martes, 2 de agosto de 2016

COLUMNA

Presidente Vicente Guerrero

Apolinar Castrejón Marino
Decíamos que Vicente Guerrero nació en la ciudad de Tixtla el 9 de agosto de 1782, hace 234 años. Fue un soldado y patriota muy valiente, que llego a obtener el grado de general y también llego a ser Presidente de México. 
Su papel en la política del país fue muy importante porque mantuvo el orden en una etapa de conflictos: por una parte, los españoles intentaban reconquistar México, y por otra, las diferentes facciones de la vida pública, trataban de dominar y obtener ventaja sobre las demás.
La presidencia de Guerrero duró solamente ocho meses y medio, pero durante ese periodo, gestionó la creación de escuelas públicas, y estableció un plan nacional de educación gratuita. Impulso la reforma agraria para una mejor distribución de las tierras cultivables, y creó un centro nacional de atención para los mexicanos que habían quedado inválidos por las guerras.

Estableció la tolerancia religiosa, fortaleció la elección directa de representantes políticos y administrativos, fortaleció el sistema federal y agilizó la burocracia. Guerrero expidió un decreto concediendo el perdón a exiliados que hubieran beneficiado de alguna manera a la nación. Ordeno la supresión de los fueros militares y eclesiásticos, y ordenó la venta de bienes que hubiesen pertenecido a la Inquisición.
Sin embargo, estas medidas, liberales no tenían contentos a todos. Los grupos conservadores, liderados por personajes como Anastasio Bustamante y Lucas Alamán y sus cómplices del clero y la milicia, maniobraban para que Guerrero perdiera popularidad. Cuando se enteró del complot, pensó que no era importante, y decidió tolerar sus actividades.
En septiembre de 1829, la armada española emplazada en el golfo de México, lanzó ataques desde Veracruz al mando del brigadier Isidro Barradas, quien fue derrotado por los generales Antonio López de Santa Anna y Manuel de Mier y Terán.
El 15 de septiembre de 1829, Vicente Guerrero realizó una de las más importantes contribuciones a los derechos humanos, al expedir el decreto de Abolición de la esclavitud, el cual había sido promulgado por Miguel Hidalgo en Guadalajara el 6 de diciembre de 1810. Inglaterra continuó con la trata de esclavos hasta finales del siglo XIX, en España la esclavitud se abolió hasta 1880, Argentina la abolió hasta 1853, y Brasil hasta 1888.
Políticos y militares, leales a Guerrero le advertían de la mala fe de su vicepresidente Anastasio Bustamante. Guerrero volvió a desestimar las advertencias, y solo para darles tranquilidad a sus seguidores, lo envió al mando de las Reservas de Jalapa. Bustamante simuló atender las instrucciones de Guerrero, y dijo solemnemente “¡Jamás desenvainaré mi espada contra el General Guerrero!”. Pero no era así, en diciembre de 1829 inició una rebelión en contra del presidente amparado en una maniobra a la que llamó Plan de Jalapa. 
Como se estilaba en esa época, Guerrero dejo su puesto de presidente el 16 de diciembre de 1829 para salir a combatir una rebelión, dejando como presidente interino, a José María Bocanegra. Esto fue aprovechado por los conservadores y centralistas para tomar por asalto el Congreso, mientras Alamán, Luis Quintanar y José Ignacio Esteva, gobernador del Distrito Federal, tomaban Palacio Nacional para obligar al presidente interino, José María Bocanegra, a renunciar. 
Anastasio Bustamante, pidió a sus amigos del ejército para tomar el poder, y empezó la persecución contra los partidarios de Guerrero. Sometieron apalearon y embargaron a la prensa (que lo apoda Brutamante), y establecieron un gobierno conservador centralizado. Al sentirse desplazado, Guerrero se dirigió hacia su terruño del sur, donde había combatido durante la lucha independentista, preparándose para una nueva guerra civil. 
En tanto, Bustamante se había encargado de llenar todos los cargos públicos con sus cómplices conservadores. El Congreso, colmado de conservadores, declararon a Guerrero imposibilitado para gobernar. Y además, le dieron “legitimidad” al gobierno de Bustamante, valiéndose de una ley que establecía que “en caso de imposibilidad física o moral del presidente, todas las facultades y prerrogativas …” recaerían sobre el vicepresidente.
Bustamante empezó una feroz persecución contra Guerrero quien se había refugiado en las montañas del sur con unos 30 seguidores, ocasionalmente iba a su tierra natal, Tixtla, y a Acapulco. En una de esas visitas a Acapulco, conoció al marinero genovés Francisco Picaluga, dueño de una embarcación mercante.
Guerrero le propuso a picaluga fletar su barco para que Manuel Primo Tapia y Manuel Zavala viajaran a Zihuatanejo a comprar maíz para abastecer a su contingente y para viajar a Jalisco con la misión de entregar correo dirigido al general Miguel Barragán. El ministro de Guerra de Bustamante, José Antonio Facio se enteró de los hechos y tramó la captura de Guerrero.
Cuando le propuso a Picaluga la traición, este se negó y se retiró ofendido. Entonces, Facio le recordó que adeudaba los derechos de aduana del cargamento que transportaba, los cuales ascendían a un monto de 2000 pesos, y lo amenazó con embarcarle el barco y la carga. Prometió perdonarle el adeudo, y aún darle otros 50 mil pesos, y Picaluga terminó por aceptar.

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