martes, 8 de marzo de 2016

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista 
MARCO LEYVA, AMARGADO, 
FRUSTRADO Y VENGATIVO
 Amargado, frustrado y vengativo es la percepción que en la actualidad en el pueblo de Chilpancingo se tiene de nuestra autoridad municipal, particularmente de Marco Leyva, el alcalde.
Amargado y frustrado son asuntos personales, y vengativo en contra de Chilpancingo quién sabe por qué, ya que entre la familia Leyva han habido y hay gentes valiosas que han escrito en la historia de nuestro pueblo buenas acciones que se han agradecido al paso de las generaciones.


De por sí, Marco Leyva viene de la nada en cuestión política y menos en popularidad pues es un soberano desconocido para la ciudadanía. El cómo y el por qué alcanzó una mediana votación para convertirse en presidente municipal no necesita investigación, fue de parche mal pegado atrás del candidato a gobernador. Ganó el PRI, ganó Marco.
Pero él, por sí mismo, si acaso el voto familiar hubiera sido el único sufragio en su favor. De ahí en fuera, nada, nadie. Ni en “su” calle lo quieren.
Llegó a la alcaldía capitalina como chivo en cristalería, uncido a él un grupo de mediocres buenos para nada -¡salvo muy contadas excepciones!- y “lo mejor” que ha logrado en el poco tiempo que lleva montado en la silla es echarse al pueblo en contra, y cada día que pasa gana mayor número de malquerientes. Desafortunadamente para él, ampliamente justificada la vox populi.
El asunto de la falta de agua en el pueblo, la inseguridad, el mal servicio en la recolección de basura, los mercados, el enredado tema del comercio ambulante y los problemas laborales con dos sindicatos encima y con una plantilla de trabajadores que sobrepasa el límite que económicamente cubre la nómina, ciertamente no los trajo Marco. 
Pero él, de suyo, nada anuncia. No se compromete a nada, pero sí agrede: De un plumazo elevó tarifas en un servicio que no da el ayuntamiento al pueblo, el agua. 
Hoy el usuario paga –tomando en cuenta la raquítica economía del chilpancingueño común- a precio de oro un servicio que no existe, que no da, que no ofrece una comuna que mensualmente manda recibos a los domicilios por un servicio que no hay. Eso es ser un cínico.
De donde pudo, Marco Leyva tomó colaboradores. Tan cerreros como él y de paso ignorantes y soberbios en su comportamiento. 
“Gobierna” acompañado de recuas de patanes que ahora inclusive agreden físicamente a los empleados del ayuntamiento que protestan por las malas condiciones de trabajo y el temor a ser echados del empleo por el alcalde. Demandan, exigen atención, diálogo, a los que el chivo en cristalería, Marco Leyva, no accede. ¡Se niega!
Indudablemente que se ve como nepotismo –y lo es en sí- el que haya nombrado como asesor del ayuntamiento al querido y distinguido médico Ronaldo Leyva Adame, un señorón de la amistad pero al que sin duda Marco no valora su asesoramiento, porque el médico Leyva Adame es todo prudencia y bondad, inteligencia, acción, trabajo y reflexión. Su querubín, el alcalde es todo lo contrario, va por la vereda equivocada y por eso la gente lo califica como chivo en cristalería. De por sí, por ósmosis es de “las chivas” en el futbol.
Papel importante y de primer orden debería jugar la prensa local para mejorar con su crítica las condiciones de vida en nuestra sufrida, abandonada y ya muy pestilente capital guerrerense. 
Pero, ¿qué es lo que hacen algun@s “periodistas” de la prensa escrita, radiofónica y televisiva? 
¡Quemar incienso, lanzar loas, vítores, tronarle cohetes y chinampinas al salvador de la patria chica, y escribirle sendas columnas, comentarios y editoriales diciéndole: Marco Leyva, todo está bien en tu ínsula barataria; hay la llevas, manito. No te olvides de mi chayote. Siempre te he querido!
Dicen –no me consta- que hubo alguien este martes en la tele, en el noticiero de “La Jaiba de la Costa” que dijo: “Ni modo, cuando hay agresiones físicas en contra de los trabajadores de parte de los funcionarios municipales ya uno no se puede callar; tenemos que decir las cosas como son, no se pueden ocultar”… Palabras más, palabras menos.
¡Aleluya… ¡ 
“El Enmascarado de Plata” –uno de tantos chayoteros- se quitó la capucha. 
Así que… hasta que sucede algo grave contra la ciudadanía los periodistos dicen “la verdad”… 
Mientras tanto, vengan los inciensos, los cencerros y las campanas en honor de Marco Leyva… ¡Te queremos para rey, Marquito!
Para atender al pueblo, al contribuyente, al chilpancingueño, sea o no de la simpatía del señor presidente municipal y de sus personeros y lacayos, se sea noble o plebeyo, es necesario e indispensable saber que todos somos pueblo, o como dice el slogan: “Todos somos Chilpancingo”.
Y si todos estamos medidos por el mismo rasero, ¿por qué los funcionarios no adoptan alguna actitud ejecutiva y de respeto para atender a la ciudadanía y hacen a un lado sus actitudes de dioses mecapaleros, ignorantes, bobos, soberbios y estúpidos?... 
Que quede muy claro que esto no se comenta por la agresión diarréica de Su Graciosa Majestad el secretario general del ayuntamiento, el eminente jurisconsulto Gustavo Adolfo Morlet Berdejo, en el facebook, de quien dicen que “se pasó de simpático y mamón”. Él ya cosechó y sigue cosechando lo que sembró: reclamos ciudadanos que al fin de cuentas, «le valen». ¿Será? ¿Y a su patrón Marcos Leyva también «le valdrán» las succionadas de del secretaroo general del ayuntamiento en el facebook y/o personalmente? ¡Veremos!
Tuve –perdón por usar la primera persona- la oportunidad de acompañar la semana pasada a Mario Moreno Sotelo (regidor) al poblado de Cajelitos. 
 En el trayecto pude lograr la entrevista que de él necesitaba para incluirla en el libro que está por salir a luz pública: “Chilpanchingones Tres”. 
 Allá, en ese hermoso lugar me mostró, óigase bien, la única obra que en un poblado del municipio de Chilpancingo está construyendo la administración de Marco Leyva. Agradecí la información y tomé fotos. Es una cancha techada que nada de extraordinario tiene, pero sí es muy útil para los vecinos. Es gestión de Mario Morenos Sotelo. Que quede claro. No de Marco Leyva.
 Estamos en marzo. La primavera ya está con nosotros y Marco Leyva -¡tiene nombre de corrido!- cuenta entre sus asesores con su señor padre, el querido médico don Ronaldo Leyva Adame quien era director del Centro de Salud de Chilpancingo cuando ocurrió el desbordamiento de la barranca de Apantzingo, el 26 de septiembre de 1970, y fueron más de 20 personas arrastradas por la corriente. El medico cumplió con creces a favor del pueblo.
¿Por qué no tomar algunos minutos para la reflexión y tratar de ir al encuentro del camino correcto para bien administrar un ayuntamiento que carece de todo, menos de soberbia? 
El mismo tiempo y esfuerzo que se usan para hacer lo que hacen los chivos en las cristalerías, es el mismo que se ocupa para hacer cosas buenas. 
Y, si aún es tiempo, hay que aprovechar las oportunidades. ¡Hay que aprovechar la primavera!... Todo a favor de gobernados y gobernantes, todo a favor de Chilpancingo. 
¿Es mucho pedir?

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