jueves, 17 de septiembre de 2015

POLICRÓNICA

   Desangelado…Como gobierna con puras ocurrencias el sustituto, Salvador Rogelio Ortega Martínez, el pasado 15 en la noche, al conmemorarse el 205 aniversario del Grito de Independencia, el pueblo le hizo vacío, además rompió el protocolo que le generó rechifla y complementado con la notoria ausencia del presidente municipal de Chilpancingo, el priísta Mario Moreno Arcos. 



Fue un evento totalmente desangelado, porque el tradicional evento que debería hacerse hecho en la plaza cívica “Primer Congreso de Anáhuac”, corazón de la capital del estado de Guerrero, se lo “robó” Ortega Martínez para llevárselo al Palacio de Gobierno, que fue enchiquerado a un kilómetro a la redonda, con la estupidez en afirmar sin conocimiento de que pudiera suceder, un atentado, como el sufrido hace siete años en la capital de Morelia, cuando gobernaba el perredista Leonel Godoy Rangel, que por cierto, ahora sabemos que las granadas estalladas fueron robadas de las instalaciones del cuestionado 27  Batallón de Infantería de la ciudad de Iguala de la Independencia. Había vallas metálicas, policías estatales, acompañados de perros amaestrados para el ataque, además francotiradores en las azoteas del Palacio de Gobierno. Eso generó mucha sicosis, por ende mucha gente no quiso asistir a pasar humillaciones por los elementos policiacos que muchas de las veces se pasan, sobre todo con las mujeres. La explanada “Vicente Guerrero” es más amplia que la plaza cívica “Primer Congreso de Anáhuac”, al parecer pueden estar hasta 15 mil personas, pero desaprovechada al fin, porque fue cerrado el perímetro, además no hubo facilidades para que se trasladara la ciudadanía, como lo había hecho la primera vez el negro René Juárez Cisneros,  gobernador del estado, no quiso pasar la oportunidad y logró juntar gente para dar el “Grito” y  pudo estrenar el edificio, para ello puso el servicio  del pueblo transporte gratis para ir y regresar, pero Ortega Martínez, creyó que como gobernador sustituto lo seguiría el pueblo, totalmente falso. Ortega Martínez eligió mal el espacio para dar el “grito de dolores”, pero por tantos problemas que tiene, sobre todo económicos, y por ello no logró llenar el espacio, pese a que fue su primera y última ceremonia oficial con motivo del 205 aniversario de la independencia en su calidad de gobernador sustituto. Los policías estatales que resguardan las entradas a distancia del palacio y apoyados con vallas metálicas, a las escasas personas que se atrevieron a llegar, les dijeron: “No pueden pasar”. Esto se escuchó a quienes pretendían ingresar por los filtros de seguridad, tras caminar más de 200 metros desde el Tecnológico de Chilpancingo, toda vez que fueron colocadas desde temprano vallas metálicas que impedían el acceso en automóvil. Sobre el lado del centro comercial Soriana también estaba bloqueado el paso. En ese punto también se colocaron diez módulos de revisión con detectores de metales, por donde pasaban todos los ciudadanos que asistieron al grito. Ese lugar era resguardado por unos cien uniformados, entre gendarmes, militares y policías estatales; además un drone sobrevoló la zona. Entre el Tecnológico y el Palacio había dos ambulancias de la Cruz Roja, una de Protección Civil y un camión de bomberos para atender cualquier incidente. En tanto, cerca del Museo Interactivo La Avispa, que se encuentra a escasos metros de Palacio de Gobierno, se observó a policías estatales con equipo antimotines para contener alguna manifestación si es que sucedía. Pues quien sabe de quien se cuidaba Ortega Martínez, cuando el mismo públicamente repite una y otra vez de que es gente de izquierda y que no necesita de guaruras, sin embargo en la vida real anda blindado todo el tiempo con guaruras vestidos de civil, dos patrullas de la policía estatal y hasta una ambulancia, por aquello de que no te entumas. Ya en el acceso principal del Palacio de Gobierno, había un segundo filtro de revisión, en el que policías estatales revisaban a los asistentes con detectores de metales de mano. Ese punto era resguardado por aproximadamente 50 uniformados. Justo a un costado del segundo filtro se encuentra el plantón de los policías acreditables en paro, quienes se acercaban a las vallas metálicas y mostraban a los asistentes cartulinas en las que se leían consignas en contra del titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Pedro Almazán Tolentino. Uno de los inconformes tenía una cartulina en la que se leía “Guerrero 1° lugar en: feminicidios, corrupción, inseguridad, muerte de estudiantes, desempleo, extorsión, tráfico de drogas, enriquecimiento ilícito. Viva México”. En otras “Pedro Almazán eres la mancha del ejército mexicano $$$”, “Que los recursos se destinen en donde debe ser y no en la imagen del secretario de la SSP” y “Sr. Gobernador electo, Héctor Astudillo Flores, ponga orden”. Quienes ingresaban a la explanada del Palacio de Gobierno se acercaban y tomaban fotografías a las cartulinas expuestas por los policías paristas, quienes denunciaron que existía la amenaza de que serían desalojados si no dejaban de protestar durante el acto, pero esto no sucedió. Cuando hablamos de ocurrencias, pues al momento en que Ortega Martínez salió al Balcón Central del edificio Centro de Palacio acompañado por familiares y su equipo de funcionarios a las 11:03 horas del 15 en la noche, gobernador salió al balcón del edificio Centro acompañado de su esposa Rosa Icela Ojeda Rivera; del presidente de la Mesa Directiva del Congreso local, Carlos Reyes Torres; secretario General de Gobierno, David Cienfuegos Salgado. También estuvieron la presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Lambertina Galeana Marín, y representantes de la Novena Región Militar y de la Octava Región Naval, entre otros invitados especiales. Luego vino el momento cumbre del “Grito” independentista y en el espacio  destinado para la arenga, rompió con el protocolo Ortega Martínez al decir que el encuentro entre el Ejecutivo y los ciudadanos que asistieron al Palacio de Gobierno se dio “en el dolor porque nos faltan 43, los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero unidos aquí para dar un grito libertario y de justicia”. La respuesta del escaso público, fuero chiflidos y abucheos de algunos asistentes. Posteriormente, el mandatario mencionó el nombre de los héroes independentistas Don Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez, Juan Aldama, Hermenegildo Galeana, Leona Vicario, Vicente Guerrero, Nicolás y Leonardo Bravo,  Valerio Trujano, Pedro Ascencio de Alquisiras, Nicolás Catalán, Juan del Carmen (desconocido), Antonia Nava de Catalán. Después dijo, ¡Viva el estado de Guerrero! ¡Viva México! Concluyó el acto con fuegos artificiales. Tras el grito, varias familias abandonaron el Palacio de Gobierno y salieron al escenario los que tienen muchos años que no se les vía en el escenario de la farándula “Los Yonic’s”, grupo musical originario de San Luis la Loma, del municipio de Tecpan de Galeana, que fue el acto estelar. Pese a que de última hora hacían invitaciones y como sabían que no iría mucha gente, hasta habilitaron una transmisión vía internet, pero muy pésima, las imágenes negras. En fin fue una noche mexicana desangelada que pasó el gobernador sustituto y para su desgracia se lo llevará para el resto de sus días, porque no logró hacer un buen evento, tanto que ni siquiera lo acompañó el presidente municipal de Chilpancingo, el priísta Mario Moreno Arcos, quien debió haber estado en esa ceremonia como primera autoridad del municipio, pero no lo estuvo, seguramente  lo consideró una imprudencia estar al lado de una gente que actúa con ocurrencias como lo es Ortega  Martínez. Seguramente no lo invitaron, y si esto ocurrió, insistimos, no lo vio políticamente hablando, recomendable, porque se sabe de sobras que Ortega Martínez, cuando dice una cosa, hace otra, es decir es un tipo de ocurrencias y se olvida de los protocolos como el de correr cortesías a sus invitados especiales. Seguramente Moreno Arcos ofrecerá alguna explicación por su ausencia en el “Grito”  de Independencia en el Palacio de Gobierno, que no se hizo como tradicionalmente en la plaza cívica “Primer Congreso de Anáhuac”, ahora ocupado por sus amigas y amigos de Ortega Martínez, pues le ofrecieron que desalojarían el espacio los profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero, pero no lo han hecho hasta este día. Ya no modo, dijera el prócer…Rechifla…No solo fue en Chilpancingo, sino también en el Distrito Federal, pues ni modo, la raza de bronce está encabritada, lo que no había sentido en los dos primeros años, ahora por primera vez en lo que va de su gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto recibió rechiflas e insultos durante la noche del Grito de Independencia, el pasado 15 en la capital del país al momento de salir al balcón del Palacio Nacional, y por ello se le vio en todo momento adusto, en tanto su esposa Angélica Rivera, lucía una prolongada sonrisa. A diferencia de los dos años pasados, la plancha del Zócalo del Distrito Federal dio cabida no sólo a los acarreados del Estado de México, sino a ciudadanos que acudieron al derecho patrio, quienes fueron ubicados en la parte más lejana al Palacio Nacional. Frente al balcón central del Palacio Nacional, los contingentes mexiquenses tomaron sus puestos desde temprano para observar de frente a los artistas convocados a la celebración que aparecieron en el enorme escenario colocado en torno al astabandera y a media vuelta para ver al mandatario lanzar la arenga tradicional de vivas y teñir la campana.  Minutos después de concluir la presentación de la Arrolladora Banda Limón, una formación militar dio el tres de Diana, mientras la transmisión en pantallas gigantes mostraba al presidente aproximándose al balcón. Peña Nieto de negro en punta, cruzada la banda presidencial; ella, su esposa, Angélica Rivera, con un sofisticado vestido de tono beige y dorado, aparecieron y despertaron la rechifla y el popular coro de los estadios de futbol ¡eeeeeeeeh puto!. También se escucharon  gritos “Peje,  Peje”, otros más “Obrador, Obrador”. Los gritos y silbidos de rechazo sólo cesaron cuando Peña Nieto pronunció los vivas y se entonó el Himno Nacional: él, con gesto adusto; ella, su esposa, con la sonrisa a flor. Entregada la bandera a una escolta de cadetes, la rechifla volvió con otro grito adoptado del futbol: ¡uleeeeero!, así cantador, repetido varias veces hasta que la transmisión se cerró e inició la pirotecnia. En medio de la muchedumbre, también apareció un grupo de jóvenes con playeras con la leyenda Peña (letras color verde) Asesino (color rojas). Después se supo que uno de los organizadores había sido detenido junto con cinco mujeres por la policía del Distrito Federal. Lo que haya sido, lo cierto  es que a Peña Nieto lo “descopetaron” las rechiflas e insultos de los ciudadanos inconformes...Granadazo…Después de siete años del ataque del 15 de septiembre  del 2008 en la plaza “Melchor Ocampo” de la capital de Morelia, Michoacán, cuando el entonces gobernador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Leonel Godoy  Rangel daba el “Grito” de Independencia, hasta hoy se sabe que esas granadas fueron robadas del cuestionado 27 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano de Iguala de la Independencia. Como se recordará en esa fecha patria, los morelenses estaban de fiesta como todos los mexicanos, asistieron a la plaza central “Melchor Ocampo” de la capital de Michoacán. Después de siete años hasta ahora se sabe que las granadas estalladas esa noche del 15 fueron sustraídas del 27 Batallón de Infantería de la ciudad de Iguala de la Independencia y responsabilizan que el 14 de febrero de aquel año un cabo habría “robado” granadas del batallón de Igualteco, actualmente señalado por su posible participación en el ataque de la noche del 26 de septiembre del año pasado, cuando fueron desaparecidos los 43 estudiantes de Ayotzinapa y, asesinados extrajudicialmente otros tres, así como tres civiles más. A esa zona militar, el Gobierno Federal ha evitado que penetren los familiares de los 43 desaparecidos, organizaciones sociales, periodistas o incluso los expertos del Grupo Interdisciplinario enviado por la Comisión Interamericana de Derecho Humanos. El gobierno del priísta Enrique Peña Nieto se ha negado incluso a que los mandos de esa zona militar, sean interrogados. La información que se conoce revela: “Las granadas lanzadas contra civiles el 15 de septiembre de 2008, durante el Grito de Independencia, en Morelia, Michoacán, las fabricó el Ejército Mexicano y fueron robadas por un Cabo del 27 batallón, en Iguala, Guerrero”. No se revela la identidad del militar “ladrón”, pero si del entonces  Procurador de Justicia del estado de Michoacán, Ignacio Mendoza, fue una de las personas que tuvo en sus manos la investigación de este caso que dejó 8 muertos y más de 100 heridos. “En su momento nos informó personal militar que la espoleta, detalle que quizá no siguieron investigando, de la granada que se detonó en la plaza Melchor Ocampo, corresponde a un lote producido en la fábrica de armas de la Secretaría de la Defensa Nacional y que un mes antes fue sustraída ilegalmente por un Cabo del destacamento de Iguala, Guerrero, que desertó”. Como se trataba de un material bélico, era obvio que no era competencia del gobierno estatal, realizar  la investigación, sino que la misma Secretaría de la Defensa Nacional. Sin embargo podemos especular que para investigar ese elemento que a la luz de los años, podría ser una clave importante para detener a los responsables. “En teoría la federación sí debió dar seguimiento a ese dato trascendente”. En el caso del atentado en Michoacán se ha sabido de amenazas que han hecho los propios funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR), y que el Gobierno Federal ha omitido detalles importantes como la procedencia de las granadas; algo similar a lo que ha ocurrido con la desaparición de los 43 normalistas ocurrida en Iguala de la Independencia habiendo claramente una obstrucción desde el propio gobierno para evitar que se sepa la verdad de los hechos. 

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