jueves, 26 de marzo de 2015

PRIMERA PLANA

Despoja Zeferino a su padre de
 bienes: TAB/CAZ/04/0034/2015


Luis García Arteaga.ACAPULCO, GRO.--Don Luis Torreblanca González, en pleno uso de sus facultades, levantó un imperio comercial de la nada. De vender sobre las banquetas en El Parián de Acapulco, se convirtió en próspero empresario propietario de una empresa que le dio millones, Operadora LUTOGO.
Don Luis, como le llaman quienes le han conocido. Látigo Negro, como le dicen sus entrañables amigos, fue propietario del Supermercado ubicado donde antes vendió en la banqueta, La Negrita, ubicado en El Parazal.

Para quienes son nuevos acapulqueños les diremos que esa propiedad se ubicó donde se encuentra actualmente el viejo mercado de artesanías.
Luego construyó el famoso Súper Súper, frente a la Playa Hornos. Fue la tienda de lujo del Acapulco que con nostalgia hoy todos añoramos. Fue el tiempo en que los dólares corrían por las calles de la ciudad; todos les dábamos alcance. Se hablaba inglés por todos lados. A su tienda llegaron de compras famosísimos entre los famosos de Hoollywood. Ahí están las fotos.
Hoy, en el mismo lugar, existe una bodega Aurrerá. Antes vendían productos de importación. Hoy es importante comprar ahí por los descuentos que ofrecen. La propiedad, sin embargo, le pertenece aun a la operadora TOGAL, que fue propiedad de Don Luis hasta hace unos cuantos meses.
Y decimos que fue de su propiedad porque, según la denuncia interpuesta ante un juzgado penal, Don Luis fue despojado por sus hijos. Le falsificaron su firma para quitarle la administración de la operadora LUTOGO y confinarlo a una mínima pensión que debía recibir encerrado en un departamentito. Ellos dicen que ya no goza de sus plenas facultades para manejar los millones que ahí se administran.
Torreblanca González, originario de San Jerónimo, Guerrero, es uno de los íconos vivos que le quedan a Acapulco. Otros fueron Manuel Pérez Rodríguez, fundador del periódico Trópico; otro fue Pedro Kuri Yazbeck, dueño de Driles y Casimires; ¿Cómo no recordar a Reynaldo Manzanares o a Marco Antonio Manjarrez? Ellos, y otros que olvida el redactor, del bello y rico Acapulco del siglo pasado.
EN PLENO USO DE SUS FACULTADES
En la denuncia por despojo a Don Luis Torreblanca González, por sus hijos Zaferino, José Luis, Alberto Javier y Roxana, todos de apellido Torreblanca Galindo, se lee que, en pleno uso de sus facultades, ratifica que ha sido despojado por sus hijos. El número que le impusieron las autoridades a la infamia es el siguiente: TAB/CAZ/04/0034/2015.
Abogados consultados al respecto señalan que dependiendo de la cantidad de lo despojado la sanción penal puede ser de tres años hasta los 40 años de cárcel. “No se trata de un juicio mercantil, es de carácter penal porque el despojo se considera un robo, sobre todo en el caso que nos comentas, porque el denunciante asegura que le falsificaron su firma en una supuesta cesión de derechos como accionista mayor de la operadora LUTOGO”.
ASUNTO POLITICO
Uno de los denunciados, Carlos Zeferino Torreblaca Galindo, fue brillante estudiante de Contaduría Pública en el Instituto Tecnológico de Monterrey, campus Nuevo León. Esa es una de las escuelas prestigiadas mexicanas que cobran en dólares sus colegiaturas. Don Luis, el Látigo Negro, le financió a su hijo los caros estudios con el dinero ganado, primero, en el puesto ambulante y luego en la operadora LUTOGO. Sus otros hermanos corrieron similar suerte.
Cercanos a esa famosa familia comentan que los hijos decidieron arrebatar la mayoría de las acciones a Don Luis porque, según ellos “sus facultades mentales ya no son sanas; es un senil; mejor nosotros operamos la compañía de la familia”, según dicen.
La denuncia aceptada dice que Don Luis goza de sus plenas facultades mentales. Sus hijos dicen lo contrario. La denuncia dice que le falsificaron su firma ara despojarlo. Ellos que es un senil. Ya se verá en los juzgados quién tiene la razón.
VIEJOS TIEMPOS
Luis Torreblanca fue designado el comerciante del año por la Cámara Nacional de Comercio en un acto llevado a cabo en la ciudad de México por allá, en los años setentas. Un Presidente de México fue testigo de ello. Quiso ser alcalde de Acapulco; no lo consiguió. Fue su único fracaso.
La fortuna sin embargo, le premió. Su hijo consentido, Zeferino, fue presidente municipal de Acapulco y luego gobernador de Guerrero con todo el respaldo económico, político, moral y, sobre todo, ético que caracterizó al famoso Látigo Negro.
La vida da muchas vueltas. A veces el concepto de ética cambia según la transformación de quienes ejercen el poder público. Hoy Zeferino es candidato a presidente municipal por el derechista Partido Acción Nacional y ya gobierna la operadora LUTOGO que fundó su padre quien hoy reclama que le han despojado. (Síntesis de Guerrero).

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