martes, 30 de agosto de 2016

COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista


 GRACIAS, MUCHAS GRACIAS POR 
SUS FELICITACIONES
 Muchas gracias a mis adoradas paisanas y a mis queridos coterráneos, a todas mis amigas, amigos, compañeras y compañeros de trabajo, ex compañeros de trabajo (cercanos y lejanos en tiempo y distancia pero siempre en el corazón) y a mis amados primos, primas, compadres, comadres y sobrinos y a mis queridos hijos, nietos y bisnieto que han tenido a bien hacer presente su muy dulce y bienvenida felicitación.

Llegar, por bendición del Creador, a 70 años de vida, es arribar al tiempo y al espacio desde donde sólo se pueden y se deben dar gracias a Dios y a los padres, a los familiares que de uno se ocuparon en la infancia, a los maestros y compañeros de las escuelas por donde tuvimos la dicha de transitar, y a los ejércitos de amigos que cultivamos por la gracia del Señor de los Tiempos.
Sería muy largo y tal vez hasta tedioso hacer un relato de vivencias y un anecdotario que sumara desde aquellos primeros asomos a la vida y las andanzas en mi tierra donde, efectivamente, como dice Manuel S. Leyva Martínez en su poema ‘Canto Íntimo a Chilpancingo’: “corrimos como viento sin destino por las calles y faldas de los cerros…”. 
Y, a lo mejor, no sería necesario, porque los tintes y aromas de los años idos, con la mayor delicadeza y amor posibles, los hemos ido relatando en nuestras columnas COSMOS y en nuestros modestos libritos en los que escribiendo recordamos ese universo que gozamos desde los años 40s, sin apartarnos de nuestro paso (desde la infancia) por los micrófonos de don Mundo (Raymundo Morales) , “El Chaparrito” y su sonido Radson, en los “coches libres”, y de Sabás Telumbre y su jeep de perifoneo del cine. 
En el primero, anunciando, a grito pelón y por horas, los toros, la lucha libre y el box, los bailes y las caravanas de artistas que visitaban nuestro pueblo. Y con Sabás Telumbre anunciando las funciones del “céntrico y cómodo cine Guerrero”, para casi, inmediatamente, arribar a la cabina de radio de la inolvidable XELI (1961) y al mismo tiempo al periodismo hablado y escrito.
Digo, con respeto, que sería algo complicado. Pero observando con detenimiento, ya no lo es, porque la mayor parte del periodismo local que hemos tenido la fortuna de ejercer, vivir y aquilatar, ahí está, en los libros y en los archivos. Qué mejor testimonio de vida y de trabajo.
Pese a todo, como humanos, no hemos estado exentos de errores, fallas, distracciones, inexactitudes, imprecisiones o malos entendidos, y han habido veces, muchas veces, que hemos incurrido en algo indebido, y el grito de la conciencia no puede ser más ensordecedor en sus alaridos de reclamo. Por eso, también, como humanos, tenemos la oportunidad de pedir perdón, de disculparnos y de arrepentirnos de alguna mala acción ante quienes hayamos fallado u ofendido, ante todos, familiares y amistades. 
Estoy muy consciente que los únicos que no me perdonan son los envidiosos. 
Así han pasado 70 años de vida en Chilpancingo. Doy gracias a la Divinidad y a mis padres
Gracias a todos por su amistad, por su amor, por su cordialidad y por su paciencia y presencia.
Dios los llene de bendiciones, salud y mucho amor. Gracias. 

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