viernes, 13 de noviembre de 2015

PRIMERA PLANA

Para olvidar discriminación y
esclavitud con música y danza 

Jonathan Cuevas.CUAJINICUILAPA, GRO.--Los ojos aceitunados de aquella joven mujer de piel ceniza cautivaron a los fotógrafos. El primer festival afromexicano parecía girar en torno a ella. Es una mujer alegre, orgullo de la perla negra del continente americano, como le llaman a la tierra de Cuajinicuilapa donde hace al menos 3 siglos llegaron los africanos como esclavos de españoles. 
El recuerdo de esclavitud no se ha ido completamente. La discriminación de la que son objeto por su piel morena, hace que los afrodescendientes sigan hundidos en las zonas más marginadas dentro de uno de los estados con más atraso en este país dominado por sectores políticos bañados en corrupción.

Pero los afro siguen luchando aunque para el gobierno parecen estar aún más abajo que los indígenas mexicanos. Ellos son los de más abajo dentro de este sistema de etiquetas y clases sociales, aunque allá, en su tierra nadie es más que otro. Conviven indios, mestizos y afros, entre los paraísos naturales más exóticos y hermosos.         
Discriminación y reconocimiento 
Los días 31 de octubre y primero de noviembre que acaban de pasar, fueron especiales en aquel municipio, el más alejado hacia el sureste de Guerrero, en la Costa Chica colindante con Oaxaca. 
Se combinó la festividad del día de muertos con el primer festival afromexicano impulsado desde el Ayuntamiento de Cuajinicuilapa. Ahí tienen a un alcalde negro también que decidió instituir un festival como reconocimiento a lo que muchos llaman “raza negra”, pero que es simplemente un pueblo más, como cualquier otro dentro de este país, una cultura con identidad propia.  
Y entre los lugareños negros, mestizos e indios, ante los ojos de visitantes que también son guerrerenses, todo fue algarabía, música y baile.   
Dentro de las actividades hubo exposiciones de arte hecha por manos cuajileñas; conferencias, desfile de danzas, concursos y hasta una degustación de platillos típicos de la región. 
En una de las ponencias participó el activista Sergio Peñaloza Pérez, afrodescendiente y defensor de la dignidad y el respeto a los pueblos afro desde la organización “México Negro”. 
El también historiador recordó que los africanos llegaron a México como esclavos de los españoles y, tras la independencia, sus tradiciones y cultura se fueron arraigando en este país y gran parte del continente americano, llegando a identificarse como afrodescendientes o afroamericanos, al paso de los años. En México, se les conoce como afromestizos o afromexicanos. 
Sergio Peñaloza Pérez resaltó la discriminación de la que son víctimas los pueblos con descendencia africana. Incluso, afirma que dentro de la historia oficial de México se comete este acto agresivo contra su pueblo, porque no se reconoce que Vicente Guerrero y José María Morelos y Pavón eran de esta descendencia. Además, para ocultar sus raíces se les coloca intencionalmente un paliacate para cubrir su rizado cabello. 
Sergio Peñaloza Pérez que también es maestro en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), señaló en su exposición que Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Coahuila y Chiapas, son los estados de la República donde se encuentra la mayor parte de la población afrodescendientes, aunque realmente no se sabe cuántos hay. 
Reprochó que su pueblo prácticamente está borrado del mapa de México cuando creadores de la economía y la cultura.
No obstante recalcó que después de la Independencia, México se convierte en un país multicultural. A la fecha, los palenques de negros (pueblos construidos por esclavos fugados desde el siglo XVI), continúan en proceso de mestizaje con los pueblos indígenas, conservando muchos rasgos de las culturas africanas, enriqueciendo así las expresiones lingüísticas y folclóricas. 
En la actualidad, los negros llevan ya más de 500 años de lucha por el reconocimiento cultural, gastronómico y medicinal. En el Estado de Oaxaca, su cultura fue reconocida en el año 2013 y, en Guerrero, en 2014.
No obstante, para el profesor Sergio y el presidente de Cuajinicuilapa, Constantino García Cisneros, lo plasmado en la Constitución solo ha quedado en el papel, pues en los hechos no se ve reflejado el respeto y apoyo a los pueblos afromexicanos. 
“Nosotros realmente estaremos satisfechos cuando ya pasemos al terreno de los hechos. De nada nos sirve que estemos en la letra y que sea como cualquier apartado de la Constitución o de las Leyes, letra muerta”; sentenció el presidente municipal, impulsor del primer festival Afro.
Hoy, los “negros” siguen siendo discriminados por la sociedad y el propio gobierno que se niega a detonar el desarrollo en las zonas donde habitan los afromexicanos. En Cuajinicuilapa se considera que mientras no haya leyes secundarias en torno al apartado que les dedican en la Constitución del Estado, no habrá un reconocimiento real para su cultura y tradiciones.    
Desfile…             
El sábado 31 de octubre se desarrolló un desfile y, el domingo primero de noviembre un concurso de danzas. “Los Negros” y “Los Diablos” fueron las principales danzas; el espectáculo. 
Las danzas recorrieron la principal avenida del pueblo de Cuajinicuilapa, desde una de las entradas hasta el centro. Encabezaban los Diablos de la Cruz Roja y de los niños de Cuaji.
Los Diablos es una danza directa de la cultura africana y, es la más conocida de la región Costa Chica, en el Estado de Guerrero. En ésta, los danzantes usan ropas negras; un saco o chamarra y cubren su rostro con una espectacular máscara del mismo color hecha a base de cola de caballo, cartón, cáscara de coco y cuernos reales de chivo o cabra. Algunos les colocan también dientes de bestia. 
Entre los diablos está el diablo mayor que tiene la máscara más grande y, la Minga, un hombre vestido de mujer con ropas en color negro y blanco principalmente, con máscara de anciana que baila entre los diablos y la gente al son de instrumentos prehispánicos hechos a base de huesos de animal, lazos y cáscaras de fruta. 
Para amenizar el son se usa una flauta construida con tubos de caña; la Charrasca, una quijada en esqueleto de burro o vaca que es raspada con un hueso de pata de chivo, y la Tigra que es una especie de tambor de origen africano, redondo cubierto en cuero de animal perfectamente tallado.     
La Minga y el Diablo Mayor portan un látigo que van haciendo sonar a su paso por las calles del pueblo. La mujer tiene exuberantes nalgas que talla en la corpulencia de los otros diablos que son sus hijos y, baila con los espectadores. El diablo por su parte cuida a la Minga y, si encuentra a alguien que accede al coqueteo de la Minga, lo golpea. 
Esta danza según los pobladores, data desde hace varios siglos cuando los africanos traídos a tierras americanas hacían rituales para pedirle al Dios Negro “Ruja”, que los liberara de la esclavitud. 
La danza de los Diablos es la más característica de la región, aunque también está la de Los Negros que danzan al son de flautas y tambores, vestidos de apache con arcos y flechas. Se le conoce como la danza de los Negros porque quienes participan se pintan todo el cuerpo de color negro. 
También participaron en el desfile las danzas de la Tortuga, característica de esa región, el Porrazo del Tigre como invitados de la Montaña Baja, Loa Apachez, Gachupines, la danza del Toro del Petate, Danza de la Conquista y diversos grupos de baile y danza tradicional de África. 
Al llegar al centro del pueblo todo fue convivencia y degustación de aguardiente y mezcal, así como platillos típicos como salsa chicatana, mole de cabeza de cerdo, biuches -que son las vísceras del cerdo-, bazo relleno -platillo de res y que se rellena con carne-, panes de tapo o de yemas, mole de guajolote o de pollo, estofado de pollo o de res, enchiladas rellenas de picadillo, picaditas con cecina, pozole, y atole de arroz en jícara.
Durante esta festividad hubo intercambio de experiencias, exposición de pinturas de una artista local que refleja la esclavitud y liberación africana en este continente, ponencias y una reseña cultural.    
Participaron gentes de la cabecera municipal y diversos pueblos, así como del vecino estado de Oaxaca. Solo hubo autoridades locales al tratarse del primer festival, sin embargo, para el siguiente año según el alcalde, se hará la invitación extensiva para autoridades estatales y, se difundirá el festival en otras regiones. 
Es preciso mencionar que el lugar sobresalieron personas de ojos de diversos colores; gris, azul, verdes y café claro, mientras que una joven de aproximadamente 20 años cautivó a los visitantes con sus ojos aceitunados y piel morena. Sus rasgos eran propios de la región con ojos espectaculares que sin duda, también atraparon las lentes de los camarógrafos foráneos. 
La mujer es fiel muestra de que la descendencia afro, sea mezcla con el mestizaje o no, es bella por naturaleza y tiene sus particularidades. Sin duda aquella joven era capaz de opacar a cualquier participante de un concurso de belleza del más alto nivel. (API).

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