viernes, 15 de julio de 2016

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista



Historia del aeropuerto de Chilpancingo
-Evocadora entrevista de COSMOS 
a Don Samuel Bárcenas, en 1995-
(La fotografía que ilustra el artículo corresponde a la inauguración del campo de aviación en Chilpancingo, cortesía de la familia del gran amigo Pepe Córdoba)
El 6 de abril de 1995, don Samuel Bárcenas, quien durante muchos años fue Comandante honorario del campo de la pista de aterrizaje de Chilpancingo, se encontraba un tanto triste. Lo saludamos en alguna oficina de gobierno en la que hacía antesala, sin ocultar que traía consigo alguna preocupación.

-¿Qué le pasa don Samuel? Lo vemos triste…
Su respuesta fue contundente:
“La aviación ha muerto en Guerrero”.
Se había iniciado la reparación y ampliación del campo de aviación de Chilpancingo, y explicó que “por tal motivo nos hemos visto obligados –con sus hijos- a hacer otra clase de trabajos: reparaciones de naves aéreas en fibra de vidrio”.
Añadió: “Por la belleza de las obras que están haciendo en el aeropuerto, dijeron que había que reubicar mi taller, porque da mal aspecto.
“Me dijeron que me iban a reubicar y me dieron a escoger el terreno que quería, pero ahora me están poniendo provisionalmente en otro lugar mientras se hacen las nuevas instalaciones 
“Pienso yo que si es provisional, lo provisional por lo regular siempre se queda. Entonces quería yo tener la seguridad de que se me hiciera el hangar o las instalaciones necesarias”.
Don Samuel Bárcenas, desde en los años 50 cuando llegó a Chilpancingo, se dedicó a dar servicio de mantenimiento a los aviones que cubrían las rutas a la montaña y en sí a gran parte del estado.
“Mi permanencia en el aeropuerto ha sido con muchos trabajos porque la aviación civil, desgraciadamente, está desapareciendo en México. Únicamente queda la aviación oficial y ya muy pocos aviones particulares.
“Yo llegué en Guerrero a dar servicio de mantenimiento a más de 125 aviones, he trabajado en todos los aeropuertos que hubo en Guerrero, a la fecha son muy pocos.
“He dado mantenimiento a todas las aeronaves que estaban de base aquí y a todas las aeronaves y a todas las del estado, tanto fumigadores como aviones particulares.
“En la actualidad casi ya no existen aviones particulares, solamente la aviación oficial. En estos momentos estoy reparando un avión de los antiguos, modelo 1932; ya tengo avanzado el fuselaje, la reconstrucción con alas más modernas.
“Tengo ahí otros trabajos que por lo costoso de la reparación se han detenido, son aviones particulares, unas de Iguala y otras de Tequesquitengo.
“Desde hace muchos años tengo el nombramiento de Comandante Honorario por parte de la Dirección General de Aeronáutica Civil. 
“Desde entonces he estado sirviendo como comandante del aeropuerto, y es hasta ahora que se me reconoce por parte del gobierno, me han dado un puesto para ser el coordinador del aeropuerto y de las nuevas instalaciones, para lo cual me han pedido que les indique yo qué radio necesita el aeropuerto y qué vehículo para poder meter al hangar los aviones.
“El radio que está en la actualidad al servicio de la aviación es mío, lo puse por las necesidades del campo. El aeropuerto se ha sostenido, lo sostuvimos. La calle que nos conduce a él se abrió porque me dieron permiso de pasar por ahí, y después se quedó como calle, como camino real. Los dueños del terreno ya no pudieron recuperar ese terreno y se quedó como camino”.
“El aeropuerto se construyó casualmente. Cuando existía la Compañía Paninni, hace cincuenta años (1945). Era una compañía que volaba de México a Acapulco y Tlapa. Por un aterrizaje forzoso, por una avería, entró el avión aquí, y entonces ya se quedó el llano como aeropuerto.
“A través de los años se ha ido agrandando y mejorando. Anteriormente la pista era muy reducida, casi a la mitad del aeropuerto. Eran únicamente 350 metros de pista, que era únicamente de llano, de pasto.
“A través de todos los gobiernos se ha ido agrandando y haciendo mejoras. La mejora que fue la base para poderlo agrandar, fue durante el gobierno del General Raúl Caballero Aburto. El fue el que la cimentó, porque el terreno es de barro poroso que se hincha con las lluvias y se contrae con las secas, y el terreno se agrietaba con mucha frecuencia.
“El General Caballero Aburto ordenó que se quitara todo ese lodo y lo compactaron, fue la primera compactación fuerte que se dio para que pudieran traer aviones mas grandes y de mayor peso.
“El terreno era propiedad de varios dueños, se sembraba maíz. Al lado de la pista también se sembraba maíz y se llegó a sembrar algodón. 
“La aviación comercial despareció debido a la construcción de las carreteras, se cerraron los pequeños aeropuertos. 
“Antes se volaba de aquí a la montaña; para la costa; para la tierra caliente. Había de base tres compañías, y en Tlapa eran siete las compañías que entraban, tenía bastante movimiento tanto para la Costa Chica, Zihuatanejo en Costa Grande como para Altamirano, Arcelia, Ometepec, la montaña y todos los pueblitos alrededor de tlapa.
“El servicio dejó de existir porque se cerraron los campos y se aumentó el numero de carreteras. 
“Fue más costeable viajar por carretera que por avión y las compañías quebraron. 
“Hace poco se iban a instalar unas compañías, se iban a hacer unos vuelos comerciales de Cuernavaca, Chilpancingo y Acapulco, pero  de los vuelos que hicieron, que fueron como 18, únicamente viajaron, con boleto pagado, dos personas.
“Ya no tiene sentido la aviación comercial, los costos de mantenimiento son excesivos y no se pueden sostener con los precios y los boletos.
“La aviación ha sido mi vida y voy a cumplir 49 años de estar trabajando. 
“Empecé volando hace 49 años (1946) y a los 71 años todavía quiero seguir en la aviación. 
“Me gusta reparar, he reparado infinidad de aviones, he hecho muchas mejoras como mecánico, como técnico se ha reconocido tanto en México como en el extranjero mi labor como técnico de aviación.
“Nací en México Distrito Federal el 9 de agosto de 1924. 
“Fue un tío que era piloto, que trabajaba en Aerovías Paninni quien me enseñó a volar. Mi primer vuelo fue a los 10 años, y desde entonces la aviación fue mi pasión. 
“No pude dedicarme a ella, estuve estudiando en el Politécnico para llevar la carrera de ingeniería, pero no fue posible por otras circunstancias, pero prácticamente me hice trabajando, y principalmente mi mayor escuela fue Acapulco en donde llegaban todos los aviones más nuevos, americanos, y entonces me hice, armando y desarmando. No hay nada imposible.
“Yo tengo un dicho, que solamente lo que hizo Dios no lo puede hacer el hombre, pero todo lo que hizo el hombre lo puede hacer cualquier otro hombre.
“Hay muchos recuerdos gratos y muchos recuerdos tristes porque he visto morir a todos mis amigos; los de mi generación la mayoría casi no existe, pero ha habido muchas cosas.
“He conocido muchos personajes, casi a todos los Presidentes; he estado presente cuando han venido, he participando en la seguridad de ellos. 
“Tengo una fotografía que me tomé con el perro del presidente Miguel de la Madrid, un perro que detectaba explosivos, aún conservo esa fotografías. Estuve con todos los presidentes y mayormente con todos los gobernadores, muy buena amistad.
“El día 1 de abril de este año tuve la oportunidad de saludar al licenciado Cervantes y también a Nogueda Otero con los que tuve bonita amistad, con todos los gobernadores, desde Caballero Aburto; con Abarca Alarcón, con el profesor Caritino. 
“Desgraciadamente falleció, pero con él iba yo a tener todo el apoyo como director de una Escuela Técnica. El profesor me iba a poner una escuela técnica en la que me iba a nombrar director; se empezaron las instalaciones, pero desgraciadamente falleció y ahí murió el proyecto  
“No fue posible hacer la escuela de aviación por los requisitos y por lo costos. Había muchísimos aficionados que querían estudiar la aviación.
“Del que más recuerdo que hizo mucha aviación aquí fue el capitán Manuel Gómez Méndez, que fue el primero que puso la compañía ya formal en Chilpancingo, después fue comandante en Zihuatanejo. 
“Él fue el que puso la primera ruta para Ometepec, Cuajinicuilapa y para Tlapa, para toda la montaña, él fue quien puso la primera compañía en forma.
“De los pilotos recuerdo a mi amigo Bode, yucateco, venía de Ometepec; a Rafael Calderón quien murió rumbo a Chilapa, y muchísimos que tuve que ir a sacarlos, que los tuve en mis brazos, muertos. 
“A Rafael Calderón lo tuve que sacar del avión y recoger su cabeza, quitarme mi camisa, envolver su cabeza en mi camisa y traérmelo sentado junto a mi, en mi coche, muy triste pero tuve que hacerlo.
“Pilotos de Chilpancingo ha habido, Castañón, que voló con Cervantes, Toño Suck que estuvo fumigando muchos años.
“Ha sido una gran satisfacción, una gran alegría que el primer astronauta mexicano haya nacido en Chilpancingo. 
“Precisamente cuando se hizo ese vuelo me entrevistaron por la XELI, pidieron mi opinión, de qué pensaba yo. Fue de mucho gusto, de mucho agrado de que en Guerrero hay gente muy valiosa.
“Ahora si, estoy preocupado porque me quieren quitar de ahí, tú sabes lo que son tantos años de estar en un lugar, ser la autoridad en el aeropuerto. La autoridad la conservo en el aeropuerto, pero es nostalgia, es tristeza dejar un lugar tan querido para mí que fue donde varios mecánicos salieron, que se formaron conmigo, que están en compañías o que están trabajando por su cuenta. Eso sí, pude lograr varios técnicos en la aviación.
“Yo hablé con el gobernador y me dijo que absolutamente no me quería perjudicar, sino al contrario, me iba a ayudar, y dio ordenes para que se me diera una plaza, la cual a partir del primero de abril va a ser mi primera quincena como coordinador de las nuevas instalaciones que hay.
“Se va a comprar un radio, se va a comprar un equipo para poder meter al hangar los aviones del gobierno del estado”.

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