Alí Babá y 40 ladrones
Apolinar Castrejón Marino
Hoy vamos a contarles el cuento de Alí Babá, quien era un leñador pobre, pero bueno, honesto y trabajador, y tenía una esposa que se llamaba Luz de la Noche. Y también tenía un hermano llamado Kasím, que era muy rico, pero que era tramposo, vil y oportunista.
Un día en que Alí Babá estaba en el bosque cortando leña oyó ruido de caballos que se acercaban. Desde lo alto de un árbol, vio como pasaban 40 jinetes en sus cabalgaduras, llevando unas bolsas muy pesadas.
Un poco más adelante, se detuvieron ante una enorme roca, ante la cual uno de los jinetes, que parecía ser el jefe pronunció unas extrañas palabras "¡Ábrete Sésamo!" y al instante, la roca se abrió por en medio, y los jinetes bajaron de sus cabalgaduras y empezaron a entrar de uno a uno.
Alí se acercó a espiar, y vio como vaciaban sus bolsas, que contenían oro y joyas. Entonces se dio cuenta que eran ladrones, y que ahí escondían el producto de sus robos. Al poco tiempo, los ladrones empezaron a salir, y cuando todos estaban fuera, el jefe ladrón gritó a la roca ¡Ciérrate Sésamo!, y la roca se cerró nuevamente.
Cuando todos se fueron, Alí quiso ensayar todo lo que había visto: se paró frente a la enorme roca y pronunció las palabras mágicas ¡Ábrete Sésamo!, y la roca se abrió ante su conjuro. Entró y vio del enorme tesoro que estaban acumulando los 40 ladrones. Llevaba una pequeña bolsa, donde empezó a guardar diamantes, collares y monedas de oro.
Cuando llegó a su casa le mostró a su mujer las joyas y ella empezó a llorar, pero él le contó la historia, advirtiéndole que no debería contarle a nadie, por el riesgo de que al enterarse los ladrones vinieran a matarlos. Acordaron que debían enterrar el tesoro, pero podrían gastar discretamente para comer mejor y quizá comprar algo de ropa.
Mas, con la ociosidad que caracteriza a las mujeres, Luz de la Noche quiso saber cuánto era el tesoro que ahora tenían. Tuvo la mala idea de ir a la casa de Kassim y pedir prestada una balanza. Kassim no estaba en ese momento, y su esposa que era muy recelosa, pensó que quizá pesarían granos, y para saber cuáles, le puso a la balanza una pizca de cera en el fondo.
Por la noche, cuando Alí estaba dormido, su esposa se puso alegremente a pesar sus joyas y gemas. Al día siguiente fue a devolver la balanza a su concuña, sin darse cuenta que en el fondo de la balanza se había quedado pegado un pequeño rubí. Pero la esposa de Kassim si pudo darse cuenta de las joyas que tenían Alí y su esposa. Muy enojada, corrió a la casa de sus parientes, y entró como un torbellino reclamándoles:
-¡Sinvergüenzas! ustedes siempre fueron unos pobres gatos. Díganme de dónde sacaron ese maravilloso tesoro si no quieren que los denuncie a la policía. Alí Babá, resignado, comprendió que lo mejor sería contarle la verdad.
Kassim, que era muy ambicioso dijo que iría por su parte del tesoro. A la mañana siguiente, partió con 12 mulas de carga. Cuando estuvo frente a la roca mágica, pronunció las palabras mágicas "¡Ábrete Sésamo!" y al instante, la roca se abrió. Kassim entró, y quedó maravillado de la riqueza que había ahí.
Dijo las otras palabras mágicas ¡Ciérrate Sésamo!, y se puso a llenar sus bolsas de oro y joyas, y a cada instante se maravillaba más de las enormes gemas y pesados objetos de oro. Con cinismo, dijo para su interior “Gracias al tonto de mi hermano, soy el hombre más rico del mundo".
Cuando llenó todas sus bolsas se dispuso a salir, y muy emocionado le dijo a la roca: "Alpiste: ábrete", pero la roca no se abrió. ¡Por Dios! dijo Kassim, olvidé el nombre de la semilla. Desesperado, empezó a pronunciar el nombre de todas las semillas que recordaba: "Cebada: ábrete"; "Maíz: ábrete"; "Garbanzo: ábrete". Pero la roca ni se movía.
Completamente asustado, ya no sabía qué decir: "Zanahoria: ábrete"; "Coliflor: ábrete"; "Calabaza: ábrete". Hasta que la roca se abrió. Pero no por Kassim sino por los cuarenta ladrones que regresaban. Y cuando vieron a Kassim, se enojaron mucho porque les estaba robando, y al instante le cortaron la cabeza.
A propósito de ladrones ¿Cómo ve ese asunto de que están atrapando a los familiares de ángel Aguirre?
Para documentar su emoción, les diremos que según las estadísticas, de todos los políticos que se ven envueltos en escándalos, solamente el 3 % es llevado a juicio, y que de esos, 2 son absueltos por que las autoridades no saber armar una averiguación previa. Y si acaso alguno de ellos es incriminado, casi nunca pisa la cárcel, como Elba Esther Gordillo o Andrés Granier.
Y aun estando tras las rejas, viven como reyes y en pocos años los liberan como a Raúl Salinas de Gortari, y pueden disfrutar su riqueza mal habida.
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