viernes, 16 de junio de 2017

ARTÍCULO

Luchas en el lodo
Apolinar Castrejón Marino

Hablaremos del deporte de la suciedad y podredumbre que practican la clase politica, y el rebaños de intelectualoides en nuestro país. En algunos familias le llaman “política”.
Este “deporte de masas” es uno de los más caros del mundo, e ironicamente, es financiado por los más pobres del país. No se juega con pelotas, sino con votos, y tampoco hay porterías, ni canastas, sino urnas transparentes.
Este juego, se llama “campaña”, tarda varios meses, y es ampliamente difundido a traves de la televisión, la radio y la prensa escrita. A ultimas fechas, Internet se encarga de difundir a mayor escala este juego.
Aunque la gente ya sabe, siempre es necesario hacer algunas presiciones:
ºEl ciudadano no existe.

ºEn mexico nunca ha habido elecciones.
ºEl PRI siempre va a ganar las elecciones.
ºLa democracia es una herramienta para que los ricos aumenten su riqueza.
ºLa democracia es una herramienta para que los ricos conserven sus privilegios.
ºLas “autoridades electorales” son cuidadosamente seleccionadas desde el PRI.
ºLas “autoridades electorales” son puestas para “legitimar” al PRI.
ºLas elecciones son el gasto más oneroso, financiado por los contribuyentes.
Pasaremos a detallar algunas de nuestras premisas:
La constitución política, establece derechos y garantías para todos los mexicanos, PERO, no hay ningún mecanismo que se encargue de su cumplimiento. Según la ley TODOS SOMOS IGUALES, ¿Usted ha visto que esto se cumpla en la realidad?
En el año de 1929, para terminar con la revolución, se fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR) cuyo objetivo era: “Establecer la democracia, mejorar el ambiente social, y reconstruir el país”, y … organizar y llevar a cabo las elecciones. Le encargaron el gallinero al coyote ¿No?
La democracia suena bien en los discursos: los ladrones hablando de honestidad, los corruptos hablando de transparencia, y los asesinos hablando de respeto a la vida.
Haí tenemos media docena de exgobernadores priistas, perseguidos por la justicia mexicana por robo y corrupción, un centenar de políticos priistas cuyas riquezas rebasan con muchos a los jeques árabes petroleros. Toda una generación de hijos de políticos, a quienes el PRI ha beneficiado con cargos y puestos heredados por sus “papis”. La gente los llama “bebesaurios”.
Lencho Córdoba es la máxima autoridad electoral, es descendiente de un encumbrado político, y fue puesto ahí para defender, aún con los argumentos más cínicos a los candidatos del PRI. El Tribunal Electoral de la Federación cumple la misma función.
Para mantener el equilibrio del poder, y para que no se desborden las pasiones de aquellos que se creen los discursos y las “ideologías”, ocasionalmente, el sistema político, permite que algunos muertos de hambre se conviertan en ricos en alguna diputación, presidencia municipal y hasta gubernatura.

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