martes, 21 de abril de 2015

POEMA

El Príncipe de las Ranas

Qué irónica y controvertida la sociedad;
Entre esos feministas y machistas errados,
Culpándose mutuamente de ser malvados;
Cuando sus corazones están contaminados.

Pues mientras las princesas besan sapos; 
Los príncipes solo bellas ranas besamos,
¿Por qué las princesas aman a los sapos?
¿Por qué los príncipes son marginados?

Ante tal incongruencia del amor y la vida;
Aquellos que fueron príncipes algún día,
En sapos se convirtieron tras mil heridas;
Que enclaustraron su corazón en abadías.

Pues hasta el hombre honesto y tímido;
Ante la traición se vuelve el más temido,
Amor, por eso hoy yo soy tan precavido;
Pues le tengo miedo a un amor fingido.

Cuanta equivocación tuvo Sor Juana;
Es que ella nunca conoció a mis ranas,
Yo que entrego el corazón a mis damas;
Tan solo sangre de mi corazón emana.

Es amarga su frialdad cuando me dejan;
Tan dolorosa al corazón su indiferencia,
Solo dicen un –“Perdóname”– y se alejan;
Como si en mí sintiera alguna diferencia.

Aquél que nos abandona su dolor es fino;
Solo el abandonado se siente envenenado,
Hoy tonto es sinónimo de fiel del destino;
Y el sinónimo de infiel ha sido glorificado.

No me importan las lágrimas que derrame;
Ante la traición no quiero quedar abatido,
No me importa a cuantas ranas bese y ame;
Quiero amar a una mujer con cada latido.

Y si ustedes me encontraran allí llorando;
Por favor no se burlen de mis lágrimas,
Probable que de una rana esté enamorado;
Y mi corazón atravesado por las esgrimas.

Y si algún extraño a preguntarles llegara;
¿Quién es aquél que le llora a las damas?
Digan que yo soy el príncipe de las ranas;
El que buscaba una princesa que lo amara.

Pues solamente el príncipe de las ranas;
Puede pronunciar un “te amo” enamorado;
Solo aquél que es príncipe de las ranas;
Él puede entregar un corazón encantado.

No me importa tener que besar mil ranas;
Sé que encontraré a mi princesa soñada,
Princesa más hermosa que cualquier hada;
Y llegará a mí tan solo para ser mi amada.

Sin importan que la muerte venga por mí;
Y renaciera entre las galaxias más lejanas,
Recorreré mil astros y las estrellas enanas;
Sin importar que bese millones de ranas.

Dios, espero pronto encontrar a mi amada;
No dejaré que mi corazón sea envenenado,
Pues esa trasformación no es de mi agrado;
En rey sapo podría terminar transformado.

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