viernes, 30 de enero de 2015

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

 Las heridas políticas del Morena
La crisis de Iguala del pasado 26 y 27 de septiembre, también lastimó sensiblemente al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y a su propietario, Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido dos veces candidato presidencial por el PRD. De lo anterior se parte para armar el escenario en el plano local, con miras a la elección de gobernador del próximo 7 de junio. Y las pistas podrían no ser tan alentadoras para este naciente instituto político que, pese al manejo discursivo de la honestidad en los medios de comunicación y como fórmula para ofertarse exitosamente entre los ciudadanos, ha fracasado rotundamente en ese intento. Hay que pulsar algunos pasajes en concreto.

MORENA: EQUIVOCACIONES Y SOLEDAD ELECTORAL.- El partido Morena enfrenta escenarios político-electorales que no son tan benéficos para su crecimiento y consolidación en Guerrero. El caso Iguala los tocó de muerte. Los hechos así lo señalan: 1.- Andrés Manuel López Obrador, se equivocó  desde el principio. A pesar de ser un viejo zorro de la política nacional, no alcanzó a olfatear las trampas tendidas. Porque una vez obtenido su registro como partido político, la primera maniobra que operó en Guerrero, consistió en designar a su candidato a gobernador. La disputa quedó reducida a solo dos personajes: el alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto. Y el entonces secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso. El dueño del Morena optó por el segundo, sin detenerse a evaluar a fondo su currículo político. Porque Mazón Alonso, no entregó sus cuentas públicas de los dos periodos que fungió como alcalde de Iguala. Eso le valió la implementación de una averiguación previa en la Procuraduría de Justicia, por parte de la Auditoria General del Estado (AGE), que luego se quedó archivada. Todas esas omisiones le fueron perdonadas. Vino después lo peor: al estallar el escándalo de Iguala, el ex secretario de Salud apareció como uno de los principales impulsores políticos del ex edil defenestrado de ese municipio, José Luis Abarca Velázquez. Y esa polémica relación también alcanzó a chamuscar al propio López Obrador. De cara a la cercana elección de gobernador, es un pasivo del que no podrá desprenderse con facilidad. 2.- Desde donde se le vea, el Morena va a dividir a toda la izquierda. Y eso ayudará a que el PRI se instale en la previsible e hipotética ruta de su regreso al gobierno estatal. Porque como es su primera elección, no podrá formar alianzas o coaliciones electorales con ningún partido político, de acuerdo a la normatividad electoral vigente, que pondera la obtención mínima del 2 por ciento de la votación para que los partidos políticos con registro nuevo, puedan mantenerlo. Y además, López Obrador mantiene una pugna política irreconciliable con la tribu los chuchos de Nueva Izquierda (NI), la dominante en el PRD. Impensable un acuerdo electoral en la cercana prospectiva del poder. Mucho del voto duro perredista se irá indiscutiblemente con el Morena. Pero eso no garantiza que pueda mantener su registro como partido. La factura política derivada de la crisis de Iguala, también le será cobrada indiscutiblemente, a todas las huestes de López Obrador en Guerrero. 3.- El Morena proyecta además otra debilidad política muy visible: su candidato a gobernador es un perfecto desconocido en la entidad. Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, carece además, de un discurso político convincente y creíble. Lo acaba de refrendar en una breve entrevista al periódico La Jornada Guerrero, en la cual se pronunció abiertamente por la cancelación de la elección del 7 de junio. “Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada. Si el pueblo, si la sociedad dice que no va a haber elecciones, no vamos a estar en contra de ellos, ¿verdad?” De golpe, el candidato a gobernador por el Morena, se ubicó del lado de la anarquía de unos cuantos a los que percibe como “el pueblo”. Y se rebeló contra las instituciones y el propio Instituto Nacional Electoral (INE), que le dieron vida a su partido justamente, para que pueda competir en los distintos procesos electorales. ¿Será porque acaso los números ya no le cuadran a López Obrador en Guerrero y será imposible que alcance el 2 por ciento de los votos? Lo único cierto es que el Morena también acusa nerviosismo y preocupación. Por una simple razón: después de los hechos de Iguala, su credibilidad también colapsó. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Pese a su terquedad y aferramiento para alcanzar la candidatura perredista y luego la alcaldía de Acapulco, el ex diputado local por ese partido, Evodio Velázquez Aguirre, no puede con la realidad e intenta encarecer la negociación. Porque es obvio que el diputado local, Ángel Aguirre Herrera, ha sumado los apoyos de varias tribus. Incluyendo la UIG, el GG y hasta NI. Y Evodio no tiene nada. Por eso apela a lo único con lo que pueda fintar: los sondeos estadísticos. Está francamente, desesperado.
dragonato@hotmail.com

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