martes, 21 de febrero de 2017

PRIMERA PLANA

Golpea la hambruna en
zonas de Sudán del Sur 



JUBA.--Tres agencias de Naciones Unidas han declarado una crisis de hambruna en varias zonas de Sudán del Sur, en donde unas 100,000 personas se han visto afectadas  a consecuencia del colapso de la economía y de la guerra. Además, un millón de personas más se encuentran en riesgo y al borde de sumarse a esta crisis alimentaria.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han alertado de la necesidad de acciones urgentes para evitar que más gente muera de hambre. Si se proporciona una ayuda adecuada y sostenible de inmediato, la situación de hambruna puede revertirse en los próximos meses y puede aliviarse el sufrimiento.
Si no se hace nada para frenar la gravedad y la propagación de esta crisis de hambruna, se espera que el número total de personas en situación de inseguridad alimentaria alcance los 5.5 millones en el punto álgido de la temporada de escasez en julio.
Según la actualización de la Clasificación Integrada de las Fases de Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés) que han dado a conocer el gobierno, las  tres agencias y otros socios humanitarios, 4.9 millones de personas –más del 40% de la población de Sudán del Sur- necesitan urgentemente ayuda alimentaria, agrícola y nutricional.
Urge favorecer el acceso humanitario sin restricciones a quienes se enfrentan a la hambruna o están en riesgo de sufrirla. La propagación de esta crisis, solo se evitará si aumenta la ayuda humanitaria y si ésta llega a las personas en las condiciones más vulnerables.
La hambruna afecta actualmente a zonas del Estado de Unidad, en el centro norte del país. Una declaración oficial de hambruna significa que la gente ya ha empezado a morir de hambre. Es la peor catástrofe alimentaria desde que estalló el conflicto bélico hace más de tres años.
“El hambre es una trágica realidad en algunas zonas de Sudán del Sur, y nuestros peores miedos se han cumplido. Muchas familias han agotado los medios que tenían para sobrevivir”, declaró el representante de la FAO en Sudán del Sur, Serge Tissot. “La mayoría de la población son granjeros, y la guerra ha alterado la agricultura. Han perdido su ganado, incluso herramientas. Durante meses ha habido una dependencia total de las plantas que podían encontrar y de los peces que podían pescar”.
La desnutrición es una gran emergencia de salud pública, agravada por los combates, los desplazamientos, el acceso limitado a los servicios de salud y la baja cobertura de instalaciones de saneamiento. El IPC estima que 14 de los 23 condados evaluados tienen desnutrición aguda global en o por encima del umbral de emergencia del 15%, mientras que en algunas zonas está por encima del 42%.
“Se estima que más de 1 millón de niños sufre desnutrición aguda en Sudán del Sur; más de 250,000 niños ya sufren desnutrición grave. Si no les llevamos ayuda urgentemente, muchos de ellos morirán”, explicó Jeremy Hopkins, representante interino de UNICEF en Sudán del Sur. “Instamos a todas las partes a que permitan a las organizaciones humanitarias un acceso ilimitado a la población afectada, para poder ayudar a los más vulnerables y prevenir otra catástrofe humanitaria”.
“Esta hambruna ha sido creada por el hombre. El PMA y la toda comunidad humanitaria hemos intentado evitar esta catástrofe con todas nuestras fuerzas, organizando una respuesta humanitaria de una magnitud que, francamente, habría parecido imposible hace tres años. Pero también hemos advertido que la ayuda humanitaria puede hacer muy poco si no hay paz y seguridad reales, tanto para los trabajadores humanitarios como para las personas afectadas por la crisis por las que trabajan”, dijo la directora del PMA en el país, Joyce Luma. “Seguiremos haciendo todo lo que podamos para frenar y revertir la propagación de la hambruna”.
Los tres años de conflicto armado han perjudicado gravemente a la producción agrícola y la subsistencia rural. El aumento de la violencia desde julio de 2016 ha devastado aún más la producción alimentaria, incluso en zonas que eran estables. La elevada inflación –más del 800% anual- y la fragilidad económica han afectado a zonas que tradicionalmente dependen de los mercados para satisfacer las necesidades alimentarias. Las poblaciones urbanas también están afrontando el aumento masivo de precios de productos alimentarios básicos.
La FAO, UNICEF y el PMA, junto con otros aliados, han llevado a cabo operaciones desde que empezó el conflicto y han intensificado esos esfuerzos desde julio de 2016 para mitigar los peores efectos de la crisis humanitaria. En el estado de Bahr El Ghazal norte, entre otros, el equipo de evaluación del IPC constató que la ayuda humanitaria ha reducido el riesgo de la hambruna.
La FAO ha proporcionado kits de subsistencia a más de 2.3 millones de personas para ayudarles a pescar o sembrar verduras. Además, ha vacunado a más de 6 millones de animales como cabras y ovejas para evitar más pérdidas.
El PMA continúa ampliando su apoyo en Sudán del Sur a medida que las necesidades humanitarias aumentan y espera proporcionar ayuda alimentaria y nutricional a 4.1 millones de personas durante la temporada de hambre en Sudán del Sur este año. Esto incluye alimentos de emergencia, ayuda en efectivo y apoyo nutricional para personas desplazadas y afectadas por el conflicto, así como programas comunitarios de resiliencia y recuperación, y comidas en las escuelas.
En 2016, el PMA proporcionó ayuda alimentaria –incluyendo dinero en efectivo por un valor de 13.8 millones de dólares y más de 265,000 toneladas métricas de alimentos y suministros nutricionales- a 4 millones de personas, una cifra récord. Es el mayor número de personas a las que el PMA ha atendido en Sudán del Sur desde su independencia, a pesar de los problemas que plantea la complejidad del contexto.
El objetivo de UNICEF es tratar a 207,000 niños contra la desnutrición severa aguda en 2017. UNICEF está trabajando con más de 40 aliados y en estrecha colaboración con el PMA para dar apoyo a 620 centros de programas terapéuticos de consultas externas y a unos 50 centros terapéuticos hospitalarios en todo el país, para proporcionar a los niños y niñas el tratamiento que necesitan urgentemente. A través de un mecanismo de respuesta rápido que se lleva a cabo con el PMA, UNICEF sigue llegando a las comunidades en las localizaciones más remotas. Estas misiones de respuesta rápida permiten tratar a miles de niños contra la desnutrición y proporcionarles servicios de inmunización, agua potable y saneamiento, que también previenen la desnutrición recurrente.

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