jueves, 23 de abril de 2015

COLUMNA

Entre la verdad y la ficción

Jorge Luis Falcón Arévalo 

EL GOBIERNO DE EDIBERTO TABAREZ CISNEROS, CUMPLE A LOS ATOYAQUENSES.
Enmarcado su proyecto de Gobierno, en coordinación con los dos niveles gubernamentales, ha logrado que esta comarca cafetalera sea beneficiados por diversas instancias tanto Estatales, como Federales.

Sin olvidar que los estragos causados por las tormentas “Manuel” e “Ingrid”, fueron fenómenos meteorológicos que dejaron en el vacío diversos proyectos; porque los presupuestos de los tres niveles, fue utilizados por el gobierno federal, para reparar las comunidades, entre ellas: “La Nueva Pintada” y “El Paraíso”.
Y, así darle a la población serrana una vivienda, una escuela, una iglesia y sitios de esparcimientos útiles y dignos.
La administración municipal ha llevado a cuestas con esfuerzos logros, como el recuperar en medianía, la hipoteca de la Cancha Deportiva “Mariscal”. Así como otros edificios propiedad del gobierno, que fueron cuasi subastados entre amigos de gobiernos anteriores. Las demandas laborales, de empleados que solo han buscado erosionar el presupuesto de las familias atoyaquenses, sin importar un ápice el bienestar de estos, por sobre las ambiciones de unos cuantos, cobijados en el Partido del Sol Azteca.
La sociedad atoyaquense aún impreparada para la praxis de la  política; pero, sí para realizar marchas, plantones y cierre de calles, sin importar el avance de la población, ha frenado el desarrollo y bienestar de las familias trabajadoras. Una sociedad de empresas, sin unificar criterios y conductas sociales; menos en organizaciones que hagan valer sus derechos, por sobre el comercio ambulante, que día a día se adueña de las calles demandando derecho al trabajo, menospreciando salvaguardar la vida de infantes. Y, en ello la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, en vez de lograr proteger a los viandantes, protege el abuso, la injusticia, la arbitrariedad, la ilegalidad.
Y, contra ello, el gobierno de Tabarez Cisneros ha luchado legalmente, sin que los empresarios establecidos, sean solidarios y  hagan lo propio por darle a su propia ciudad, el orden y la paz que busca el aspirante priista Héctor Antonio Astudillo Flores.
Grupúsculos emanados de una pseudo guerrilla y azuzados por parias de la sociedad del caos y la violencia, persisten en crear conflictos en pleno siglo XIX, donde predomina más la conciencia cívica y social, entre nuevas juventudes que buscan y concretan una mejor vida para sus familias en Atoyac de Álvarez; que las marchitas ideas de un marxismo violentismo, que pretenden quieren ser impuestas por mentes calenturientas.
O, de aquellos emulando a los guerrilleros extranjeros, en trincheras estériles, se ven como bufones grotescos y risibles. Unos, entre la borrachera y fraude de sus “dirigentes”; y, otros personeros ataviados de enfermedades mentales y con ínfulas de liderazgos fantasmales y visiones de grandes entes de la política, solo han servido para que sean llevado a una Casa de alienados o enfermos cerebrales y espirituales. Vaya espectáculos, a los que se enfrenta una sociedad serrana hacendosa, que solo busca empleo y trabajo.
Para ello, el gobierno de Ediberto Tabarez, ha tenido política de puertas abiertas, con un cabildo enfrentado a sus faenas y una administración responsable con quien busca una solución a sus demandas.
Hoy, ante un proceso electoral intrincado, enredado, confuso, el ciudadano debe estar alerta para evitar caer en actos de violencia, de guerra verbal y física entre pares. Hoy, es momento de ser un elector civilizado, para entender cuál es su posición  en la sociedad atoyaquense y así definir su rumbo, que es su futuro inmediato.  Sin.marca@gmail.com

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