jueves, 19 de noviembre de 2015

POLICRÓNICA

   ¡Fétido!...Los animales de cuatro patas tienen disculpas, quien no las puede tener, es el animal político de dos patas, que con su fetidez contamina todo y lo peor, que es un cínico, asesino y protector de delincuentes.

Los aromas que despide un tierno animalito como el zorrillo, son perfumados en comparación con los pestilentes olores que despide por todos lados y en todas direcciones el sinvergüenza diputado local plurinominal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Sebastián de la Rosa Peláez, que con su nefasta actuación ofende a los inocentes zorrillos, porque estos aromáticos animales utilizan su penetrante orina como una forma de defensa, en cambio este diputadillo despliega toda su pestilencia con plena conciencia perversa, para detentar poder y dinero que no merece, porque lo obtiene traicionando, mintiendo y asesinando a guerrerenses. Ni sus propios correligionarios lo quieren como coordinador y tuvo que vender en abonos su alma al diablo para convencerlos que lo aceptaran, además porque forma parte de la mafia que ha destruido al Partido de la Revolución Democrática, decepcionando a millones de mexicanos que colocaron su esperanza en esta organización política, para que las cosas cambiaran en México. La principal bandera del PRD desde su formación fue una lucha encarnizada en contra de la corrupción y el tráfico de poder. Sebastián de la Rosa Peláez ha hecho todo y más de lo que le criticaba al PRI. Es corrupto, traficante del poder, ególatra, cínico y descarado, pues ha beneficiado a sus familiares con regidurías, juez y otros cargos, acumulando riquezas inmerecidas. Sin embargo, la principal responsabilidad de Sebastián de la Rosa Peláez es que sobre su cabeza recaen las muertes de seis personas la noche del 26 de septiembre del año pasado en Iguala de la Independencia, así como la desaparición de los 43 normalistas que a la fecha no aparecen y que está a punto de cumplirse 14 meses, asunto que mantiene al país en una crisis permanente, dentro y fuera de las fronteras. No sólo eso, sus compañeros del PRD debieran expulsarlo del partido y someterlo a juicio penal, porque con su relación corrupta con José Luis Abarca Velázquez, ex alcalde de Iguala de la Independencia, y ahora preso en el penal del Altiplano, Estado de México, por vínculos con el narcotráfico, provocó que esa organización política padeciera las más grave crisis de su historia. Por supuesto que el llevar a José Luis Abarca Velázquez a la presidencia municipal de Iguala de la Independencia no fue gratis. Ahora que sabemos de la inmensa riqueza del matrimonio Abarca-Pineda, podemos suponer, sin temor a equivocarnos, que Sebastián recibió una fuerte suma de dinero para traficar con el poder y ungir a José Luis Abarca Velázquez como candidato a presidente. De la Rosa Peláez desquitaba bien el dinero que recibió, porque en cuanto alguien criticaba a su protegido, sacaba la espada, aun en contra de sus propios compañeros de partido, como en el caso del secuestro y posterior asesinato de Arturo Hernández Cardona. René Bejarano, de Izquierda Democrática Nacional, señaló, con pruebas en la mano, que Abarca Velázquez había asesinado personalmente a Hernández Cardona de dos escopetazos, según se consigna en la declaración de uno de los sobrevivientes, que en un principio no se le hizo caso, pero que recientemente fue el fundamento para dictarle un nuevo auto de formal prisión a José Luis Abarca Velázquez. Lo mismo sucedió con el crimen de Justino Carbajal Salgado, sobrino consentido de Félix Salgado Macedonio, y que era síndico en la comuna de José Luis Abarca Velázquez. Toda esta ola de crímenes era de sobra conocida por el hipócrita diputado Sebastián de la Rosa Peláez, que al proteger al presidente municipal de Iguala de la Independencia protegía sus intereses económicos. Era del dominio público lo que sucedía en Iguala de la Independencia con la simbiosis mortal entre mafia y autoridad. Eso es lo que debe tener presente en todo momento este farsante, que de representante popular no tiene absolutamente nada, porque toda su vida pública la ha dedicado a dañar a los ciudadanos, económicamente y socialmente, porque ha recibido dinero público que no reditúa en ningún beneficio para la sociedad guerrerense. Sebastián debe responder por los crímenes de Iguala, de la misma forma como han enfrentado la ley José Luis Abarca Velázquez, su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, Sidronio Casarrubias Salgado y demás autores materiales de las muertes de Iguala de la Independencia. Tanto peca el que mata la vaca, como el zorrillo que le agarra la pata. Su partido lo protege, porque son de la misma calaña, pero la sociedad lo repudia, porque se ha ganado a pulso el desprecio social. Carece por completo de autoridad moral para criticar al Gobernador del estado o a cualquier otra persona, porque si como asegura, el PRI destruyó Guerrero en 70 años; ellos, los perredistas, sólo necesitaron diez años y medio para hacer retroceder al estado, por lo menos tres décadas. El mechón de zorrillo es lo de menos, lo grave es lo feo que huele…Injusticia…Para no descontextualizar, el protector del criminal del mes de septiembre del 2014, ahora legislador local plurinominal, Sebastián de la Rosa Peláez, quien defendiera a ultranza al actual preso alcalde perredista de Iguala de la Independencia, José Luis Abarca Velázquez, responsable de la masacre del 26 y 27 de septiembre de 2014. La pregunta de entrada ¿tendrá cara para que responda interrogantes de los padres de familia del equipo de fútbol “Avispones”?, hasta este día siguen insistiendo en su exigencia al Gobierno del priista Enrique Peña Nieto reparación del daño, seguridad y sobre todo que se dé a conocer la verdad sobre los hechos del 26 de septiembre en Iguala de la Independencia, y que se haga justicia.  El pasado 11 de noviembre, estuvo en Chilpancingo, el subsecretario de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación Federal, Roberto Campa Cifrián, anunció que habría la garantía de ofrecer la reparación del daño el Estado Mexicano, pero nunca se confirmó en qué fecha. A casi ocho días del encuentro entre el funcionario federal y los padres de familia de los “Avispones”, no habido respuesta. Ya en siete días se cumplirán los primeros 14 meses de aquella masacre cometida por presuntos miembros del crimen organizado representados por “Guerreros Unidos”. Hasta el día de hoy después de los hechos familiares de las víctimas colaterales del ataque que hicieron policías de Iguala de la Independencia, contra normalistas de Ayotzinapa, siguen exigiendo justicia en voz alta. Doña Roberta Evangelista, mamá de David José alias “El Zurdito”, que fue el joven futbolista ejecutado durante uno de los ataques aquella noche. La madre ya mandó una carta al presidente y la respuesta  fue haber enviado a Campa Cifrián, pues le externaba “Qué difícil es crecer y ver el mundo del tamaño en que realidad es, y del que cuando niños nos maravillamos. Qué difícil es ver la sombra de la muerte tan cerca con nosotros y que no deja de colocar su sombra sobre los niños, mujeres, hombres en Guerrero. Qué extraño es que los homicidas hayan escapado y ¿Con permiso de quién?”. Desde hace 14 meses de la masacre en Iguala de la Independencia, en su carta, los futbolistas lanzaron un reclamo al gobierno y al sector político por sacar provecho político de este hecho lejos de abonar para que se resuelva. Principalmente pidieron justicia y, lanzaron un mensaje al “Zurdito” y a Víctor Manuel, “El Barcel”, que era el chofer del autobús que los trasladaba a los lugares donde sostendrían encuentros. Las familias agraviadas, externan en su carta: “Incapaces de repeler las balas, armados con balones, con uniformes sucios por la justa deportiva, con tenis y sudaderas. No pudimos protegernos. Corrimos esa vez no para mejorar nuestra condición o prepararnos para el siguiente partido. Corrimos porque nuestras madres no lloraran. Corrimos no por un balón sino por una vida. Nuestra vida”. Agrega la misiva: “Tiemblo de horror al que el circo que políticos de todas clases y partidos han armado con la cruz del amigo en todo este tiempo, y en su afán de salir menos manchados o se protagonizan en el asunto, dan puñaladas y comienzan a cantar como canarios de las atrocidades de unos contra otros”. Con rabia e impotencia, reclaman, “Tiempo de impotencia porque cuando escuchamos los noticieros veo lavarse las manos a las autoridades pues nadie sabía que en Guerrero existía una crisis social por causa de la delincuencia. Nadie sabía que las mafias controlaban al gobierno. Esa noche, nadie sabía que éramos deportistas los que viajábamos esa noche de regreso a nuestras casas”.  Volver a recordar aquella noche trágica, la verdad que es dolorosa para las familias que han perdido sus seres queridos: “Tiemblo porque cualquier día alguien en Guerrero pasa por esa misma pesadilla en algún lugar del Estado. Porque mientras discuten qué hacer en las altas esferas del poder, aquí seguimos preguntándonos ¿Qué hacer? Si ni el deporte ni la cultura ni la academia nos alejan de esos perversos seres. ¿Qué hacemos?”. Los futbolistas lanzaron un mensaje: “Queremos paz, queremos justicia y castigo a todos los involucrados. Pedimos tregua a todos esos falsos políticos. Pedimos tregua a todos esos falsos comunicadores. Pueden retirarse, dejen en paz a los que queremos crecer y vivir por nuestros compañeros. Permitan que forjemos un futuro lejos de balas”.  Al tiempo que advierten los “Avispones”  de la capital guerrerense: “Déjennos jugar, déjennos estudiar. Déjennos desarrollarnos como ciudadanos modelo. Incentiven al fortalecimiento y crecimiento del Estado. Dejen que crezcan guerrerenses, que un día cuenten como un muchacho se convirtió en mártir, en logar de ser futbolista. Dejen que se cuente esa historia donde todos entendamos la seriedad de lo que sucedió”. Y finalmente, en un mensaje de unidad para con el resto de las víctimas, expusieron: “Todos somos el avispón caído. Todos somos los chicos de Ayotzinapa desaparecidos. Todos somos Iguala y sus difuntos. Todos somos Guerrero y queremos paz”. También la señora Carmen López Salgado leyó un comunicado por medio del cual, a un año de la masacre en Iguala de la Independencia, solicitó a nombre de los Avispones una reunión con el presidente  Enrique Peña Nieto y pese a que vino Campa Cifrián el pasado 11 de noviembre, no se ha concretizado, en tanto los padres de los jugadores piden esclarecimiento del hecho e información sobre la situación actual de las investigaciones del ataque. Aclaman justicia y castigo a los responsables, y solicitan al Gobierno Federal la reparación de daños a las víctimas directas e indirectas.  En ese mensaje, indican los familiares de los jóvenes futbolistas: “Los padres de familia pedimos al licenciado Enrique Peña Nieto su atención personalizada a los jugadores, cuerpo técnico y padres de familia, para que se haga justicia y se aclaren los hechos que costaron la vida a personas inocentes”. También denuncian que funcionarios que han tomado el caso, han minimizado la situación y todo ha quedado en “buena voluntad”, por lo que exigieron al presidente que de manera precisa se atienda el caso, se haga justicia y se instruya para que se den las recomendaciones necesarias y sean reparados los daños a las víctimas directas a indirectas de este lamentable hecho. Insisten los afectados de hace 14 meses en la ciudad tamarindera: “Después de ese día nada ha sido igual para nuestras familias, y que para los jugadores, equipo técnico y familiares como víctimas directas e indirectas, puedan superar su dolor y retomar sus vidas. El gobierno de Enrique Peña Nieto se debe de hacer responsable de la salud, la integridad física, así como asegurar un mejor futuro para los jugadores que vivieron esa pesadilla”. Están demandando una audiencia con el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que informe del avance de las investigaciones. 

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