martes, 6 de enero de 2015

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

El saco que se puso Vidulfo
Conforme pasan los días, el movimiento social también se desvirtúa. Adquiere matices inéditos en una coyuntura en la que cualquier negociación tiende a su encarecimiento natural, en función de la fecha electoral que se aproxima. De lo anterior se desprenden varios hechos ligados a la movilidad tanto de líderes, como de organizaciones sociales que se ofertaron inicialmente como ciudadanas. Pero al final, su actividad también se observó inoculada por los males más agudos de una sociedad guerrerense enferma y descompuesta por las cuestionables acciones tanto de personajes, como de instituciones. Habría que ubicarlas para entenderlas mejor.

DECADENCIA EN TODOS LADOS.- El gobernador Rogelio Ortega, hizo una revelación que a estas alturas, todo mundo ya procesó desde muchos años atrás: “algunos líderes lucran con el movimiento normalista de Ayotzinapa”. Ante esta expresión, uno de los primeros que se puso el saco, fue el coordinador del área jurídica del Centro de Derechos Humanos de La Montaña, Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra. Lo evaluó como una denostación y descalificación. Fue incluso, más allá al asegurar que el actual mandatario estatal  “está claramente alineado a la política del gobierno federal”. De ahí se desprenden las lecturas: 1.- Vidulfo Rosales es uno de los personajes que se ha involucrado visiblemente, en la exigencia reiterada de presentar con vida a los 42 normalistas desaparecidos. Es decir, se puso a la cabeza de ese movimiento. Y se ha opuesto soterradamente y no ha dejado destacar en ese sentido, a los verdaderos padres de familia agraviados. Hizo suya una causa con la que se observó denodadamente interesado, pero sin que ninguno de los normalistas desaparecidos sea su hijo. O por lo menos, su pariente cercano. Es obvio que esconde intereses personales inconfesables tras la presión de ese movimiento. Por eso brincó de su asiento cuando el gobernador Ortega Martínez, destacó la naturaleza lucrativa de esos liderazgos. Se dio por ofendido y contraatacó. Pero en realidad, lo desnudaron en toda su dimensión. 2.- Cualquier mandatario estatal, sea de oposición partidista o afín al instituto político que llevó a la presidencia de la república a su actual inquilino, debe mantener una relación de cortesía política y puertas abiertas con él. No hacerlo significaría trozar una cuerda a través de la cual se obtienen recursos para los distintos programas públicos aplicados a las necesidades sociales más apremiantes. Por eso, el discurso de Rosales Sierra, además de simplemente contestatario, es radical y sin mucho comtenido: “El gobernador está claramente alineado a la política del gobierno federal”. El punto en realidad no es que esté alineado o no al gobierno de Peña Nieto, sino cuál es la propuesta viable e inteligente de Tlachinollan y Vidulfo, para sacar del atraso y del subdesarrollo a la entidad. Atacar por atacar para ejercer presiones, va dejando de ser atractivo y se pervierten sus fines. ¿O es que acaso el gobernador está obligado a romper relaciones con la federación, solo para darle gusto a un solo individuo que desconoce la dinámica del poder o lo hace así por convenir a sus personales intereses? 3.- Desde que asumió como gobernante interino, Rogelio Ortega se ha caracterizado por su excesivo uso de la tolerancia con el movimiento de protesta de los normalistas de Ayotzinapa. La prueba tangible de todo lo anterior, es que hasta la fecha no hay ningún estudiante o maestro de la Ceteg detenido, por los desmanes y saqueos cometidos a tiendas departamentales, camiones comerciales repartidores y dinero obtenido ilegalmente de los secuestros a las casetas de cobro de la Autopista del Sol. Pese a ello, Vidulfo Rosales lo calificó como “un títere de la federación, que acata a pie juntillas sus órdenes, porque la idea de la federación es reprimir, dar una salida violenta, represiva, a la crisis política que se está viviendo”. ¿Acaso para Vidulfo, lo idóneo es que el manoseado estado de derecho siga siendo pisoteado por unos cuantos, entre ellos los propios miembros de Tlachinollan, la organización en la que se cobija? ¿Espera que la federación y el estado los dejen seguir cometiendo más saqueos y hasta el bloqueo del proceso electoral de junio próximo, amparados en un movimiento que ya dejó de pertenecerles pero que han patentado una y otra vez como suyo, hasta el grado de desvirtuarlo? Es claro que los liderazgos también se corrompen. Aunque por obvias razones, lo nieguen.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Otra de las organizaciones sociales que fue infiltrada por el crimen organizado, es la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG). Resulta que el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSJC), que opera en el valle de El Ocotito, fue horadado por grupos criminales y eso provocó la división entre los comunitarios de ese lugar. Por eso mismo, el dirigente de la UPOEG,  Bruno Plácido Valerio, informó que habrá cambios en el SSJC. Como otras organizaciones y liderazgos, las policías ciudadanas también se están corrompiendo.
dragonato@hotmail.com

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