jueves, 18 de febrero de 2016

COLUMNA

Cosmos
Héctor Contreras Organista


GENARA VIVIANA ALDAY BARRIOS
-Doña “Gena”, comerciante-
La señora Genara Viviana Alday Barrios, fue conocida y muy querida en Chilpancingo como “Doña Gena”.
Por años estuvo al frente de una tienda de abarrotes de su propiedad (Avenida Guerrero esquina con Galo Soberón y Parra). 
Su hijo, el maestro Jesús Rodríguez Alday, catedrático de las centenaria Escuela Normal del Estado comentó entre broma y verdad que la tienda de su mamá fue la precursora de las tiendas oxxo en Chilpancingo. 
En diálogos sostenidos con su hija, la señora Carmen Rodríguez Alday nos explicó a detalle (mucho agradecemos su amabilidad) cual y cómo fue el desplazamiento de su familia en el siglo pasado.
Doña Genara nació en Chilpancingo el 2 de diciembre de 1914 y falleció el 22 de septiembre de 1992. Don Ricardo Alday Jiménez fue su papá, era arriero, según nos refirió el maestro Jesús Rodríguez Alday, su hijo. Su mamá se llamó Petra Barrios, quien tuvo un negocio en el mercado central de Chilpancingo.

Doña Genara casó con don Guillermo Rodríguez Martínez. Tuvieron tres hijos: Agustín, ya fallecido; Carmen y Jesús, posteriormente nacieron Luciano y Melchor Calvo Alday, que se criaron con su papá. 
Sus hermanas fueron: Ana María, Esperanza, Aurora  y un hermano: Ramón.
“Mi mamá trabajó de domingo a domingo, vendía de todo en una tiendita, desde 6 de la mañana hasta diez de la noche. 
“Mi papá fue dueño del cine Guerrero antiguo y tuvo unos billares, mis tías fueron dueñas de Omiltemi. 
Doña Rafaelita Rodríguez se casó con don Egidio de la Fuente, que era español, originario de Pu, España y eran dueños de Omiltemi. 
En los años treinta vendieron Omiltemi con la condición de que toda esa agua de los manantiales bajara a Chilpancingo. Los primeros tubos que trajeron llegaron por ferrocarril a Iguala, en mulas los trasladaron hasta Omiltemi.
“El agua de Omiltemi ya estaba donada por mi tía Rafaelita, y era un bosque bonito; era ella hermana de mi abuelito don Agustín Rodríguez Leyva  y de doña Elena Rodríguez, que fue la última que murió”. De su hermano, nuestro entrevistado informó que se fue a radicar a la ciudad de México y tuvo varios hijos, entre ellos Estela, y el hijo de Estela es Abelardo Ramírez, que es periodista en Acapulco.
Las otras hermanas de doña Gena fueron Aurora Alday Barrios, que casó con don José María Cuevas, don “Chema” Cuevas. Su hermana doña Esperanza Alday Barrios, se casó con el señor Rodolfo Pastrana. Ellos tuvieron por hijos a Ema y a Arturo, mientras que su hermana mayor, Ana María fue egresada de la Escuela Normal del Estado y posteriormente, maestra de la misma institución.
Finalmente doña Carmen Rodríguez nos comentó que en efecto, la familia fue propietaria de grandes extensiones de terreno que se localizan sobre la avenida Guerrero, entre las calles de Francisco I. Madero y Galo Soberón y Parra pero que su papá fue vendiendo, lo mismo sucedió con las grandes extensiones de terreno alrededor de Omiltemi, El Borrego y Las Tinajas, entre otros.
Doña Rafaelita, es decir, doña Rafaela Rodríguez Leyva, después que su esposo Egidio de la Fuente falleció (2 de abril de 1914), que era español (de Pu, España), vendió Omiltemi a las familias Cámara y Ponds, el dinero de la venta se lo entregó al Banco Nacional de México debido a que había una deuda añeja por una sociedad que hizo el señor de la Fuente con su abuelito, don Agustín Rodríguez Leyva, Sociedad de Responsabilidad Ilimitada.
Sobre el primer cine que hubo en Chilpancingo (“Cine Guerrero”) funcionó en parte de una extensión de terreno considerable (que parte de la calle Madero hasta Galo Soberon, y de Abasolo a avenida Guerrero). 
Había una construcción de paredes muy anchas que cuando las demolieron causaron dificultad porque eran muy anchas y estaban amarradas con alambre. En parte de ese terreno, dando la fachada hacia la avenida Guerrero, estaba ubicado el cine. 
Desde 1935, al casarse, doña Gena, con su esposo establecieron su hogar a un lado del cine. Ahí vivieron durante 15 años, aproximadamente. El señor Sáyago, era de la costa y a Chilpancingo traía proyectores de cine y alquilaba el local. La población era muy pequeña, no había afición al cine. 
En el cine había un motorcito que don Abel Estrada trajo de Estados Unidos y también don Raúl Acevedo “El Chapeado” laboraba en esas actividades. Había socios para que funcionara el cine. Don Darío recibía los boletos igual que don Joaquín y ellos eran socios, “y hasta don Pepe Rubí tuvo que ver con lo del cine”.
Nuestra entrevistada refirió que en esa época se usaban tablones rústicos en  la construcción y la galería era de madera con butacas bonitas de las que se levantaba únicamente el asiento y había bancas y estaban fijadas en unos tablones gruesos. Siempre estuvo así el cine con una enorme pantalla, “todo eso es posible que lo haya hecho mi abuelito”, don Agustín Rodríguez Leyva. 





 De izquierda a derecha, doña Rafaela Rodríguez Leyva y su esposo el español Egidio de la Fuente, propietarios de Omiltemi. De pie una sobrina; siguen Elenita y don Agustín Rodríguez Leyva, sentados en muebles austriacos. (Foto cortesía de doña Carmen Rodríguez  Alday).

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