jueves, 5 de enero de 2017

COLUMNA

 Cosmos
 
Héctor Contreras Organista

 POR POCA PARTICIPACION O INDOLENCIA “HEMOS ASESINADO, COMO CAÍN A ABEL, A MUCHOS ‘ABELES”: OBISPO DE CHILPANCINGO
-“Estamos en la ventana del mundo, en el ojo del huracán”, dice el prelado-“Debemos sacar sabiamente incluso del dolor y la muerte estas ganas de vivir”
- “Hay muchos ‘Herodes’ en nuestra patria y en nuestro estado que quieren destruir la vida”.
CHILPANCINGO, Gro.-Sin precisar si su mensaje de la Noche Buena del 2016 lleva destinatario(s), el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, al reprobar los más de 2 mil 200 asesinatos “en este año” (2016) que se han cometido en Guerrero, dijo que “debemos pedirle al Niño Dios que nos enseñe a respetar la vida”.

La polifacética plaza central de Chilpancingo, que al ser desalojada por miembros de la CETEG que la mantuvieron acaparada por más de dos años y que se ha convertido por parte del gobierno en gigantesco tianguis de fritangas y chucherías en perjuicio de la ciudadanía de la capital del estado que no puede hacer uso de ella para solaz y esparcimiento familiar, la noche del 24 de diciembre del año 2016 se convirtió en púlpito de la iglesia católica.
Desde ahí, el obispo michoacano quien pasó su segunda Navidad en la diócesis local, explicó que “la vida nos merece todo respeto, la vida tenemos que cuidarla, la vida la tenemos que proteger, la vida es el regalo más sagrado que hemos recibido del Omnipotente y la vida de cualquier humano, de cualquiera persona, está llamado a llegar un día al cielo, a la gloria de la eternidad”.
Explicó que la oración al Niño Dios debe ser para pedirle que nos enseñe a respetar la vida, y sobre todo, a responderle a Dios como cuando le preguntó a Caín: ¿Dónde está tu hermano?
Caín –dijo el prelado- había asesinado a su hermano Abel, “tenemos que responderle por todos esos ‘Abeles’ que nosotros también hemos asesinado de muchas maneras, posiblemente por nuestra poca participación o posiblemente por nuestra indolencia”, dijo, sin precisar o explicar si hay destinatario o destinatarios de su reflexión en la homilía.
“Por lo tanto –continuó-, que esta santa noche sea nuestra oración al Niño Dios, para que nos enseñe a respetar la vida, amar la vida, a saber perdonar, a ser más tolerantes”.
Salvador Rangel Mendoza, agregó que “Guerrero está en la ventana del mundo, en el ojo del huracán, por esos más de 2 mil 200 asesinatos en este año, la gente en muchos países nos está observando por los medios de comunicación”.
 “Desgraciadamente, mis hermanos, en muchos lugares de México y también aquí, en nuestro querido Guerrero, en nuestra sociedad, estamos cometiendo pecado contra la vida, estamos cometiendo sacrilegio contra el hermano; arrebatándole la vida.
“Desgraciadamente, hay personas que de mil maneras no respetamos la vida, sino más bien la insultamos, y muchas veces nos arrogamos ese derecho maldito de quitarle la vida a otro.
“Saben ustedes que Guerrero está en la ventana del mundo, Guerreo esta en el ojo del huracán, muchos ojos que nos observan en muchos países por medio de los medios de comunicación, están al pendiente qué está sucediendo en nuestra patria, en nuestro estado de Guerreo, y particularmente en estas ciudades que desgraciadamente por esos, en este año, más de 2 mil 200 asesinatos, la gente nos está viendo y nos está observando.
“Por eso, mis hermanos, hoy que es la noche santa, vamos a pedirle al Niño Dios, que nos enseñe a  cuidar la vida, a honrar la vida, porque desgraciadamente hay muchos ‘Herodes’ todavía que quieren matar la vida como la del Niño Dios; hay muchos ‘Herodes’ en nuestra patria y en nuestro estado que quieren destruir la vida.
“Por lo tanto, que esta santa noche se nuestra oración al Niño Dios, que nos enseñe a respetar la vida, amar la vida, a saber perdonar, a ser más tolerantes y sobre todo, responderle a Dios cuando le preguntó a Caín, que había asesinado a su hermano Abel: ¿Dónde está tu hermano?
“Tenemos que responder por todos esos “Abeles” que nosotros también hemos asesinado de muchas maneras, posiblemente por nuestra poca participación o posiblemente por nuestra indolencia.
“Ya para terminar, mis hermanos, en esta noche santa, vamos a pedirle con toda humildad al Niño Dios, que nuestra esperanza no decaiga. El santo padre Francisco dice: No le demos muerte a la esperanza; nosotros debemos sacar sabiamente incluso del dolor y la muerte estas ganas de vivir y esta grande esperanza y confianza en la vida.
“Vamos a pedirle a nuestro Dios que haya paz, que haya fraternidad, que nos quite el miedo, que realmente nazca el Niño Dios en nuestros corazones y podamos entonar el canto de los ángeles: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el señor.
“Decía también la primera lectura que el pueblo que caminaba en tinieblas, que el pueblo que caminaba en sombra de muerte, vio una gran luz. Pues, que en esta tierra de Guerrero, brille esa estrella, brille esa luz, el nacimiento del Niño Dios. Que así sea”.



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