viernes, 4 de agosto de 2017

ARTÍCULO

El empleo como factor
del desarrollo económico 
César González Guerrero
La familia González Arcos y de manera muy especial su servidor, expresamos nuestra más sincera Felicitación a la distinguida y estimada Señora Martha Beatriz Lugo de López, en ocasión de cumplir un año más vida el pasado día 29 de julio del 2017 en la ciudad de Chilpancingo, capital del estado. Esperando continúe con su fructífera existencia al lado de sus seres queridos y amistades que la apreciamos.
Toda la vida, en todo tipo de sociedades, el fenómeno del empleo se presenta como una característica fundamental de la economía. Sin el empleo no hay nada. En tal virtud el individuo, sin distinción de sexo, edad, color o religión, siempre deberá ser parte del proceso
económico: desempleo, subempleo, autoempleo o empleo. Es decir trabajar o no trabajar. Producir o no producir.
Y es que finalmente, después del fracaso de la Teoría del socialismo de Carlos Marx, se ha demostrado que es el sistema capitalista, cuya Teoría fue impulsada por el economista Adam Smith el que predomina, no obstante las bondades que ofrece la teoría del Marxismo-Leninismo, en sus etapas socialista-comunista y por tal razón a esta fecha, ningún líder o dirigente de izquierda en México defiende esta teoría.
Para empezar ambas teorías, capitalismo y socialismo,  coinciden y nos enseñan que el factor trabajo es el único que crea riqueza, mientras que el factor capital es el que permite obtener un incremento de la riqueza, al transformar la materia prima en un producto final que en el Mercado está sujeto a las fuerzas de oferta y demanda. Es ahí en donde se observa la realidad económica.
Es en el mercado interno y externo en donde se encuentra el producto de calidad que los consumidores demandan; desde luego es en función de ello que se considera la cantidad a adquirir.  A mayor calidad es mayor la demanda y por supuesto el mayor precio. Eso mismo sucede con la fuerza de trabajo que en el mercado laboral demanda un empleo.
Actualmente, en un mundo globalizado, un aspirante a ocupar un espacio laboral, puede ser competente o no y estará en función de ello su posible contratación. Ya la competencia está en todos los niveles, desde el modesto trabajador que no tiene estudios básicos hasta el que tiene conocimientos, habilidades y destrezas pero sin un documento que lo avale o certifique, o bien el que logra con esfuerzo y sacrificio especialidades con maestría y doctorado. He ahí el problema para obtener un empleo en los tiempos actuales.
A pesar de que ya se sabe que el Trabajo dignifica y es fundamental para vivir o sobrevivir, algunos no lo entienden y mucho menos lo aplican. De ahí la frase popular que dice “…buscas trabajo rogándole a Dios no encontrar…”. Y es que la verdad el desempleo es un fenómeno que cada día se complica debido a que son menos las personas que buscan un empleo con ganas de trabajar. La mayoría de los desempleados solo aspiran a ganar un dinero pero sin realizar algún esfuerzo físico o intelectual.
Posiblemente la experiencia que tanto se exige para encontrar algún empleo no se tiene debido a que nadie quiere experimentar lo que es trabajar. De tal manera que cuando se ofrece un espacio laboral el solicitante con interés de “entrar” al trabajo siempre muestra su total disponibilidad pero no la capacidad y el conocimiento requerido en el trabajo.
Y es que el solicitante por regla general, en su primer empleo, siempre acepta todo. De tal manera que a la pregunta de “¿Qué sabes hacer?” el aspirante contesta regularmente: “…Todo…”; y si se pregunta “… de que quieres trabajar?...” responde “…de lo que sea…”; y más aun “…cuanto quieres ganar?..., el desempleado dice “…lo que sea…”. Es más se da el lujo de no exigir nada a cambio de que si le brinden la oportunidad del empleo.
Sin embargo ya estando en el empleo empiezan los problemas, y es cuando el empleador se da cuenta del error cometido al emplear a alguien que no tiene los perfiles profesiones requeridos, y en consecuencia no se obtiene el resultado o la productividad que la empresa o institución desea. Al final la empresa va la quiebra y se termina el empleo, lo cual impacta en una economía negativa.
Sin duda en México y Guerrero incluido, los tiempos actuales exigen calidad en la enseñanza y el aprendizaje para formar profesionales de excelencia. Y ahí entramos todos, Gobierno y Sociedad. De ahí el slogan del Gobernador Héctor Astudillo Flores: Guerrero nos necesita a todos.
Yo complementaria con dos términos más: capacitados y comprometidos. Ya veremos.

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