martes, 10 de mayo de 2016

PRIMERA PLANA

Enigmas del quinto
autobús de Iguala
París Alejandro Salazar.--La Procuraduría General de la República (PGR) omitió por más de un año la presencia de un “quinto autobús” cargado con droga en el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y se ha resistido a darle seguimiento a esta línea de investigación, la cual, de acuerdo al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), podría justificar el nivel de violencia contra los estudiantes el 26 de septiembre de 2014.

En los peritajes al autobús Estrella Roja 3278 (Ecoter)-, la PGR presentó otra unidad; de la empresa Estrella Roja –dueña de la unidad- envió una carta manuscrita con una declaración que no pertenece al chofer; las características físicas del chofer de la unidad no coinciden con las de la persona que se presentó ante el Ministerio Público; este vehículo fue escoltado por patrullas de la Policía Federal; y el copiloto satelital registró actividad no reportada por el chofer.
La línea de investigación del “quinto autobús” toma fuerzas porque cinco autobuses de pasajeros con cargamentos de droga fueron asegurados en autopistas de Guerrero, entre septiembre 2014 y agosto de 2015.
Iguala es u lugar de comercio y transporte de drogas, especialmente heroína, y uno de sus destinos son los Estados Unidos. Este negocio podría explicar la reacción violenta y el carácter masivo del ataque, incluso la agresión contra el equipo Los Avispones, al existir un autobús tomado por los estudiantes que no había sido detenido.
Narco autobuses en Guerrero
Al revelarse que uno de los posibles móviles del ataque y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa fue la toma –sin saberlo- de un autobús de pasajeros que transportaba un cargamento de droga, se destapó una realidad que se mantenía fuera de los reflectores públicos: que los narcotraficantes utilizan autobuses de pasajeros para movilizar la droga a otras entidades y hacia la frontera con Estados Unidos.
Guerrero es uno de los principales productores de goma de opio y marihuana, incluso el pasado 31 de julio de 2015, el entonces gobernador Rogelio Ortega hizo una declaración inquietante: “somos, junto con Afganistán, pero Afganistán es un país, nosotros somos un estado, el número uno en (producción) de goma de opio en el mundo”.
La disputa entre los grupos del crimen organizado en el estado, es por el control del corredor de drogas Acapulco- Cuernavaca, la disputa principal es entre Guerreros Unidos y Los Rojos, ambas organizaciones antes pertenecían al Cártel de los Beltrán Leyva. Ellos utilizan autobuses de pasajeros para mover la droga a otros estados.
En entre septiembre 2014 y agosto de 2015 se aseguraron cinco autobuses de pasajeros con cargamentos de droga en autopistas de Guerrero.
En Chilpancingo, el 17 de junio de 2015 elementos del ejército le marcaron el alto a un autobús de la empresa AltaMar en la caseta de peaje del poblado de Alpuyeca, en el municipio de Xochitepec, encontraron un cargamento de 150 kilos de marihuana en el maletero empaquetado en cajas, el vehículo tenía dirección al Distrito Federal.
Policías comunitarios que realizaban inspecciones en autobuses de pasajeros sobre la carretera Chilpancingo-Quechultenango, encontraron el 1 de febrero de 2015, tres paquetes marihuana en un autobús, los dueños de los paquetes fueron llevados a la comisaria de Petaquillas, Chilpancingo.
El 24 de enero de 2015, en un puesto de control de Acapulco, elementos de la fuerza estatal en coordinación con personal del ejército mexicano , realizar una revisión al autobús de la línea Estrella de Oro, número económico 1512, procedente Chilpancingo con dirección al puerto de Acapulco, detectó en maletero una mochila con 10 kilos de marihuana.
Un autobús de la empresa Zina- Bus número 238, proveniente de Zihuatanejo y con destino a Ciudad de Altamirano, fue asegurado el 10 de octubre de 2014, porque pasajeros llevaban en sus maletas 76 kilos de marihuana.
Días antes de la desaparición de los 43 normalistas, el 7 de septiembre de 2014, fue detenido el autobús de la empresa Costa Line con placas de circulación 921-MS-1, en un puesto de control del Maxitúnel, ya que un pasajero transportaba 26 kilos de marihuana.
En otras entidades, también han sido descubierto cargamentos de droga en autobuses de pasajeros. El 15 de abril de 2015 en Durango se aseguró una unidad de pasajeros con dirección a Chihuahua, pues llevaba debajo de dos asientos paquetes con cuatro kilos de “crystal” (metanfetamina).
El 13 de noviembre de 2014, antes de llegar a la Centrar de Autobuses de Reynosa, Tamaulipas, soldados decomisaron una unidad que contenía 72 kilos de cocaína y 14 mil dólares en efectivo, procedía del sur del país.
El transporte de drogas en autobuses de pasajeros en México pareciera una práctica constante, por lo que a diario miles de pasajeros están en  riesgo sin saberlo.
 De cuatro a cinco autobuses

El “quinto autobús” no existía como como escena de los hechos, ni en la narrativa de los hechos de la PGR. En marzo de 2015, cuando la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), hizo la presentación del caso al GIEI, no figuraba el “quinto autobús”.
En la Averiguación Previa 874, el representante legal de la empresa Estrella de Oro, reconoció que la toma de camiones ha sido práctica habitual de los estudiantes de Ayotzinapa y de otras escuelas normales.
Ninguna de estas acciones derivó en una respuesta violenta, aunque se produjeran incidentes. Las autoridades y las empresas de autobuses sólo obstaculizaban las acciones: evitar que se llevara a cabo, detener el intento o a los autores.
La agresión a los normalistas de Ayotzinapa en Iguala en septiembre de 2014, representó la primera acción masiva de ataque indiscriminado, atentados directos contra la vida, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas por la toma de camiones, así como un operativo de distintas corporaciones policiacas e integrantes del crimen organizado.
Los ataques a los autobuses el 26 y 27 de septiembre de 2014 fue en ascenso, tiene un común denominador: detener los camiones, atacar a los testigos de los hechos y vaciar los lugares donde se habían presentado los mismos.
Los normalistas llegaron a las periferias de Iguala a “botear” en los autobuses Estrella de Oro (1531 y 1568), y en la Central Camionera. La elección de los autobuses para llevárselos fue circunstancial, tomaron otros dos Costa Line (2012 y 2510), y un Ecoter Estrella Roja (3278), este último no había sido considerado por la PGR, a pesar de que los normalistas sobrevivientes y en la primera consignación realizada por la Procuraduría General de Justicia de Guerrero hablaban de cinco autobuses.
La investigación de la PGR señaló que se trataba de cuatro autobuses –sin mencionar el autobús Ecoter 3278 Estrella Roja-, habló de un quinto autobús que habría salido de la central camionera e inmediatamente destruido por los estudiantes.
Se comprobó que los estudiantes atacaron un autobús Costa Line en el que fueron encerrados en la Central Camionera y que nunca abandonó la terminal de pasajeros.
El GIEI a través de los videos de la central camionera exhibió el error o la omisión de la PGR sobre el “quinto autobús”, el Estrella Roja 3278, la única unidad que no fue atacada esa noche, y que provocaría una actuación inusual de las autoridades mexicanas durante la investigación.
Identificación del chófer y el autobús
El GIEI alertó sobre las diferencias del autobús Estrella Roja y el chofer, ya que los que aparecen en el video de la central camionera concuerda la unidad presentada por la PGR, y la estructura corporal y morfológica conductor, tampoco corresponde con quien presentó la declaración.
La fisionomía que aparece del chofer en el video de la camionera con la contextura de la persona que se presentó a declarar es diferente”, explicó el grupo de expertos en su segundo informe, y señalaron “la importancia de una identificación adecuada antes de realizar afirmaciones definitivas y diligencias cuyos resultados pueden no ser siquiera valorables”.
Casi un año después de los hechos se realizó por parte de la PGR una diligencia ministerial en donde se hizo una inspección al autobús Estrella Roja.
Un análisis de correspondencia entre el autobús presentado por PGR y el autobús que aparece en las imágenes del video de la central de autobuses, levanta dudas de que se trate de la misma unidad.
Se pidió un peritaje específico sobre la correspondencia de las imágenes de video -aunque estas no son de buena calidad-, con las imágenes fotográficas recogidas del autobús Estrella Roja presentado. El peritaje mostró las diferencias que se dan en esos dos autobuses y sostiene la posibilidad de que no se trate del mismo.
Hay diferencias entre las calcomanías-engomados y la tapicería de los asientos, y en otros accesorios de la unidad. El peritaje lo realizó Canadian Forensic Video Technologies Inc, el 31 de julio de 2015.
Declaraciones contradictorias
El GIEI le demostró a la PGR la existencia otro autobús, pidió que testificara el chofer del “quinto autobús”. Antes no había una sola mención de inspección o búsqueda del chofer por parte del Ministerio Público Federal.
La autoridad ministerial le tomó la declaración, pero no convocó al grupo de expertos, los dichos del chofer son contrarios a los referidos por los 14 normalistas sobrevivientes que viajaban en ese camión.
La PGR señaló que el autobús habría salido por la calle de atrás de la terminal de pasajeros y pocas cuadras más adelante, en la misma calle, los estudiantes pensaron que la unidad no funcionaba, se bajaron y se dirigieron a tomar otro.
“En ese momento, el estudiante que me había ordenado que sacara el camión puso el pie en el acelerador para que avanzara rápido, sin embargo en vez de avanzar se jaloneó el autobús ya que se quería apagar, aunado a ello seguí avanzando, pero los estudiantes exclamaron: con este autobús no la vamos a hacer, entonces el estudiante de playera clara que venía al lado mío me dijo que me detuviera por que se iban a regresar por otro camión a la terminal, ya que este este no servía; por tal motivo me detuve entre la calle Tixtla y periférico sur sobre la calle de Altamirano, y esa persona que venía al lado les gritó a todos los estudiantes del camión que se bajaran, ya que se iban a regresar por otro autobús que si sirviera, procedieron todos a descender del autobús con las piedras en las manos, logrando observar por retrovisor que se regresaron corriendo a terminal de lguala, cuyo trayecto duro aproximadamente cinco minutos”, declaró el chofer después de descubrirse el “quinto autobús”.
Los testimonios de los normalistas que iban en el autobús Estrella Roja 3278, señalaron que en su camino el chofer pidió detenerse para que una mujer le trajera documentación y ropa que necesitaba.
Una mujer llegó en moto y habló con el chofer, lo que retardó la salida municipio. Llegaron a la salida de Iguala hacia Chilpancingo, al escenario donde ya había sido detenido el autobús Estrella de Oro 1531 cerca del Palacio de Justicia, el puente de El Chipote.
El autobús 3278 fue detenido por una patrulla de la Policía Federal, de acuerdo a los testimonios, un agente los obligó a los normalistas a bajar de la unidad y les apuntó con su arma. El camión no fue atacado.
Los jóvenes huyeron la colonia Pajaritos, y cerro cercano a refugiarse. Hubo reportes en el centro de emergencias C-4 que señalaron que había jóvenes escondiéndose en la calles.
Testimonios y reportes oficiales del C-4 ratificaron la existencia del “quinto autobús” que la PGR habría tratado de ocultar en la investigación.
El 6 de septiembre de 2015, el GIEI señaló como hipótesis probable del ataque contra los normalistas de Ayotzinapa, la existencia de este quinto autobús y que la probable carga de heroína o de dinero, debería ser considerada como móvil de un ataque tan brutal, por la importancia de los intereses que se veían amenazados con la toma de la unidad de pasajeros.
La carta falsificada
Cuando se pidió la bitácora a la empresa Estrella Roja de la unidad 3278, envió un reporte donde decía que había hecho su recorrido con normalidad.
En la documentación del suceso, apareció una carta manuscrita presuntamente del chofer de dicho autobús, con fecha 26 de septiembre de 2014, en la que confirma que lo referido por los normalistas, de que llegaron a las inmediaciones del Palacio de Justicia y que fueron detenidos por una patrulla de la Policía Federal.
Al ser cuestionado sobre la misiva, el chofer señaló que el documento no era suyo aunque sí la firma, y que esta “era una firma en un papel en blanco que le obligó a realizar la empresa cuando entró a realizar ese trabajo”.
La PGR realizó una análisis de grafológico a la carta, concluyó que la firma pertenece al chofer y que el contenido del escrito, no. La Policía Federal indicó que no hay suficientes datos para concluir que no sea. El GIEI insistió en obtener nuevas muestras de letra original para hacer comparaciones, pero dicho análisis no se llevó a cabo.
La carta da pie a dudas, supondría que alguien de la propia empresa escribió el texto, pero no se sabe con qué interés.
Esas inconsistencias y contradicciones muestran la sospecha de que bajo esas circunstancias se esconden aspectos importantes a considerar, y que estos pueden tener que ver con el modus operandi y la motivación de la agresión a los normalistas.
Copiloto satelital
El oficio 8700/2015 sin fecha, dejó constancia de que el 26 de septiembre de 2016, el autobús Estrella Roja de 3278 realizó la corrida Iguala-Cuautla con horario de salida de 21:10 horas en esa fecha, de manera normal. Es decir, que salió seis minutos antes de que los normalista entraran a la central camionera a tomar este y otros dos autobuses.
Trabajadores de Estrella Roja declararon en el mismo sentido de la carta, corroborando la versión de que el autobús fue tomado por los normalistas, detenido por la policía y después salió de la Iguala poniéndose en contacto con personal de la empresa.
La carta se expone que “dos patrullas de Federales me guiaron a la caseta de cobro y ahí me dijeron que me reportara con mi patrón para que me indicara que es lo que iba hacer con el autobús y hablé a tráfico de Cuautla y me dieron indicaciones que me viniera a Jojutla y de Jojutla me enviaron a Cuautla de las 5:00 am”.
El chofer también cayó en contradicciones sobre su recorrido posterior, de su recorrido a Jocutla, la hoja de registro de esa noche del trayecto del autobús, señaló que salió 10 minutos antes de lo registrado en el video de la central de autobuses.
En la hoja de incidencias no se señala que dicho autobús fue tomado por un grupo de normalistas, refiere que el autobús se dirigió normalmente a Cuautla que sería su destino y no a Jocutla como señaló el chofer en su declaración.
El servicio de “copiloto satelital” permitió reconstruir en parte la ruta del autobús Estrella Roja 3278, el registro reveló que as versiones de los estudiantes coinciden con el rastro que quedó, además se pudo recuperar el trayecto del autobús Estrella Roja 3278.
Tampoco se detectó que existe un lapso de tiempo parado que no puede justificarse con la declaración del conductor. No se ha podido explicar por qué demoró cerca de una hora sin emprender la ruta a la caseta y luego a Jojutla, después de que se bajaron los normalistas del autobús.
El GIEI realizó un recorrido por la ruta del autobús y encontró que pasa por un lugar cercano a un aeródromo, y recomendó que debería investigarse.
Hasta el momento la PGR no ha podido aclarar porque tanto sigilo, contradicciones y errores en la investigación del quinto autobús. (lasillarota.com).
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