jueves, 26 de febrero de 2015

COLUMNA

El Grillito Sin Censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez

-.Terrible y salvaje la acción de los antimotines. -.El maestro Claudio Castillo estaba impedido de las piernas. -.Fue un crimen por demás brutal que se debe de investigar. -.Lo insólito: ¡¡¡Los antimotines nunca golpearon al mentor‼! -.Otro crimen cometido por el Estado.

Terrible y salvaje fue el actuar del cuerpo de granaderos de la ya famosa “Gendarmería Federal”, cuyos integrantes se han manifestado en ser una bola de asesinos, de criminales escondidos tras un uniforme antimotín, armados con peligrosos toletes, escudos y hasta botas tipo militar; lo que cometieron en Acapulco fue un crimen por demás brutal en agravio del maestro jubilado Claudio Castillo Peña quien nada pudo hacer para defenderse, toda vez que se encontraba discapacitado ya
que tenía que usar bastón para desplazarse de un lado a otro; nosotros lo conocimos en las concurridas marchas realizadas en Chilpancingo, Iguala, Acapulco y hasta en la Ciudad de México, cuando participó en la lucha contra la Reforma Educativa, por la democratización de la Sección 14 del SNTE, por el incremento salarial del 100% y los 90 días de aguinaldo; los antimotines no dudaron en bajarlo de la camioneta de sonido en la que usualmente se desplazaba el reconocido mentor; les “valió” tener a su merced a una persona indefensa y arremetieron contra ella a golpes de tolete y patadas, hasta dejarlo gravemente herido con traumatismo craneoencefálico que, a la postre, terminaría con su existencia; fue un crimen multitudinario, un crimen de Estado, pues fue brutalmente masacrado por las fuerzas que presuntamente están al servicio del pueblo, pero que de un tiempo a la fecha, se han convertido en las fuerzas represoras para contener las múltiples manifestaciones de repudio en contra del gobierno del ignorante, maquiavélico, mordaz criminal y muñeco de plástico, Enrique Peña Nieto, pues es él el responsable de todo lo que está pasando, no solamente en Guerrero, sino en todo el territorio nacional que, a raíz de la aprobación de las Reformas Estructurales mandatadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, se ha convertido en todo un polvorín y pudiera estallar, de un momento a otro, un conflicto social de lamentables consecuencias, máxime que a diario los “arrastrados lamebotas” del sistema, los descerebrados que ven Televisa y TV-Azteca, se manifiestan en las redes sociales para repudiar al Movimiento Social de los 43 normalistas desaparecidos y aplaudir el actuar de los criminales policías; lo peor del caso es que el asesinato del maestro Claudio Castillo Peña pudiera quedar en total impunidad, pues ahora resulta que, a decir del Comisionado Regional de Seguridad Nacional asegura que el mentor jamás fue golpeado por los antimotines y que, por el contrario, en su afán de escapar de la furia policiaca, trató de correr por lo que fue “aplastado” por la muchedumbre de trabajadores que huían de la brutalidad de la Gendarmería; una mentira vil y total, pues los que conocimos a Castillo Peña, sabemos que él sabía de sus limitaciones y seguramente se quedó “encapsulado” en la camioneta de sonido en la que solía transportarse para emitir consignas y pronunciar discursos en contra del gobierno que ahora terminó con su existencia por lo que indudablemente, los demás lesionados se dieron de golpes contra el pavimento; en fin, sabemos que a partir de ahora, los mandos policiacos habrán de buscar uno y mil pretextos para justificar su salvaje acción, jamás van a aceptar que sus “angelitos antimotines” fueron los causantes de una muerte más –aunque se habla de dos fallecidos –pues seguramente agredieron a los maestros con ramas nardos, gladiolas y pétalos de rosas; por eso era imposible que dejaran más de 40 descalabrados, cuatro de ellos con traumatismo craneoencefálico que pone en riesgo su vida; sería bueno que se indagara, primero quién dio la orden y, segundo, quienes fueron los criminales policías que arremetieron contra el maestro Claudio, al que bajaron de la camioneta a empellones para luego masacrarlos brutalmente, pese a que el hombre estaba impedido de las piernas, de otra forma hubiera huido corriendo; veremos qué pasa, si no, al tiempo y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenared@hotmail.com

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