martes, 2 de mayo de 2017

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
EL NIÑO DIOS, LOS PASTORES, EL PADRE OSWALDO Y SANTA PRISCA
EL SACERDOTE DON OSWALDO GÓMEZ SANDOVAL, está realizando un trabajo de excelencia como párroco encargado de la monumental, histórica y culturalmente muy valiosa iglesia de “Santa Prisca”, en Taxco.
En ese encargo estuvieron otros renombrados sacerdotes ya fallecidos, como Sergio Giles, en los años 60 y después Don Efrén Neri Rendón, de muy grata memoria en Chilpancingo, porque con el Padre Agustín (M. Díaz), le tocó iniciar el Templo Expiatorio de San Francisco.
EL PADRE OSWALDO GÓMEZ SANDOVAL, realizó un trabajo sacerdotal admirable y ejemplar como párroco de la iglesia del barrio de San Mateo, en Chilpancingo.
Alguna vez (entre varios intentos) que la superioridad clerical lo quiso sacar de San Mateo y llevarlo a Mazatlán, Guerrero, municipio de Chilpancingo, tierra de “Los Polífacéticos” (“¡Cuatro lágrimas rodaron, ya no supe llorar más cuando tus labios dijeron ya te voy a abandonar”, canción de José García Murga, de Mitla, municipio de Coyuca de Benítez), el señor obispo de aquel entonces tuvo que retractarse porque los vecinos protestaron airadamente, hicieron bloqueos y paros de actividades en la iglesia y su grito de batalla: ¡No te lo llevas!... Y no se lo llevó y no lo cambió; lo dejó en el “barrio bravo” (lo de “bravo” fue hace más de medio siglo).
Pero después, ándale: Otra vez contra el padre Os, y ahora sí, lo cambiaron a Iguala, a la iglesia principal.
Puro espejismo, porque a los 15 días, lo mandaron a una iglesita por donde estaba la Estación del Ferrocarril, en el que a Iguala vino Modesta Ayala a pasear desde Tetecala, y ahí quedó arronzado el querido padre Os, zumpangueño admirado y respetable, como condenado por el canijo obispo al purgatorio.
Pero no hubo pex, de su parte, porque, entre otras de sus muchas virtudes, el padre Os es muy humilde pero también de recio carácter y bondad franciscana a toda prueba y aguantó vara.
Aguantó, aguantó sin decir nada. Bueno, misa sí decía, pero los vecinos de San Mateo y muchos chilpancingueños han estado al pendiente de sus actividades sacerdotales con la esperanza de que algún día regrese a “Chilpo” investido como obispo y le canten aquella tonadita de “Bendito el que viene en nombre del Señor”. ¿A poco no sería padre Padre verlo como obispo: Un obispo nacido en Zumpan? Pero, claro, sería de los buenos; no comotros que conozco.
De tal suerte que al visitarlo en Santa Prisca la semana pasada, le planteamos la posibilidad de que en esa iglesia se presente el 24 de diciembre la Pastorela que ofrecimos en el estado de Morelos para los niños de la calle, propiamente a los del Colegio de Alpuyeca, y el padre Os, dijo sí y no sólo eso. De inmediato mandó traer al director del Coro y solamente faltan detalles para que la noche del 24 de diciembre “se acueste” con cánticos de niños pastores al Niño Dios, en santa Prisca de Taxco.
Vemos la certeza del dicho que “nadie es profeta en su tierra”. aquí en Chilpancingo, de donde el que escribe es originario y conoce con lujo de detalles la pastorela, insistimos desde hace muchos años en que su pusiera como principal evento de la Feria de Chilpancingo, en diciembre. Ningún “patronato” y ninguna autoridad eclesiástica o cultural se interesó por ello.
Y a la fecha, menos... con esos funcionarios de la “cultura” que padece el estado de Guerrero.
Hemos tenido ahora la oportunidad de ofrecerla en el estado de Morelos, y ha sido bienvenida y están prestos y con mucha alegría e interés para que allá la presentemos y eso estamos haciendo. Para que a uno le presten atención hay que salir de Guerrero.
Pero no quisimos que del todo quedara fuera del estado; y al no tener aquí en Chilpancingo respuesta de nadie; la hemos ofertado en Morelos y en Taxco al Padre Oswaldo Gómez Sandoval y él con mucho gusto y con visión de lo que puede significar un evento de tal naturaleza para Taxco en Diciembre, ha dicho sí, y ya estamos trabajando con él en ese proyecto.
Por cierto que La Pastorela referida es una analogía de la que comenta Don Ignacio Manuel Altamirano en su novela “Navidad en las Montañas”. Es histórica; es enseñanza, es cultura y es amor a Dios.
Al centro de lo que es hoy el estado de Guerrero llego traída posiblemente por los Agustinos, en el mil 600 y tantos. En la casa de ustedes, mi madre, doña Irene Organista y mis tías Amalia y Carmen, por más de cuarenta años, desde finales de los años 30, ensayaron Los Pastores, y fueron los que por muchos años “acostaron” al niño Dios en la iglesia de la Asunción, hoy convertida en catedral.
Así están las cosas por estos rumbos de Guerrero donde de parte de los jefes se anuncia que hay mucha paz pero la vida cotidiana nos muestra otra cara a través de algunos periódicos.
Pancho Alarcón, el pintor de los carteles de diciembre, jamás dibujó en sus lienzos la imagen principal que da origen al festejo más importante del año y por lo cual se realiza la feria: El Nacimiento del Niño Jesús.
Pintó máscaras, pozole, danzantes, magueyes, mezcal, carrizos, piteros, tlacololeros, cadenas de cempaspúchil, etc y etc, pero “se le pasó” pintar el génesis del festejo: Los Pastores adorando al Niño Dios y acostándolo en un nacimiento de heno o pascli y creo que ni tampoco el artista recuerda cómo se vestían los pastorcitos par ese evento.
En fin... Nadie es profeta en su tierra.
GRACIAS PADRE OSWALDO GÓMEZ SANDOVAL POR NO PERMITIR QUE SE EXTINGA UNA TRADICIÓN TAN VALIOSA.

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