martes, 8 de noviembre de 2016

COLUMNA

 En defensa propia

Apolinar Castrejón Marino
Ya son varios los vengadores anónimos que han entrado en defensa de los ciudadanos, para que no fueran asaltados en las unidades de transporte público.

Bueno, se sabe solo algunos, porque son los que han aparecido en las redes tecnológicas, pero seguramente, a lo largo y ancho del país se habrán suscitado muchos actos en que la gente “se toma la justicia” por propia mano, ante la falta de acciones efectivas de las corporaciones policiacas y “de seguridad”.
El 26 de enero, pasajeros de la línea de transporte Teotihuacanos, dieron muerte a golpes a un delincuente que con pistola en mano, trató de asaltarlos, cuando circulaban en la autopista México-Pirámides.
Eran 20 pasajeros, y empezaron a acosarlo, hasta que en un descuido lograron quitarle el arma. Al verlo desarmado, lo golpearon entre todos, hasta que lo asesinaron, y luego tiraron el cadáver frente al centro comercial “Plaza Sendero”.
El 30 de marzo, en la avenida Chimalhuacán de la colonia “Maravillas” de la Unidad Netzahualcóyot, 2 delincuentes asaltaban una “combi” del transporte público, cuando un pasajero irrumpió en la escena, con un arma de fuego en la mano, con la cual disparó en contra de los asaltantes, logrando matar a uno de ellos, y herir al otro.
El “Vengador de la Marquesa”, que mató a 4 asaltantes con una exhibición de pericia en el manejo de las armas, y con criterio muy sólido para acabar definitivamente con unos delincuentes, que de otro modo, evadirían la acción de la justicia, con los jueces ahogados en la corrupción.
El gobierno del Estado de México inició una cacería para identificar al vengador anónimo, pero no se esperaban que los testigos del hecho, se atuvieran el derecho de decir que “no vieron bien” lo que sucedió, en un acto de agradecimiento hacia quien comprometió su integridad por ellos.
Suman 12 hechos en que los ciudadanos se deciden confrontar a los delincuentes, a pesar del riesgo mortal que esto significa, pero la muerte puede suceder en los dos bandos, y entonces a la fecha, suman a la fecha 19 delincuentes muertos a manos de sus víctimas.
Ante este estado de cosas, el senador del Partido Acción Nacional  (PAN) Julio Preciado ha propuesto modificar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos para que el ejército deje de tener el monopolio de las armas, y los ciudadanos que lo deseen, puedan poseer un arma para su defensa.
Y por el otro lado, tenemos la gran mentira del gobierno con sus programas de desarme voluntario  de los ciudadanos que tengan un arma en su casa, de verdad o de juguete. Es una gran falsedad que la gente en su sano juicio, opte por canjear un arma que mínimamente cuesta alrededor de 5 mil pesos, por una despensa o un libro.
Aunque también es verdad, que hay muchos hombres por cuyas venas no corre sangre, sino atole, que no defenderían a su familia, ni aunque tuvieran una arma.
Desde el presidente de la República, hasta los procuradores y los gobernadores, se pasan haciendo declaraciones y discursos en los cuales afirman que las cifras de hechos delictivos “van a la baja”, pero esos son sus números.
Y hasta se atreven a decirnos lo que “ven” en su bola de cristal, que tal homicidio se realizó por causas pasionales, que otros son por el “efecto cucaracha” y que los más son por “ajuste de cuentas” entre bandas rivales.
Y la gente piensa que si ya saben por qué se hicieron, pues es que ya saben quién los cometió, y entonces ¿Qué esperan para atraparlos?

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