miércoles, 7 de enero de 2015

ARTICULO

Radiografía del 
ejecutivo estatal

Efraín Flores Maldonado *


Guerrero se encuentra transitando en un proceso de convulsión política producto de los efectos primarios y secundarios de la masacre y desaparición de los jóvenes normalistas. La licencia provisional que presentó Ángel Heladio Aguirre Rivero dibujó un espacio de profundo vacío político en el que las razones y las pasiones generaron profunda anarquía en la vida social del Estado. La designación de Salvador Rogelio Ortega Martínez como gobernador sustituto significó un tanque de oxígeno en la asfixiante atmosfera política contaminada de sangre. El nuevo ejecutivo
estatal se ubicó en el desafío de empezar de cero su primigenia labor política. Generar las bases indispensables para propiciar el retorno de la estabilidad política; Iniciar un profundo proceso de reconciliación entre las diversas porciones de la sociedad civil participante y de la expectante y principalmente generar condiciones para aplicar la ley a los responsables materiales e intelectuales del atroz asesinato y secuestro. Ir a fondo y alcanzar a los distintos servidores públicos que pecaron por omisión. Paralelo a esto, normalizar el funcionamiento del gobierno estatal y sustituir en el gabinete a servidores públicos ineptos y ladrones que por amistad y parentescos, indebidamente, en la tranquilidad de cualquier amanecer fueron ungidos en diversos encargos que por su ignorancia y estupidez no estaban preparados para desempeñar. Los días y semanas que han transcurrido han ido mostrándonos el tortuoso camino que ha tenido que recorrer Salvador Rogelio Ortega Martínez. Las pinceladas de su prudente acción política van mostrando la fisonomía humana e intelectual del nuevo gobernador. Cambios estratégicos como los realizados en la Secretaria de Gobierno donde designó al doctor David Cienfuegos Salgado, que se ha convertido en discreto pero eficiente operador político del Ejecutivo. Activo desde las primeras horas del día y las primeras de la mañana siguiente. Doctor en derecho, David Cienfuegos Salgado ha privilegiado el dialogo y la concertación y en ese camino todos los días teje con hilos de oro distintas respuestas a las gestiones y carencias que personas y organizaciones tramitan en su oficina. Otros cambios ha operado el Gobernador, todos con la intención de atender y resolver, pero sobre todo, de que la acción en cadena del gobierno estatal regresen a Guerrero a la normalidad política. Más allá de la excelente formación académica de Ortega Martínez, lo verdaderamente meritorio y sorprendente es su tenaz actitud de mantener su oferta de diálogo y concertación para encontrar solución a los distintos problemas del Estado. En público y en privado el Ejecutivo Estatal se declara y se conduce rechazando alguna idea que justifique la represión a los opositores de todo tipo. Su tolerancia se muestra al extremo en el caso de estudiantes, maestros, padres de familia y organizaciones que protestan en las calles por el caso Ayotzinapa. Esa es la fotografía y la radiografía que el suscrito mira y admira de Ortega Martínez, lo que debe merecer el reconocimiento solidario de los guerrerenses. La represión históricamente ha sido el remedio más fácil que nos han aplicado gobernantes ineptos, corruptos y estúpidos y en cada tramo del tiempo se ha dibujado la rebelión popular para enfrentarlos y derrocarlos. Por eso creo que es valioso tener un gobernador convencido de que el dialogo es el camino para construir acuerdos y la mejor vereda que nos conduce a la paz. Hago votos por la consolidación de un ejecutivo estatal fuerte, inteligente y laborioso que en el corto plazo nos dote de plena seguridad pública y de la paz necesaria para inaugurar un tiempo nuevo en el que los guerrerenses disfrutemos de un mejor desarrollo social  y político. Es todo. *Doctorante en Ciencia  Política.

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