lunes, 29 de mayo de 2017

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA

HACE MUCHOS AÑOS que la canción “Cuatro Lágrimas” la hicieron famosa “Los Polifacéticos”, grupo musical originario de Mazatlán, Guerrero, municipio de Chilpancingo.
Al parecer, Ernesto Tiburcio Nogueda Pino, quien cuando fue invitado a cantar con el grupo la llevó y la grabó con su voz .
Obviamente que al grabarla, la compañía de la casa grabadora, requería el nombre del autor y a Tiburcio se le hizo fácil decir que él era, así salió a luz pública pero sorpresa que se llevó cuando apareció Roberto Vilchis demostrando que él la había compuesto y hubo un lío judicial en el que se aceptó que el señor Vilchis era el autor poprque en su poder había la documentación de registro en Derechos de Autor.
La canción siguió cosechando éxito, fama y dinero. Nuestra inquietud sobre el tema fue cuando elaboramos el libro “Los Compositores Guerrerenses” (1995, aproximadamente) en Chilpancingo y quisimos saber el nombre del autor. Le preguntamos sobre ello a un compositor muy famoso y su respuesta fue: “Yo la compuse”.
Nuestra experiencia de muchos años en el periodismo y sobre todo en nuestra muy amplia trayectoria radiofónica nos indicó que no, que otra persona era el compositor.
Acudimos a Tiburcio quien con toda honestidad nos dio datos sobre la canción y cómo se proyecto, pero no quedamos convencidos.
Al seguir indagando, nuestros informantes, que son muchos, fueron coincidiendo en la aportación de datos y nosotros hilvanamos la información que nos llevó a entrevistar a la señor Lucy Valdez de Mendoza.
Ella nos dijo que doña Juanita, su mamá, vivía frente al Instituto Mexicano del Seguro Social en Chilpancingo, donde rentaba cuartos y daba de comer a un grupo de jóvenes, entre los que se encontraban José García Murga, Tiburcio Nogueda, Roberto Vilchis, Eleazar y otras personas y que ahí cantaban distinguiéndose como compositor José García Murga.
Nos aportó datos, para nosotros, como reporteros, muy valiosos, sobre todo porque nos interesamos, como cualquier otro periodista, en seguir la huella de una canción guerrerense tan bonita.
Nos fuimos a la costa grande donde nos dedicamos a investigar datos del señor José García Murga quien en realidad fue uno de los grandes compositores que por su modestia componía apero no daba a conocer como suyo la producción que muchos amigos, familiares y paisanos le admiraron y le admiran, después de muerto.
Es decir: Seguimos conjuntando datos para nuestro próximo libro sobre música guerrerense, sus autores y sus intérpretes.
Hace unos días publicamos en facebook, en este espacio un comentario sobre la canción “Cuatro Lágrimas” y de pronto apareció un texto firmado por Roberto Vilchis diciendo que “ya basta de tanta mierda” y afirmando “Yo soy el compositor de cuatro lágrimas”, y amenaza con “pregúntale a Tiburcio cómo le fue”.
A Roberto lo conocí en Ometepec cuando fui a darle posesión como secretario general del SNRP, Delegación Ometepec, a don Vicente Ramírez Sandoval y en un restaurante Roberto Vilchis cantó varias canciones, entre otras “La del Morral”, de la que también se dijo autor.
Estaban ahí varios reporteros de El Universal y muchos compañeros periodistas de Chilpancingo y Acapulco. El responsable de espectáculos de ese periódico, cuando el señor Vilchis se dijo autor de varias canciones, volteó a ver a Rigoberto López Quezada, también reportero de ese periódico y secretario general del SNRP nacional en ese entonces y las miradas entre ellos fueron de extreñeza.
La forma majadera  y grosera en que se expresó en este espacio sobre el uso de la palabreja mierda, don Roberto Vilchis, denota que su forma de conducirse en público es totalmente distinta a quien compone bellezas como “Cuatro Lágrimas”, que es todo un poema. Su conducta más bien indica otra cosas, pero ese es asunto es muy suyo, no nuestro.
Tampoco nos importa “lo que le pasó a Tiburcio Nogueda” cuando lo expresa como amenaza, otra de las actitudes muy extrañas viniendo de un –se supone- destacado compositor.
Como reporteros de hace casi sesenta años, no nos permite admitir amenazas cuando solamente hacemos uso de la Libertad de Expresión e investigamos los orígenes de una canción bonita y exitosa.
¿Es esa canción de don Roberto Vilchis?
Si es así, ¿qué le preocupa y por qué se enoja y se exhibe con un lenguaje que no compagina con quien se supone es culto y escribe y canta poesía?
Se luce ahí, en su comentario, como otro tipo de persona, que nosotros lamentamos profundamente, porque es, esas condiciones, el primer compositor guerrerense que se conduce en forma no educada. Y conste que hemos entrevistado a una gran cantidad de ellos: Bolívar Gaona, el Dr Arturo Neri, Indalecio Ramírez, etcétera.
A continuación reproducimos un texto que nos hizo favor de enviarnos don Gerardo Cabañas Tenorio, a raíz de que este 28 de mayo en nuestro espacio de facebook publicamos una fotografía de José García Murga y como titular de la misma dice. ¿SE ACUERDA DE LA CANCIÓN CUTRO LÁGRIMAS?
Seguimos investigando y cuando hallemos la verdad, seremos lo suficientemente honestos de publicarla, señalando con datos fehacientes quién fue su autor. Les suplicmos lean el siguiente texto:
Gerardo Cabañas Tenorio Claro que sí es mi bien recordado amigo José García Murga, originario del Zapote, municipio de Coyuca de Benítez y auténtico compositor de ésta bonita canción, CUATRO LÁGRIMAS, (aunque la haya registrado otra persona) con quién tuve el gusto de convivir en mis tiempos de estudiante en la preparatoria número 1 de ésta Ciudad Capital, siendo yo compañero de estudios de su hermano Alfonso García Murga, con el que colindaban nuestros hogares ubicados en la calle 13 de marzo (hoy conocido como el viejo libramiento a Tixtla) esquina con Aurora Navia se Millán de la Colonia CNOP Secc. A, de ésta Ciudad Capital, para ser más exacto frente al centro de salud de dicha colonia, lugar donde solía visitar a sus hermanos Alfonso (quien frecuentemente se le escuchaba cantar las composiciones de su hermano José, tales como Triste adiós y la mismísima Cuatro lágrimas, entre otras de sus bellas melodías), Ramiro, Rosa y Federico, en ese entonces estudiantes de la escuela secundaria técnica 130, así como a su cuñada Margarita Torres Marino, empleada de Gobierno. Siendo un día del mes de agosto de1989, la última vez que conversamos (sentados sobre una tumba) en el panteón municipal de Chichihualco, durante el entierro del señor Taurino, papá de su cuñada Margarita.

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