jueves, 3 de agosto de 2017

NOTA

El Grifi : 6 pérdidas...seis veces
 en 4 años ha sufrido la soledad
José Molina.--“El Grifi” es un perro que con un hermano, llegaron desde cachorros a la zona del tianguis del mercado “Baltazar R. Leyva Mancilla”, en Chilpancingo. Ha vivido desde hace cuatro años con seis personas diferentes, de los cuales, la mayoría están muertos.
Su último amo fue Andrés, “el cuerudo”, un ayudante de los comerciantes en esa central de abastos, asesinado a tiros durante la tarde del lunes. En vida adoptó al canino y convivió con el casi en todo momento. Lo cuidaba y daba de comer. 
Aquel día,  “El Grifi” pasó más de dos hora junto al cadáver, tratando
de reanimarlo, abrazándolo, como si supiera que no lo vería más.
Los comerciantes afirman que “El Grifi” es un perro popular en la zona del mercado y, tiene poco más de 4 años de edad, pues lo vieron llegar desde cachorro, junto con otro perrito que al parecer era su hermanito.
En ese entonces los dos cachorros fueron adoptados por un par de hombres que también eran hermanos, pero consumían alcohol y drogas en exceso.
Eran conocidos en el tianguis como “Los Sapos”, debido a que estaban “chaparros” y “gordos”. Comúnmente inhalaban una sustancia conocida como “la mona”, pero obligaban también a los canes a respirarla.
De ahí surgió el nombre de “El Grifi” para uno de los animales, mientras que al otro lo nombraron “Grifo”, quien al pasar el tiempo falleció, al parecer como consecuencia de las drogas que lo hacían consumir.
“El Grifi” quedó sólo con “los sapos”, quienes también fallecieron por congestión alcohólica y sobredosis.
Pasó el tiempo y, el canino, necesitado de un amo que le diera de comer y cariño, se acercó a un grupo de personas que acostumbran reunirse en el tianguis, pero a diario se emborrachan.
El grupo era conocido como “la boina negra”, siendo uno de sus integrantes que adoptó a “El Grifi”, pero meses después perdió la vida por alcoholismo.
Los comerciantes relatan que después de esa persona, otro hombre del mismo grupo se hizo cargo del perro, de quien no se separaba casi nunca. Incluso, cuentan, el can dormía entre los miembros del grupo. 
En ese tiempo los locatarios les daban de comer a los dos, pero después dejaron de ver al hombre, sin que supieran qué le pasó. “El Grifi”, quedó otra vez solo.
Meses después, a la zona llegó un joven al que solo conocieron como “charmín”, quien se dedicaba a limpiar parabrisas en los semáforos de la ciudad. También tenía problemas de drogadicción, pese a ello, “El Grifi” se quedó con él durante mucho tiempo.
De la nada, su nuevo amo desapareció. Los comerciantes se enteraron que había aparecido ejecutado en la ciudad.
Ante esta nueva pérdida, “El Grifi” permaneció solo por mucho tiempo, haciéndose cargo de él los comerciantes en su conjunto. Algunos le daban de comer y otros, lo corrían del tianguis.
Finalmente, hace más de un año “El Grifi” se encontró con Andrés, “el cuerudo”, con quien pasaba todo el tiempo hasta que, personas desconocidas le arrebataron la vida a Andrés, el pasado lunes 31 de julio.
El can lloró frente al cadáver del cuerudo, trató de reanimarlo y lo abrazo. Finalmente se acurrucó en su costado y esperó hasta que el cuerpo de Andrés fue levantado por las autoridades.
Así, “El Grifi” quedó sólo una vez más. (API).

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