lunes, 23 de enero de 2017

COLUMNA

 Cosmos

Héctor Contreras Organista

INGRESO A LA HISTORIA DE GUERRERO
Hace unos días, en nuestro espacio de facebook, cuando supimos que el gobernador del estado de Nuevo León, conocido como “El Bronco”, anunció que se disminuía el sueldo y la medida aplica a los demás funcionarios de su administración, y al que no lo aceptara que se vaya por donde vino, nos entró, como guerrerenses, envidia de la buena… o de la mejor.

Y no callamos, ¿para qué? Palabras más palabras menos pero dijimos que si Héctor Astudillo hiciera lo mismo, sentaría un magnífico precedente y entraría a la historia de Guerrero.
¿Qué hizo El Bronco, hace diez días?
El periódico El Universal informó que las diversas propuestas suscitadas en torno al aumento al precio de la gasolina, han orillado a tomar decisiones.
Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León dio a conocer la reducción de su salario en un 20 por ciento. De igual manera lo redujo a sus funcionarios y la reducción del 50 por ciento en el pago de la tenencia vehicular.
De 132 mil pesos que recibía ahora son 106 mil pesos. Lo dijo ante empresarios, diputados, alcaldes, y explicó que hablaría con cada uno de sus funcionarios para que en conjunto se apliquen medidas de austeridad, con lo que lograrán un ahorro de 250 millones de pesos.
Se eliminaron los bonos de servidores públicos, que llegaba a 201 mil pesos. Se acabó con los privilegios y no habrá aumento para nadie.
Ayer, en twitter, nos enteramos que Héctor Astudillo, gobernador de Guerrero, se reduce salario.
Ya sus panegiristas de cabecera se encargarán de explicar en qué consiste, y de sí es el “ábrete Sésamo” para que el tocayo no sólo entre a la historia sino que la medida pueda ser la plataforma de despegue para otras opciones políticas.
Tiene la sartén por el mango; sabe a qué aspira como gobernador.
Entre muchos que han ocupado el encargo del poder de Guerrero, algunos lo han usado para bien y su nombre está escrito con letras de oro en la historia del estado; otros han hecho mal uso de ese poder y también están en la historia del señalamiento, del repudio y de lo detestable.
El poder que tiene un gobernante en cualquier parte es el fiel de la balanza para ser grande en estado superlativo, ingresando a la historia, o minimizarse como pasajero de medio pelo en el último cabús, como decía Ruiz Massieu.

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