martes, 17 de noviembre de 2015

ARTICULO

Astudillo Flores y
 la crisis persistente

 “Los pueblos aunque ignorantes, son capaces de reconocer la verdad, y ceden fácilmente cuando la oyen de labios de un hombre digno de crédito”. Maquiavelo.
 Efraín Flores Maldonado*
 En el lenguaje de la ciencia política, podríamos decir que desde hace varios meses, el Estado de Guerrero se encuentra en una “crisis persistente”. La persistencia, implica la continuidad de un estado mental  y material de sicosis que no termina. Los actores políticos se mantienen en movimiento pero ningún bando es vencido; acciones y reacciones se suceden;  se ganan espacios en
la conciencia ciudadana y se pierden cotidianamente. La crisis persiste y parece como que el conflicto se establece en la eternidad. Así observo en el momento actual en el conflicto que vive el Estado de Guerrero. Hay dos razones que con justicia están en movimiento. Una, la representada por el  grupo de opositores que exigen la búsqueda y aparición de los 43 normalistas desaparecidos. Otra razón es la necesidad social que tenemos de contar con un gobierno legítimo y eficiente, que en este caso representa Héctor Antonio Astudillo Flores. El gobernante está protegido y blindado por la legalidad y el apoyo popular que le dio origen y acceso al poder ejecutivo estatal. Son dos verdades, dos razones. Debe haber justicia para el caso Ayotzinapa y también debe haber un gobierno a plenitud que arrope esa causa y otras  legitimas del más puro interés del pueblo de Guerrero. Pero la solución no asoma. Los actores materiales de la tragedia están capturados y procesados, pero los autores intelectuales y los servidores públicos omisos están libres e impunes. Hay una añeja deuda de justicia con la comunidad de Ayotzinapa.  Los asesinatos de dos jóvenes estudiantes en el parador de marqués y la autopista, se convirtió en bola de humo, en neblina y el principal responsable de esos asesinatos,  Humberto Salgado Gómez, Secretario de Gobierno en ese tiempo, no ha sido procesado y por lo tanto ,es un personaje que con prepotencia y cinismo exhibe públicamente su impunidad. Necesitamos justicia verdadera para el caso Ayotzinapa y también que Guerrero recupere su normalidad política. Héctor Antonio Astudillo Flores legal y moralmente está ubicado en una posición de apoyo a los estudiantes;  en que debe haber justicia y castigo para este grotesco crimen y secuestro. De seguro, Astudillo Flores también desea que los estudiantes vuelvan a tener clases cotidianas en la normal de Ayotzinapa, porque si no estudian ¿cómo van a pasar los exámenes que les hará la SEP para otorgarles plazas? ¿qué les van a enseñar a nuestros hijos si ellos han dejado de estudiar?. La normalidad política que desea propiciar Astudillo Flores, nos beneficia a todos. Al pueblo, a los ciudadanos y a los mismos normalistas. Todos juntos condenamos el crimen y secuestro, igual que Astudillo Fores. La persistencia de la crisis nos ubica en una posición social y política decadente. ¿Qué tan real es la crisis que nos agobia?, ¿Qué tanto es ficticia y manipulada? Las cartas están sobre la mesa. Que haya justicia y que el gobierno de Astudillo Flores se desarrolle en plenitud para que pueda ser un punto de equilibrio entre los intereses legítimos de los guerrerenses. Astudillo Flores en esta crisis debe expresarle al pueblo su verdad, su visión del conflicto y su posición en el mismo. Estoy seguro que será escuchado, entendido y apoyado por la ciudadanía. Es todo.*Doctorante en Ciencia Política.

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