viernes, 23 de septiembre de 2016

ARTICULO

Homenaje a Fresia Saavedra
 y su música popular

César González Guerrero
Dedicado a mí hermana Delta y mi hermano Javier, en ocasión de celebrar sus cumpleaños el día 17 y 21 de septiembre, respectivamente. Esperando que al volver a escuchar las canciones a que hago referencia, se acuerden de los días felices que vivimos en nuestro hermoso pueblo Copala. Ese creo, será su mejor regalo. Y como dicen las “dedicadas”: “…esperamos que las bailen y si no las bailan tienen una multa de un cartón de cerveza…”.
No cabe la menor duda que, a pesar del tiempo, hay cosas que no se pueden olvidar, aun que existen sus excepciones. En mi caso y tal vez en varios, están bien grabados aquellos momentos en los cuales nos divertía cualquier cosa, disfrutar la lluvia (o “porrazos” de agua”), jugar con el agua del cielo, bañarse y jugar en el rio, “corretear” por las calles de tierra y empedradas, distraerse con juegos populares, ver la flora y la fauna de un pueblo ansioso de desarrollo, pero mucho más andar por los caminos polvorientos buscando el agua, la leña y el “zacate” para alimentar los animales que nos servían de apoyo como el burro y el caballo.

En nuestra infancia no todo fue tristeza, también había alegrías y momentos de felicidad. Sobre todo al termino de la jornada campesina, al “pardear” la tarde, cuando los diferentes pájaros con sus sonidos te indican que es hora de volver al hogar. Eso no se olvida. Pero tampoco se olvida un pueblo rural como el Copala de aquellos tiempos de los sesentas y setentas, lleno de carencias y necesidades que se cubrían con el optimismo y la fe de salir adelante. Esos son los momentos inolvidables.
A mi mente vienen las tardes en las cuales, al regresar del terreno de mi padre en la comunidad conocida como el Atrancadero, hoy El Carrizo, ubicada a aproximadamente 4 kilómetros de la cabecera municipal, primero acompañado de mi hermano mayor y, años después sólo, escuchando las alegres melodías que el viento nos llevaba a nuestros oídos desde la “bocina” del pueblo. 
Hoy quiero referirme, precisamente, a esos tiempos en los cuales las notas musicales nos daban la oportunidad de saber que no todo fue trabajo, también fue diversión.
Posiblemente, muy pocos recuerdan el nombre de una mujer que se hizo popular en la época de oro de la música latinoamericana, junto con otros grandes compositores e intérpretes como Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas, etc, etc., es por eso que hoy, en el marco de su LXXXIII aniversario de su natalicio considero oportuno recordar a quien en mi infancia, en los años 1960-1967 me dio la oportunidad de escuchar en mi tierra Copala, a través de  la “bocina” propiedad de mi padrino Ismael Peláez, bellas melodías como El Ladrón, El Diablo Anda Suelto, la Niña Exigente, La Niña Preguntona, La Niña Caprichosa, El Aguador, entre otras inolvidables canciones. Que época y que recuerdos.
Fresia Raquel Saavedra Gómez, es una cantante y compositora, cuyo nombre artístico es Fresia Saavedra, conocida como la Señora del Pasillo, nació el 8 de septiembre de 1933, en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, siendo hija de Susana Gómez y su padre el destacado violinista Julio Saavedra,  y contrajo matrimonio con el propietario de la disquera Radio Cóndor, Wacho Murillo, procreando a su hija, la también cantante Hilda Murillo. 
Gracias al impulso de sus padres, Fresia inicia sus presentaciones en un Programa infantil a la edad de 5 años, y después grabó varios temas musicales con Julio Jaramillo cuando este iniciaba su carrera artística. Es autora de más de 35 canciones. Se desconoce si aun vive a esta edad de más de 83 años.
Seguramente habrá alguien que recuerde las populares canciones de la cantante ecuatoriana, considerada como la Reyna de la canción en Ecuador Fresia Saavedra, sus grandes cumbias, porro o guaracha (ahí encontramos el origen del término popular que en Copala se hizo muy famoso: “papaíto”), que no podían faltar en ninguna fiesta o reunión social. Que ritmo, que voz y que mensajes. Si que nuestras paisanos y paisanas disfrutaban cada nota musical.
Para los jóvenes de aquélla época, y para los jóvenes de la época actual, les recomiendo localicen las melodías mencionadas y van a escuchar la música auténticamente popular y disfrútenla como yo, con sus hijos y nietos.
Habrá tiempo para volver a tratar estos temas. Ya veremos.

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