 de agosto de 2014

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

 Los cabos sueltos que desaparecen
En los magnicidios políticos siempre hay cabos sueltos que se esfuman y desaparecen. O deliberadamente, los hacen desaparecer. Personajes claves a quienes se precisa silenciar a fin de que verdades infamantes de la vida pública, no se conozcan. Queden sepultadas entre los gruesos muros de los agravios y el olvido. En los lamentos, quejas y protestas que sucumben progresivamente, a los silencios ahogados por el tiempo. La justicia extraviada en las reiteradas poses discursivas simuladoras que rayan en la abyección, por justificar lo injustificable y defender lo indefendible. Una retórica tan nociva como venenosa, por su falsedad y mezquindad. Y todos esos ingredientes dañinos porque su fecha de caducidad ya venció, abren paso a la impunidad como perversa cultura del poder. Con ese precedente llega hoy a su quinto aniversario luctuoso, el extinto político perredista, Armando Chavarría Barrera. Los cabos sueltos no están exentos de esta siniestra trama.

MAGNICIDIOS Y CABOS SUELTOS.- Hay dos políticos guerrerenses que fueron asesinados a mansalva. Y sus crímenes proyectaron la desaparición y la muerte de aquellos personajes que conocieron a fondo, sobre la organización de esos eventos sangrientos: 1.- El ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu, fue asesinado en la calle Lafragua de la ciudad de México, el 28 de septiembre de 1994, cuando salía de una reunión con los 180 diputados federales electos y ante los cuales asumiría el liderazgo de esa bancada. Los disparos de Daniel Aguilar Treviño, se lo impidieron. De las declaraciones del homicida material, se descubrió parte de ese plan y los nombres de los autores intelectuales del crimen. Destacaron Fernando Rodríguez González, su hermano Jorge –quienes purgan una condena de 50 años de prisión por ese delito-, Abraham Rubio Canales, ex colaborador de Ruiz Massieu y ex reo del penal de Acapulco, por un fraude de siete millones de pesos. Pero sobre todo, el entonces diputado federal priísta electo, Manuel Muñoz Rocha. Ese presumible cabo suelto, condujo las sospechas de la autoría intelectual verdadera, hacia Raúl Salinas de Gortari, hermano del entonces presidente del país, Carlos Salinas de Gortari. A pesar de que las autoridades lo buscaron por todos lados, Muñoz Rocha desapareció del mapa político y geográfico. El periodista, ex dirigente del Consejo General de Huelga (CGH) del movimiento estudiantil de 1968 y ex diputado federal, Eduardo Valle El Buho, afirmó en uno de sus artículos que estaba vivo y se paseaba campante y con una identidad falsa, en los Estados Unidos. Ninguna autoridad movió esas turbulentas aguas. Y el cabo suelto tampoco apareció. Pese a ello, Raúl Salinas fue detenido y encarcelado por ese y otros delitos, en febrero de 1995. Fue liberado 10 años después. 2.- En el homicidio del perredista Armando Chavarría Barrera –ocurrido el 20 de agosto de 2009-, aparece el comandante de la Policía Ministerial, Trinidad Zamora Rojo, como uno de los autores materiales de dicho asesinato. Y en una presumible declaración en poder de la Procuraduría de Justicia, así lo admite. Señala al ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, como el autor intelectual del mismo. También al ex titular de la Auditoria General del Estado (AGE), Ignacio Romero Rendón. Ese testimonio habría sido rendido en los inicios de junio de 2011. Y el 17 de ese mismo mes, el policía fue asesinado. El asunto jala por dos cosas: en primer lugar, esa declaración estaba en poder del entonces procurador, actual secretario del Trabajo y aspirante del PRD a gobernador, Alberto López Rosas. Y no la ventiló. Ni le dio protección a Zamora Rojo, por lo delicado y trascendental para la vida pública, de la versión que rindió. Y por el otro lado, la maniobra despide un fuerte tufo político. No solo por el desarrollo del quinto aniversario luctuoso del inmolado político y dirigente perredista, sino porque está muy cerca la definición de los nombres que competirán por el gobierno estatal en el PRD y en el PRI. Y se hace preciso fortalecer, pero también desechar a muchos de los aspirantes. El caso Chavarría se desempolva así, no como una forma de incrementar la esperanza de justicia en su familia y seguidores, sino básicamente, con fines político-electorales. Muchos de los actores que van montados en esa rueda así lo perciben. Y por esa razón, le están atizando al escándalo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El diputado federal priísta, Manuel Añorve Baños, ha comenzado a ofertarse y a cabildear con algunos periodistas nacionales, a fin de montarse otra vez, como candidato a gobernador por su partido. Pero el despiste del columnista Ricardo Alemán de El Universal, es tan disparatado, que ubica al rector de la UAG, Javier Saldaña, como la eventual competencia de Añorve. Y dicho escenario no está configurado ni en el PRD ni en el PRI. Añorve busca en realidad, ser visto por Peña Nieto. Pero está muy desgastado como para lograr esa hombrada.
dragonato@hotmail.com 

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