jueves, 8 de octubre de 2015

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

¡¡YA NOS HACIA MUCHA FALTA “OTRO”  “GÜERO SOL…!!!
Personajes
Chilpancingueños
DON ROBERTO CATALAN MANCILLA
“EL GUERO SOL”
Columna dedicada con mucho cariño y gratitud a nuestra apreciada amiga Alma Rosa Chávez, una gran Chilpanchingona, con admiración y respeto
Los personajes de un pueblo como Chilpancingo o como cualquier otro, son siempre importantes porque forman parte del anecdotario popular y tal vez de su folclor, y porque dan color y sabor especial a las épocas, de las cuales, las nuevas generaciones solamente tienen referencia por las charlas de los padres o de los abuelos.
Don Roberto Catalán Mancilla es, en nuestra opinión, el personaje más popular, más importante que, al menos en el siglo pasado, dejó huella en la memoria del pueblo. 

Muchos viejos chilpancingueños aún recuerdan a ese hombre alto y albino, vistiendo pantalón y un saco anchos; zapatos viejos y sin agujetas y un sombrero de palma, caminando por las calles, levantando la pierna derecha, palmeándose con la diestra el muslo interior y diciendo con su voz gruesa y cavernosa: 
¡Cuidado con la pintura!... O: ¡Golpe de verija!, o tal vez sentado en alguna banca del jardín “Cuellar” o el “Bravo”, leyendo el periódico, pero con el ejemplar sostenido de cabeza, al revés de como se lee normalmente.
Algunos dicen que fue nuestro «Pito Pérez», otros aseguran que «El Güero Sol» tuvo rasgos quijotescos. Lo cierto es que el periodista don Humberto Ochoa Campos, antes de fundar el diarismo en el estado de Guerrero, publicó en Chilpancingo un semanario con el titular de «El Güero Sol». 
Cada vez que el “Güero Sol” era conducido a la cárcel, cosa que ocurría muy frecuente debido a su alcoholismo consuetudinario, los reos le gritaban desde las crujías: 
-“¡Ese Güero Sol!, ¿qué anda haciendo por aquí?” 
¡Vengo a ver a mis inquilinos!, respondía, al tiempo que cuidadosamente bajaba las escaleras de la prisión siempre llenas de aserrín y viruta, producto del trabajo de las carpinterías carcelarias.
La gendarmería acudía en respuesta del llamado de auxilio de alguna asustada vecina que calificaba como falta grave el hecho de que a media calle, don Roberto Catalán Mancilla se bajaba el cierre del pantalón, extraía el miembro viril y lo exhibía ante la gente que pasaba. Para llamar la atención… y como dinámico complemento de esa liturgia, lanzaba un grito de batalla: ¡¡¡Viva la color de rosa!!!, pues era güero…
Dicen -quienes lo vivieron y lo vieron- que cuando iniciaba una nueva administración política en el estado (“Como ver volar las garzas”), a la entrada del Palacio de Gobierno repartía huesos a todos los políticos que presurosos iban al besamano del nuevo gobernador. 
Los huesos los conseguía don Roberto con los carniceros del mercado. Eso le mereció también ir a la cárcel, donde en alguna de sus paredes, según lo narró el doctor Rodrigo Vega Leyva, el “Güero Sol” escribió lo siguiente:
«En esta cárcel sombría,
donde reina la tristeza;
no se castiga el delito,
se castiga la pobreza».
Otra socorrida anécdota es aquella en que le dijeron que le darían diez pesos si le mentaba la madre al gobernador.
Se platica que “El Güero Sol” se paró frente al balcón de la casa del gobernador y dijo... lo que tenía que decir:  “¡Chingue a su madre el gobernador del estado!”.
Salieron de la casa los violentos pistoleros  del gober en esa época en que todavía no había “guaruras” para detenerlo y entonces, agregó:
“¡Eso dicen sus enemigos!... ¡Yo digo: Que Viva mi señor gobernador!”... y lo soltaron.
Hace algunos años, platicando con la profesora Lucía Luna, nos comentó que don Roberto Catalán Mancilla era profesor, maestro de instrucción primaria. 
Suponía la familia que por la maldad de algunas personas, el maestro Roberto Catalán Mancilla se trastornó debido a la ingesta de algún brebaje. 
Nos dijo la querida maestra Luchi Luna, fundadora de la Escuela Normal para Educadoras en el Estado de Guerrero, que don Roberto -su hermano- tenía una letra muy bonita, que hizo muchos versos y escribió sobre muchos temas, pero que sus escritos se extraviaron.
El Güero Sol tuvo su domicilio en las calles de Altamirano, y en la década de los años 50 por ese rumbo lo conocimos, casi siempre se hacía acompañar por alguna botellita de mezcal.
Doña Luchi Luna (qepd) recordó que con cierto resentimiento su hermano decía en contra del General Baltazar R. Leyva Mancilla: «Por desgracia soy Mancilla, por orgullo Catalán», debido a que el entonces gobernador Leyva Mancilla, no quiso apoyarlo económicamente y don Rafael Catalán Calvo, sí lo hizo.
Casi nadie se preocupó por tomar fotografías de El Güero Sol.
Tal vez existan más, pero la única que pudimos conseguir después de batallar mucho tiempo, es la que presentamos aquí y que generosamente nos fue proporcionada por el amigo de toda la vida, don Javier Castillo Villanueva. 
Murió don Roberto Catalán Mancilla, allá por 1957… Lo bueno es que como a casi 60 años de su fallecimiento, ¡Ya tenemos en Chilpancingo “otro” “Güero Sol”, nomás que a este promotor de la raza Aria, no le gustan las prietas ni las gordas… Jajajajajajajaja…!!!
¡Cachetada con “guante blanco”!... Juar Juar Juar…!!! 

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