miércoles, 17 de diciembre de 2014

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

La intolerancia del MPG y Ceteg contra la prensa
El Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y los maestros de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), volvieron a mostrar su rostro intolerante. Ahora no solo contra los ciudadanos comunes, sino también contra el gremio periodístico. Progresivamente, todo aquello que huela a eventos públicos se convierten en objeto de boicoteo por parte de ambas organizaciones “sociales”, pero que esconden en realidad, a vándalos y retrógradas en potencia, cuya única forma de trascender en la vida pública, es recurriendo a la violencia. Los
hechos que los desnudan en todo su primitivismo están a la vista. Por elocuentes, son hasta tercos.
HISTERIA RETRÓGRADA.- En el municipio de Tlapa de Comonfort, 60 familias de comunicadores se reunieron el pasado sábado 13, para celebrar una ceremonia de premiación periodística. Casi todos los galardonados habían cubierto puntuales, los eventos posteriores a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurridos en el municipio de Iguala. Eso desató sin motivo aparente, la histeria y la furia del MPG y de la Ceteg. De acuerdo a los propios periodistas agraviados, ambas organizaciones, “privaron de su libertad, golpearon, vejaron públicamente y amenazaron a estos 60 colegas con sus respectivas familias”. Y lo anterior se lee desde la intolerancia que provee la oscuridad: 1.- Para el MPG y la Ceteg, el desorden social provocado por ellos, se convirtió en una oportunidad para atentar no solo contra los ciudadanos comunes, sino contra la prensa, un reducto de libertades ganados también a base de sangre, represión y esfuerzo. Mucha de ella incluso, que ha estado de su lado en los movimientos emprendidos por las organizaciones sociales contra el poder público. 2.- No existe una lógica prudente en el actuar de la Ceteg y del MPG, sino ir en contra de todo aquello que implique reuniones masivas. Sin un objetivo concreto. Es evidente que buscaron acaparar dos cosas: la atención de los reflectores públicos y el incremento de la presión contra el gobierno estatal y federal, al agredir a la prensa. Pero olvidan un peligroso detalle: el periodismo es el portavoz de los intereses ciudadanos. Es cierto que en algunos casos esta percepción se ha desvirtuado, pero en términos estrictos así es. Al agredir a las familias de los periodistas y a los propios comunicadores, se instalaron en automático, en contra de los intereses de la ciudadanía que dicen defender falsamente en el discurso. Fue un claro ataque de pueblo contra pueblo. Un error de hordas sin visión ni talento. 3.- Al interior del movimiento que pide la aparición con vida de los 42 normalistas desaparecidos, han ocurrido infiltraciones visibles de personajes que nada tienen que ver con ese movimiento. Unos cuantos líderes se apoderaron de los micrófonos. Manipulan y hablan a nombre de los padres de familia agraviados. Y existen trascendidos de que hasta la delincuencia organizada se encuentra camuflada a su interior. Al actuar en una forma poco ortodoxa y con evidentes destellos delictivos contra la prensa, tanto la Ceteg como el MPG lo estarían confirmando. 4.- Secuestrar durante ocho horas consecutivas a los periodistas y sus familias y luego exigirles dinero como requisito para liberarlos, se convirtió desde donde se le vea, en un acto a todas luces delictivo. Y merece no solo la condena del gremio, sino la respectiva denuncia ante la agencia del Ministerio Público. Es obvio que las autoridades locales nada harán para frenar esta ola de impunidad de estos “grupos sociales”,  pues no encuentran la fórmula para controlar y meter al orden el conflicto público derivados de la actual crisis. Pero sirve como antecedente para desenmascarar a todas estas turbas sin rostro, que venden la infamante idea de combatividad social contra los gobiernos y el poder público, pero terminan instalados en una espiral delictiva. Porque ante el desorden, lo que se apodera de la vida social son la anarquía, los excesos y la impunidad. Lo peor no es eso, sino que una minoría social mantiene en vilo a todos los guerrerenses. Y la prensa no escapa a esta intolerancia regresiva que se institucionaliza y se oferta como benéfica y victimizada.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como para arar en el camino rumbo a la candidatura priísta a gobernador por segunda ocasión, el diputado Héctor Antonio Astudillo Flores, propuso en la tribuna del Congreso local, un incremento al presupuesto de la normal rural de Ayotzinapa, por el orden de los 30 millones de pesos. ¿Es realmente la solución para refundar y encauzar esa normal, o nada más lo hizo para ganar adherentes hacia dentro como fuera de esa institución, en una coyuntura electoral?...El rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán, refrendó el carácter social de dicha institución al sesionar el Consejo universitario en El Paraíso, municipio de Atoyac. Y asignarle el nombre de Lucio Cabañas Barrientos, a la preparatoria popular de ese lugar que se convirtió ya, en la número 45.
dragonato@hotmail.com

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