martes, 30 de mayo de 2017

COLUMNA

COSMOS
Héctor Contreras Organista
DON EDUARDO GÓMEZ MENDOZA
Eduardo Gómez Mendoza es un amigo de la infancia. A él y a sus hermanos, la palomilla chilpancingueña (y quién sabe por qué pero hace muchos años), les bautizó con el apodo de “Los Sapitos” o “Los Sapos”.
Una noche de fiesta de la familia Anaya en un centro social de Chilpancingo, debido a que el profesor Baltazar Anaya Rodríguez cumplía años, algunos amigos ahí reunidos saludamos a Lalo quien desde hace años sostiene económicamente a la familia ejerciendo la profesión de mesero en festejos diversos.
Aprovechando un espacio a casi terminar la fiesta le pedimos datos de su familia y con mucho gusto nos dio los siguientes:
Sus padres fueron doña Juana Mendoza Bruno, originaria de Teloloapan; fue su papá don Anselmo Gómez Salgado, chilpancingueño.
Lalo nació el 13 de octubre de 1947, en el barrio de san Mateo.
Entre otros (porque no recordó el nombre de la totalidad de ellos), nos proporcionó nombres de sus hermanos: Alfonso, Margarita, Baltazar, Anselmo, Ismael, Gildardo, Apolonio y Cándida.
Realizó estudios en la Escuela Primaria “Vicente Guerrero” donde cursó hasta el tercer año. A partir de entonces comenzó a trabajar debido a la situación precaria de la familia.
Los trabajos que desempeñó fueron de pintor, peón, empleado de dos compañías refresqueras en carros repartidores y finalmente, gran parte de su vida la lleva ejerciendo como él dice: “la mesereada”.
Es su esposa doña Esperanza Pineda Moyao con quien procreó ocho hijos: Lalo, Américo, José Carlos, Lola, Patricia, Rosario, Margarito y Anselmo.
Cuando le preguntamos quién les puso y por qué el apodo, Lalo explicó que fue a su hermano Alfonso a quien la palomilla le empezó a decir así, “pero después a todos los hermanos nos dicen así, y el apodo se regó en la familia”.
Finalmente comentó que de todos los hermanos sólo viven cinco.

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