jueves, 3 de diciembre de 2015

ARTICULO

Crónica de los cuentos de Navidad


La Hada


Felipe Zurita
Fue un salto tan rápido que casi fue invisible ante los ojos de aquellos niños que trataban de atrapar al Chapulín. Encontrado en la rama de aquellas matas de flor de pascua. Donde el Chapulín parecía reposar del radiante sol o bien disfrutaba de los intensos colores de las flores rojas y las resistentes hojas verdes.

Todos asombrados ante la rapidez de aquel hermoso animalito que entre sus halas escondía bellos colores, resaltando un azul intenso, un rojo pasión, un amarillo sol, todos ellos escondidos en las alas, así como dos grandes patas traseras  que lo hacían saltar de rama en rama con una fuera que lo llevaba a lo  alto como el mismo lo quisiera.
El sonido de sus largas patas fue algo asi: Sac, sac, rec, rec…Sic, sic, cepillo sus antenas y miró a su alrededor con sus grandes ojos observó a los niños buscarlo en el cielo. Sac, sac, rec, rec,  abrió sus alas y volvió a saltar hasta la hoja más alta de aquella planta.
La curiosidad de los niños se hizo tan intensa por el Chapulín que todos juntos los buscaron en las hojas que estaban en el suelo, ahí está. Ahí está. No solo es una hoja seca. No miren esta en aquella hoja. Tampoco es un cacho de papel. 
Vamos a buscar un lápiz para escribirle una carta al Chapulín. Uno de los niños sugirió pedirle un deseo al Chapulín que mostrara su belleza. Que se convirtiera en una Hada. Así que por un instante todos tuvieron el mismo deseo de ver una hada mágica volar en el patio de aquella gran casa. 
Los gritos fueron intensos por todos los niños. Que le pedían al insecto les mostrara su baile esa hermosa danza que hacen las hada cuando desprenden polvos mágicos y agitan con fuerza sus baritas. 
El Chapulín solo los miraba pacientemente. En su hoja mientras mordía una punta de otra hoja más tiernita que le daría fuerza para el día siguiente. El reloj de la casa comenzó a tintinear sus doce campanadas mientras el viejo sistema de cuerda se desplazaba rápidamente para darle fuerza.
Los niños emocionados por las campanas miraron un solo instante los rayos del sol que daban en forma acepta en el centro, no había sombras todo era claridad. Fue ahí donde el salto del Chapulín cruzó por enfrente de todos ellos abriendo sus alas y esparciendo el polvo mágico de una hada mágica parecía que el tiempo no existía la belleza de aquella hada mágica toco los corazones de todos los niños que entusiasmados disfrutaron el intenso azul que da el calor de Dios y rojo de la pasión de la sangre y dulce amarillo del sol. 
Y todo es verdad si lo imaginas, le contestó finalmente el hada a los niños. Chau y hasta siempre dijo el hada mágica y regresó a ser un lindo Chapulín por el día y una hermosa Hada por las noches que visita a las niñas hermosas.
Volvió a saltar el Chapulín y desapareció, dejando una estela de hermosos brillitos de colores en todos los niños.  

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