miércoles, 6 de agosto de 2014

NOTA ROJA

Miedo de víctimas, liberen a 
Los Kaori y tomen venganza

ACAPULCO, GRO.—Debido a que se ha demorado el proceso de la banda “Los Kaori” que en su haber habían secuestrado a 30 estudiantes, los familiares de las víctimas sospechan que estos han comprado a las autoridades judiciales guerrerenses, por ello están gestionando que atraiga el caso la Procuraduría General de la República (PGR).

La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, recibió una denuncia de los padres de familia, porque hasta este momento ya debieron haber dictado auto de formal prisión por parte del juez de la causa dependiente del Poder Judicial que encabeza la magistrada Lambertina Galeana Marín.
Existe temor de que los miembros de la banda “Los Kaori”  queden en libertad y puedan tomar venganza, ya que son unos sanguinarios, pues entre 2010 y enero de 2013,  secuestraron y asesinaron a unos 39 jóvenes acapulqueños, según cálculos de familiares de los plagiados. 
Con la denuncia de Elisa, madre de una de las víctimas, se logró la captura de esta banda de secuestradores, pues recordó la última conversación telefónica que tuvo con su hijo, el mismo día de su secuestro: él dijo que una amiga del ITA, Leslie Cahori Jiménez García, lo había invitado insistentemente a su casa. 
Al momento que la madre de Arturo levantó una denuncia penal, ahí mencionó ese hecho. La policía localizó e interrogó a la estudiante y descubrió en su teléfono celular videos de jóvenes siendo sometidos a tortura. Su modus operandi consistía en elegir a alguno de sus compañeros, lo invitaban a salir, lo llevaban a una casa de seguridad y ahí lo secuestraban. 
Luego de obtener el rescate lo ahorcaban con un cable de luz y lo descuartizaban con un hacha. Tiraban sus restos en algún lugar. Solían ir a los funerales de sus víctimas para dar el pésame a las familias.
Leslie Cahori era la única mujer de la banda, contaba con 20 años de edad y era estudiante de ingeniería en gestión empresarial en el ITA. La banda estaba compuesta por otros ocho jóvenes: Luis Gerardo Gálvez Orihuela, El Güero; Marco Antonio de la Sancha Orihuela, El Marco; Josué Méndez Orozco, El Tío; Luis Enrique Abaunza Salazar, El Cuajo; Seth Jaramillo Romero, El Zetín; José Roberto Juárez del Carmen, La Cuija; Fernando Arizmendi Cruz, El Chiche; y Alexis Monsalvo Jaramillo, El Lalas. Varios de ellos se conocieron desde que estudiaban bachillerato en el CETIS 116.
 La mayoría ingresaría después al ITA, donde se consolidaron como banda. Según sus declaraciones, contenidas en la averiguación previa FECIS/004/2013, cada uno tenía asignada una función específica en el grupo. 
La casa de seguridad donde tenían en cautiverio y mataban a sus víctimas se ubica en la colonia Balcones de Costa Azul, en Acapulco. Pagaban 6 mil pesos mensuales de renta.
Los familiares de las víctimas coinciden en que, en efecto, los muchachos eran estudiantes responsables y sin vicios, algunos provienen de respetables familias acapulqueñas. Y a Leslie Cahori la veían como una “jovencita tierna y cariñosa” que solía ir a visitarlos a sus casas.
La banda de“Los Kaori” está detenida en el Centro Regional de Reinserción Social de Acapulco y sujeta a un proceso que se ha ido demorando.  

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