lunes, 29 de mayo de 2017

NOTA

Despedido como alegre campesino
Santiago Melchor a ritmo de música

Javier Francisco Reyes.ACAXTLAHUACAN, PUEB.—Acompañado de las notas musicales del mariachi y de la banda, como auténtico campesino alegre, que sembró amor y amistades, le dieron el adiós a su última morada al señor Santiago Melchor Navarrete a los 79 años de edad, ayer domingo por familiares, vecinos y amigos en el panteón de esta localidad del sur de la entidad poblana.
Distante a 300 kilómetros de Chilpancingo, Guerrero, se encuentra Acaxtlahuacán de Albino Zertuche, era guerrerense de nacimiento, y poblano por adopción, un hombre ejemplo de trabajo hasta los últimos días de su existencia, en los más de 46 años que vivió en esta comunidad.
En los últimos años padeció la diabetes, lo dializaban, pero lo atrapó  la depresión hace ocho meses cuando falleció su señora madre María Leonor Melchor Navarrete
a la edad de 116 años, el 25 de septiembre del 2016.
Durante los ocho meses se le complicó su salud, lo comenzaron a tratar los médicos, pero no logró superar la depresión, eso le causó disminuir su régimen alimenticio, por ende su nivel de vida.
El 26 de junio, exactamente un mes, estaría cumpliendo 80 años, pero ya no los festejó, la muerto lo alcanzó antes de tiempo, dejando a su esposa Gertrudis Castillo Reyes, y ocho hijos, de los cuales tres mujeres, y cinco hombre.
Por azares de la vida, seis están en los Estados Unidos, las tres mujeres y tres hombres, por su situación migratoria, en el funeral, solo estuvo Juana, quien cuenta con papeles de ciudadana americana, acompañada de su hija Kiara, y en Acaxtlahuacán, están los hermanos Samuel y Edilberto.
Falleció el sábado 27 de mayo a las 18:50 horas y ayer domingo 28, fue sepultado, comenzando el recorrido del cortejo fúnebre a las 16:14 horas fue despedido el señor Santiago Melchor Navarrete por familiares, vecinos y amigos de su domicilio particular de la calle Allende del barrio de San Miguel.
Posteriormente se escucharon que redoblaban las campanas de la iglesia de Santiago Apóstol, en donde el sacerdote Nicolás Méndez Alvarado recibió al cuerpo en su ataúd del finado  y oficio la eucaristía de cuerpo presente, en la que hicieron guardia del féretro junto algunos de sus familiares.
De ahí partió el cortejo fúnebre al panteón municipal de esta comunidad poblana,  no sin antes, el mismo sacerdote lo despidió con una cruz de tierra, en donde externó “Polvo eres, y en polvo te has de convertir”.
Era el octavo hijo, falleció a los ocho meses de que se adelantó en el camino su señora madre María Leonor, más conocida como “Mamá Lonchi”, procreó ocho hijos, ahora  también le queda su hermano Abel Francisco Melchor, quien se le vio triste, en voz baja le comentó a este reportero—su sobrino—que ahora si quedaba solo sin hermanos, ni madre.
Para calmarlo en su notorio sentimiento, le externamos “tío aquí tiene a su sobrino y otros más”.
A petición del tío Abel, me solicitó que emitiera un mensaje de despedida y dar gracias a los presentes al que esto, hizo notar que no estaba solo, que estaba su esposa, hijos, cuñadas, sobrinos y amigos.
Durante el sepelio en el panteón, se le puntualizó que se estaba despidiendo a un verdadero campesino alegre,  quien en sus 79 años de edad, supo sembrar amor, al tener una amplia familia, pero también sembró amistad, tanto que esos momentos cruciales que nadie quisiera pasar.
Para reforzar lo externado, hubo espontáneos de personas que ofrecieron sus testimonios de la calidad humana que le caracterizaba a Santiago Melchor Navarrete al dar solidad a muchos vecinos de la localidad y sus alrededores de la Huasteca poblana del sur, además siempre buscaba la paz, que hubiera problemas de ningún tipo, por ello hizo muchas amistades.
Hubo mucha gente presente para despedir “El Güero” como ampliamente era conocido en la localidad y en las inmediaciones, quien llegó a esta parte del estado de Pueblo como comerciante en ganado, como le gustó el lugar y su gente, llegó para quedarse desde hace más de 46 años a vivir, siendo originario de Tehuaxtitlán, municipio de Olinalá, Guerrero.
Con las notas musicales del maricahi y una banda de música, llegaron hasta la tumba del “Cerrito de las Liebres”, confirmándose que era un verdadero campesino alegre, por lo que se le despidió como lo quiso, sin embargo el llanto, las lágrimas, tristeza, invadió en los corazones de la familia y amigos presentes en el último adiós.
Tarde, noche, mañana y hasta el atardecer después de las 16:30 y hasta como a las 19:00, no cesaba la música, entrelazada de sollozos, entre los familiares del pueblo, pero también provenientes de  Chilpancingo, Teticic, municipio de Olinalá, Acapulco, Ciudad de México y otras ciudades del país.
Pese a la irreparable pérdida, seguramente estará en el sequito del Señor, gran arquitecto del universo porque en la tierra fue un hombre de trabajo y supo cultivar y cosechar como un auténtico agricultor.
Descanse en paz tío Santiago. Que Dios lo tenga en su diestra.

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