lunes, 11 de septiembre de 2017

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGNISTA
JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ ALTAMIRANO,
A 60 AÑOS DE SU MUERTE

Es obvio que nuevos ritmos lleguen con cada nueva generación como llegan libros, poetas, literatos, científicos, etcétera.
A nosotros, jóvenes en los años 60 del siglo XX, nos tocó disfrutar de la novedad musical de la época: Musicalmente, el Rock and Rolld, y con ello, The Beatles, Twits, Bossa Nova, etcétera.
Sin embargo, aún sonaba fuerte La Sonora Matancera y estaba apareciendo La Sonora Santanera, aquella cubana y esta mexicana; las grandes Bandas como la de Gleen Miller, ya iban de Salida y Ray Coniff estaba entrando fuerte sustituyendo a Lex Baxter.
Lobo y Melón eran la novedad con todas las clásicas de ese tiempo: Óyeme Cachita, Niebla sobre el Riachuelo, La Sitierita, Botecito de Vela, Que se pare la Bola…
Y amenizaban los grandes bailes Pablo Beltrán Ruiz y su popular melodía “Al Sur de la Frontera”, “Volver a Empezar”; Pepe Castillo, las orquestas
de Arturo Núñez, Ingeniería, Gamboa Ceballos, Pérez Prado y muchos más.
Y pese a todo, la música llamada “regional” estaba igual que los ritmos, en el gusto del público, así como los tríos: Los Tres Ases, Los Panchos, Los Diamantes, Los Tecolines, Los Delfines y estaban apareciendo “Los Santos”, trío muy nuestro, con Rolando Morlet, Lalo Ayala y Diego Alcaráz.
Fernando Rosas, de San Jerónimo El Grande, Guerrero, ya había abofeteado al “Charro Cantor", Jorge Negrete, líder de la ANDA, y por eso nuestro paisano, costeño bravo, no pudo continuar su carrera como dueño de una gran voz. Lo expulsaron y bola negra, para siempre.
Pero en 1957 ya había grabado un disco con las canciones del maestro José Agustín Ramírez, quien falleció en la ciudad de México un día 12 de septiembre de 1957.
Escribió en el diario la Prensa, el poeta ometepequense Juan García Jiménez, que fue encontrado muerto en el callejón de Cañitas, y un bohemio de su estatura, no pudo haber fallecido de otra cosa sino de una “cruda”. Murió en la calle, igual que Juanito Neri, el requinto divino de Los Tres Ases, quien fue encontrado muerto cerca de la XEW, en la calle Ayuntamiento de la ciudad de México, muerto por lo mismo. La Cruda.
Así, es. Han venido ritmos diferentes con cada nueva generación.
Pero, a pesar de ello, la llamada música guerrerense sigue y seguirá prevaleciendo con el sello inconfundible de lo que es nuestro, de lo que en las canciones que suenan a nuestro.
Y lo nuestro es la bella descripción que del paisaje guerrerense hizo, por ejemplo el gran maestro José Agustín Ramírez, quien este día 12 de septiembre cumple 60 años de haber muerto.
Desde siempre, las canciones de Ramírez, viven en el corazón de nosotros, quienes tuvimos la dicha de haber nacido aquí, en esta tierra morena llena de amor.
La música nuestra, sencillamente no tiene igual, y más cuando se canta con el corazón. Esa es la clave. Descase en paz el querido maestro don José Agustín Ramírez.
Te fuiste maestro, pero nos dejaste el tesoro de tu estro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.