ARTÍCULO

Chiste del Gobernador: Voy
a combatir la corrupción

Apolinar Castrejón Marino

Los políticos de cualquier nivel creen que los guerrerenses son unos muertos de hambre, ignorantes, y retardados mentales. Así lo denotan la conducta y los discursos de los visitantes como el secretario de gobernachong y la secretaria del subdesarrollo Chayito Robles.
En fechas recientes, estuvo a punto de dañarse la garganta el secre Osorio Chong, gritando a voz en cuello, que ninguna mujer jamás sería maltratada en el Estado de Guerrero. Y cuando le tocó el turno a Chayito, con la candidez propia de quien fue expuesta públicamente por sus amoríos con un argentino estafador profesional y vividor, dijo que ahora muchas familias podrán dar rienda suelta a sus “bajos instintos”, sin ser vistos por los pequeños de la casa.
Y que además las chiquillas ahora tienen su “cuarto rosa”, con cargo al presupuesto de desarrollo social, en el cual podrán encerrarse con su “amigo con derechos” (y sin obligaciones), a prodigarse todo el amor que les escurra por el cuerpo.
Este tipo de invitados, que están hundidos hasta el cuello en la corrupción,

piensan que esto es normal. En su retorcida mentalidad, creen que es función del gobierno proveer a los hogares de pisos, techos y cuartos. Creen que repartiendo condones, pañales, y trípticos de educación sexual, están cumpliendo con su papel de altos funcionarios.
O tal vez piensen que somos fáciles de engañar, y que no sabemos distinguir los actos públicos de gobierno, de la promoción personal que hacen estos lángaros, con miras a los siguientes puestos públicos: Osorio Chong quisiera ser Presidente, y la Chayo se conforma con seguir  pegada a la ubre del gabinete.
Pero el peor es el gobernador, quien con el mayor cinismo, da las respuestas más estúpidas, a las preguntas más serias que le hacen los periodistas. Por ejemplo, cuando le dijeron que cómo era posible que se manifestara públicamente en contra del alza a la gasolina, y subrepticiamente contrata helicópteros para andar en sus giras. Su respuesta fue:
“Se tuvo que alquilar un helicóptero que es rojito, que es el que sale en las fotografías -y que- no hay otra aeronave que se rente….salvo cuando se requiere por alguna circunstancia de traslado” (¿?)
Al respecto, la agencia de noticias Apro, publicó en el semanario Proceso que el gobierno de Héctor Astudillo, gasta mensualmente gran cantidad de dinero para mantener una flota oficial de tres helicópteros y tres aviones.
A pesar de esto, utiliza helicópteros privados (Agusta A09 rojo y Agusta A09 gris), para desplazarse en sus giras; pero se hace el loco cuando le preguntan el nombre de la empresa contratada, y el costo del servicio que paga su administración, con recursos del erario.
La Ley federal de Transparencia establece la obligación de las autoridades a hacer públicos, los contratos y montos destinados a empresas privadas porque los ciudadanos tienen derecho de saber que gastos realizan los servidores públicos. Si no lo hace, incurre en corrupción.
Como los malos ejemplos cunden rápidamente, otros miembros de su gabinete, también acostumbran desplazarse cómodamente a bordo de helicópteros privados, sin informar el procedimiento de adjudicación, ni monto de los contratos. La misma agencia Apro, investigó que estas compañías ofrecen sus servicios por tres mil dólares la hora. Como quitarle un pelo a un gato ¿Verdad?
Pero lo más chistoso, es que en su declaración realizada en agosto pasado, Astudillo afirmó que en los 23 años que lleva viviendo del servicio público, no posee bienes inmuebles (declaración patrimonial difundida por la iniciativa ciudadana 3de3 en el portal de Transparencia Mexicana y del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco).
No obstante, su esposa Mercedes Calvo, es una exitosa empresaria de la educación privada y propietaria de 12 casas, departamentos, y edificios ubicados en la ciudad de México, Chilpancingo y Acapulco. Ah y también es presidenta del DIF estatal. Aunque nadie les cree, ellos viven felices en un lujoso departamento, ubicado en el exclusivo condominio Torres Costa Victoria, del bello puerto.