jueves, 12 de mayo de 2016

COLUMNA



Los Vagabundos del Bravo actuales,  Los Ramones y al centro José Luis de la Cruz.

Cosmos

Héctor Contreras Organista

LOS VAGABUNDOS DEL BRAVO
En los años 60 del siglo XX, cuando se dieron los primeros pasos de la radio en Chilpancingo por medio de la XELI, primera radiodifusora establecida en la capital guerrerense (26 de mayo de 1961), se conocieron los dones artísticos de buena cantidad de hombres y mujeres que se presentaban a cantar en los programas que la emisora realizaba, particularmente el 10 de mayo, día de las madres.
Desde temprana hora de esa fecha, se abrían los micrófonos para que quienes quisieran felicitar a la autora de sus días por medio del micrófono, cantándole o declamando, lo  hicieran. Eran largas las filas de solicitantes, entre ellos niños, jóvenes, hombres y mujeres de diversas edades llegaban a la cabina de la emisora, decían el nombre de su mamá y le dedicaban alguna interpretación.
Entre esos entusiastas participantes llegó un trío venido de Huiteco, una pequeña población localizada al norte de la ciudad de Chilpancingo. Traían dos guitarras y un violín; cantaron “Las Mañanitas” y otras canciones. Hicieron buena cosecha  de aplausos entre los presentes. Se trataba del “Trío Campirano”, integrado por los hermanos Mario, Francisco y Juan, los dos primeros ejecutantes de la guitarra y el último del violín, de apellidos de la Cruz Castro.   

En esa época se creó el programa “La Hora del Pueblo” que los domingos a las 8 de la noche se presentaba en la plaza principal, al pie del “tótem”. Don Mundo Morales, conocido como “El Chaparrito”, prestaba su sonido Radson y acudía mucha gente quien gustaba de cantar o declamar y que habían participado los 10 de mayo en la XELI. 
“La Hora del Pueblo” fue una especie de programa de aficionados al canto y por ahí desfilaron el compositor José Luis M. Ramírez, su hermana Rosita Melgar, las Hermanitas Salgado, el trío Campirano y muchos cantantes más de grata memoria.
Al paso de los años, aquél trío campirano se transformó en el grupo musical “Los Vagabundos del Bravo” integrado por Higinio, en el acordeón; Eusebio en el Bajo sexto; Luis con el Tololoche; y las tarolas ejecutadas por Juan, todos de apellido de la Cruz Castro.
Se sabe que fue la profesora Magdalena Vázquez Martínez quien siendo presidenta municipal de Chilpancingo impulsó al grupo musical venido de Huiteco y les reconfirmó con una observación el nombre artístico que habían adoptado años atrás: “Vístanse bien para sus presentaciones, porque así como vienen parecen vagabundos”… y dice José Luis de la Cruz, único sobreviviente del antiguo grupo musical y quien sigue tocando en el conjunto, que por eso se le quedó el nombre de “Los Vagabundos del Bravo” (“Bravo” por lo del antiguo nombre de Chilpancingo: Ciudad Bravo o de los Bravos) y porque se vestían, según la alcaldesa, como vagabundos.
Quien antiguamente tocaba algunos instrumentos como el Bajo quinto, el violín y la guitarra era don José de la Cruz Pancho, originario de Tonalapa, municipio de Chilapa de Álvarez. Su hijo Juan fue uno de sus más constantes seguidores y por ese motivo aprendió a tocar el violín y sus hermanos la guitarra.
Don José y su esposa, la señora María Herminia Castro y sus hijos se trasladaron a Chilpancingo, donde establecieron su hogar en el barrio de San Antonio. Gracias al apoyo de don Chimiano Leyva, propietario de terrenos en Huiteco y quien ofreció trabajo a don José y a sus hijos, se fueron a vivir a Huiteco.
Debe considerarse que la importancia artística de “Los Vagabundos del Bravo” consiste en que han grabado e impulsado como nadie la música regional y particularmente corridos que compuso José Luis M. Ramírez, “El Paisa”, gracias a ello se mantienen musicalmente frescos los acontecimientos trágicos de Chilpancingo, como son “Los Hermanos Héroes”, corrido que narra los acontecimientos del 30 de diciembre de 1960 y el desbordamiento del Río Apantzingo, que ocurrió en septiembre de 1970, amén de otros corridos surianos y canciones que ya nadie interpreta.

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