viernes, 1 de julio de 2016

ARTICULO

El impacto en Guerrero del
programa de zonas especiales



César González Guerrero
La familia González Guerrero de Copala y González Arcos de Chilpancingo, envía un abrazo solidario y expresa su sentido pésame al Señor Gobernador Héctor Astudillo Flores, en ocasión del sensible fallecimiento de su inolvidable hermana la señora Mari Carmen (QEPD), y hacemos votos por su eterno descanso.

El Estado de Guerrero, como ya es bien sabido, tiene una formidable ubicación geográfica en el contexto nacional e internacional; ello, aunado al gran potencial de recursos naturales y humanos con que cuenta, nos permiten considerar un futuro promisorio en materia de desarrollo integral, desde luego, si las condiciones sociopolíticas lo permiten, ya que también debemos reconocer, es un factor determinante para lograr ese objetivo primordial.
Sin duda, hay circunstancias que afortunadamente coinciden, y hacen propicio el momento para proyectar este propósito, en primer término el reciente cambio de gobierno estatal a cargo de Héctor Antonio Astudillo Flores y, en segundo lugar, el hecho de que el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto ha demostrado su especial interés por apoyar a nuestra entidad, desde los lamentables desastres naturales ocasionados por Manuel e Irving en el 2013, después al implementar el Plan Nuevo Guerrero en diciembre 2014, posteriormente con el Acuerdo Guerrero Prospero e Incluyente en Enero del 2016, y a partir del mismo año, con la creación de las tres Zonas Económicas Especiales en México.
Esta división socio geográfica tiene el objeto de impulsar el desarrollo de las regiones más rezagadas del país, y contribuir con ello a combatir la desigualdad y la inseguridad social: una en el Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec que incluye Coatzacoalcos, Veracruz y Salina Cruz, Oaxaca; la segunda en Puerto Chiapas, cercano a la frontera con Guatemala, y otra más en los municipios colindantes a Puerto Lázaro Cárdenas, entre Guerrero y Michoacán.
La experiencia que se tiene a nivel internacional desde hace más de 20 años, como son los casos de la India y China y, más recientemente, en Latinoamérica. Al menos en estos casos, a finales de las décadas de los 70s,  se originaron con el proceso de apertura al Occidente, como parte de la política de apertura de mercados, que incluía un paquete de incentivos de inversión a las empresas nacionales e internacionales, con el objeto de establecer plantas manufactureras modernas, esperando que el capital extranjero y la tecnología pudieran ser atraídos para acelerar el crecimiento y la promoción de exportaciones, con mano de obra barata y facilidad para el comercio exterior.
Precisamente, una de las características de estas zonas especiales, y es el caso de nuestra entidad, es la ubicación geográfica estratégica, principalmente en las aéreas costeras con acceso a los puertos y a las redes más importantes del transporte. Además de ubicarlas cercanas a centros económicos de gran relevancia económica. 
El establecimiento de estas zonas económicas especiales en México, que buscan beneficiar a las entidades con mayor rezago, parte de un planteamiento similar a lo realizado en los países mencionados ya que el desarrollo de la infraestructura moderna busca potenciar los puertos y la logística de la región.
Estas zonas contaran con financiamiento preferencial de la banca de desarrollo, facilidades para el comercio exterior y un trato fiscal especial. En suma, se ofrece un marco regulatorio para atraer empresas y crear empleos de calidad, generando condiciones para desarrollar el capital humano de nuestro país, particularmente en las regiones más atrasadas como lo es Guerrero.
En México, después de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1994, existen ejemplos concretos de éxito, resultado de un esfuerzo entre autoridades y sociedad que han culminado en sectores productivos, reconocidos por su elevada competitividad y altos estándares de calidad. Las industrias automotriz, aeroespacial y en general la maquila de exportaciones instaladas en el norte del país son ejemplos de industrias que generan empleos bien remunerados y potencian el desarrollo regional, y que se originaron como parte de una política pública específica para su impulso.
Para disminuir la inseguridad en el país se hace necesario fortalecer nuestras instituciones, al mismo tiempo que se genera un mayor crecimiento económico con creación de empleos, especialmente en los estados con mayor atraso. Esta plenamente demostrado que no puede haber paz social mientras existan profundas desigualdades regionales. Por ello se requiere instrumentar soluciones nuevas ante viejos problemas.
En conclusión, el Programa promovido por el Presidente Enrique Peña Nieto, con el cual Guerrero debe ser beneficiado y salir del estancamiento económico y social que padece, al igual que gran parte de los habitantes de Chiapas, Michoacán y Oaxaca, que en suma, contribuyen con el 7% del PIB nacional, y representan el 15 % de la población nacional, es un Programa viable.
Es el momento del crecimiento incluyente y rebasar la política asistencialista que no ha sido suficiente para avanzar, Guerrero necesita un desarrollo integral y armonioso. Es tiempo de retomar las políticas públicas para la productividad y la equidad. Estamos a tiempo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.