lunes, 7 de septiembre de 2015

COLUMNA

Virgen de la 
Natividad 2015 

Apolinar Castrejón Marino
Mucha gente conoce la ciudad de Tixtla, porque ha asistido al Santuario de la Virgen de la Natividad, donde le realizan una gran feria, el 8 de septiembre de cada año.
Tixtla es una población muy festiva, pues a lo largo del año se realizan muchas ferias: a San Antonio Abad, protecor de los animalitos, a San Isidro Labrador, patrono de los campesinos y de los maestros, y Santa Cecilia, patrona de los músicos.

Señor Santiago, matador de moros, San Lucas, el evangelista, y San José, nuestro pater putatibus, también tienen su fiesta en Tixtla. Se realizan a razón de una fiesta cada mes. Pero a la Virgen de la Natividad, le hacen su fiesta hasta 2 veces, el 30 de mayo “El Día de María” y el 8 de septiembre “Día de la Natividad”. Ambas tardan 15 días.
La gente se confunde, y piensa que es la Santa Patrona de la Ciudad, pero no, el Santo Patrono es San Martín de Tours, cuya iglesia, se encuentra en el centro de la población. La historia local consigna que Don Martín de Armendáriz recibió como patrimonio este pequeño caserío que entonces se llamaba Teoixtla, y se localiza al sur del país.
Don Martín de Armendáriz era originario de España, y se vino a vivir a la Ciudad de México, durante la etapa histórica llamada Dominación Española. Los españoles tenían todas las garantías y privilegios, y aprovecharon para repatierse nuestro territorio. Así recibió su latifundio, “El Amo” don Martín.
Pero resultó ser un buen “amo”, pues solo venía 15 días una vez al año, para celebrar su cumpleaños. Así que su llegada significaba fiestas y banquetes, y los lugareños alcanzaban algunas migajas. Además El Amo Martín traía regalos para los habitantes. Y todos contentos.
Por lo que hace a la Virgen de la Natividad, la tradición oral cuenta que Teoixtla era el lugar de paso y descanso de las gentes que venían de la costa grande, dirigiéndose a las poblaciones grandes. Una caravana de viajeros, transportaba una imagen religiosa, para que le hicieran limpieza y “retocaran”, en Puebla.
La imagen, bien renovada era llevada de regreso por los fieles, y pernoctaron en las inmediaciones de Teoixtla, en un lugar de árboles frondosos, de los que llaman “sabinos”, y donde había manantiales de agua muy limpia y fresca. Y se disponían a reiniciar la marcha cuando…
Por aquellas cosas inexplicables, al tratar de levantar a la imagen santa, se había tornado tan pesada, que fue imposible cargarla. Lo intentaron varias veces, pero no lo consiguieron, y entonces pensaron que “…la virgen quería quedarse en ese lugar”, lo cual los entristeció, pero estuvieron dispuestos a respetar los deseos de su patrona.
Se puesieron de acuerdo con los lugareños, y entre todos le construyeron una pequeña capilla. Los viajeros regresaron a su tierra, para dar la noticia a sus paisanos del nuevo hogar de su virgen, y prometieron que asistirían a visitarle y rendirle honores cada año.
Por eso todos los años, se ven en la feria de la Virgen a muchos “costeños” que vienen a ofrecerle ofrendas y regalos. Además de hacerle oración, le depositan cuantiosas “limosnas” en efectivo y en “milagritos” de oro de 24 kilates. En poco tiempo, se recaudó suficiente dinero, y le contruyeron una iglesia decorosa, amplia y cómoda, a la sombra de los “sabinos” centenarios.
Cada año, se reunen donativos, diezmos y limosnas, mas lo que se cobra a los comerciantes por expender sus productos, y así se recaban sumas muy importantes, con lo cual la iglesia de la Virgen de la Natividad se ha desarrolado, y recibió el nombre de “El Santuario”.
Tiene un gran atrio, enrejado para su protección y seguridad, y fuera del atrio hay una plazoleta muy espaciosa para que asistan las familias de toda la población. Cuenta con una cancha de basquetbol, “ring” para la pelea de tigres, juegos para los niños y “piletas” de agua para toda le gente.
La fiesta siempre ha sido muy concurrida, hasta el pasado año 2014 en que los llamados “ayotzinapos” cobraron el “pisaje” a los comerciantes, a traves de la policía comunitaria. Tal acción amenaza con terminar esta tradición centenaria, pues los comerciantes están denunciando amenazas, abusos y atropellos por parte de los seudo estudiantes, y sus cómplices “comunitarios”.

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