lunes, 17 de julio de 2017

NOTA

Heredó de la suegra hacer
y vende pan de tapo y yema

Jorge Octavio Vargas Sandoval.OMETEPEC, GRO.—Una herencia de la suegra que durante 65 años elaboró y vendió el pan de tapo y yema, que se consume con café, leche o chocalate, ahora la nuera se ha quedado con el negocio expendiéndolo en una banqueta, con lo que contribuye al gasto familiar y la formación de tres hijos profesionistas que siguen solteros, pero viven
en la Ciudad de México.
En un encuentro con La Crónica, Vespertino de Chilpancingo,  Aidé Bibiano Pacheco relató que ella aprendió a elaborar el pan de tapo y yema la colonia Villa Hidalgo en Ometepec con su suegra Soledad Ibarra Agama, quien por más de seis décadas estuvo vendiendo el delicioso producto en la avenida principal Cuauhtémoc esquina con calle Nicolás Bravo.
El conocido pan es una tradición comerlo en Ometepec, sobre todo durante las mañanas o noches acompañado de café, leche o chocolate.
En la entrevista, Aidé Bibiano Pacheco, habló de la herencia de panadera, y recordó “Mi suegra antes que muriera decía que tenía como 65 años vendiendo pan, yo llevo dieciséis años, y pues aquí estamos”
Diariamente desde muy temprano llega a vender con su canasto de pan sobre una banqueta de la  avenida Cuauhtémoc y registra buenas ventas.
Con mucha modestia señala “Todos tienen demanda igual, uno es un poquito más económico, el otro es un poquito más carito, que es el pan de yema, el doble yema igual, es que es puro huevo, el pan de tapo es un poco más económico, el que tiene menos huevo”.
Mencionó que el pan es elaborado de manera artesanal y para hacerlo se lleva más de seis horas preparando la masa antes de introducirlo al horno de leña “Los dos son laboriosos pan de yema, pan de tapo, colorado, es el mismo procedimiento”.
¿Cuántas horas ocupa para su elaboración?
Responde “Que sería para preparar un día antes, son dos, tres horas repasa toda la noche para otro día cinco horas más trabajando”; “A tiene que madurar (la masa) reposar toda la noche para en la mañana hacer el pan”.
Luego detalló “Pues elaboramos la masa con harina, panela, huevo, manteca, hacemos la consistencia que queríamos, preparamos harina, todo eso, reposamos toda la noche para el próximo día hacer el pan”.
Agregó “Todo artesanal, el horno es con leña, todo manual”, luego refiere que ella es oriunda de Las Vigas, municipio de San Marcos, pero cuando se casó con su esposo Juan Santiago Ibarra se quedó a vivir en la colonia Villa Hidalgo en Ometepec.
Comentó que con la venta del pan contribuye al gasto familiar y ayudó a que tres de sus hijas lograran una carrera profesional en la ciudad de México donde radican actualmente mientras ella vive con su esposo que se dedica al campo y a la micro ganadería en la colonia Villa Hidalgo.
“Yo soy originara de Las Vigas, municipio de San Marcos, pero me casé en Villa Hidalgo, mi suegra era la panadera Soledad Ibarra Agama, quien murió hace tres años”.
Se siente orgullosa de haber heredado la herencia, porque con ello,  “Claro que contribuyo con el gasto, me da muy buen resultado, tenemos para irla pasando, para el sustento de nuestra casa, mi esposo Juan Santiago Ibarra se dedica al campo y la ganadería”
Él está orgulloso que usted haya continuado con el oficio que le heredó su madre se le pregunta y ella respondió “Claro que si es otro ingreso que entra”.
¿Quiénes de sus hijos aprendieron esta labor?
“Mis hijas, pero salieron, emigraron a estudiar y se quedaron allá en la ciudad de México ”.
¿Son profesionistas ellos, haber cuéntenos?
Contestó “Mi hija Martha Irene que es licenciada en psicología, también sabe el movimiento del pan, mi hija Paulina contadora igual, sabe todo esto mi hija Imelda contadora también sabe todo el proceso del pan y todo eso están en México, no se han casado, son solteras”.
Contó que su suegra tuvo dos hijas pero ellas no aprendieron a elaborar el pan, solo ella y una de sus concuñas que vende pan justo en la esquina donde la extinta panadera doña Soledad Ibarra Agama vendía su famoso producto y cuyo don heredó a sus nueras.

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