martes, 5 de septiembre de 2017

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
MARCO ANTONIO LEYVA HA PUESTO DE RODILLAS
A CHILPANCINGO Y LO TIENE EN ESTADO AGÓNICO

La ciudadanía de Chilpancingo, al parecer, ha llegado este día lunes 4 de septiembre de 2017, al límite de la tolerancia en cuanto a soportar de su autoridad municipal una cadena de errores cotidianos desde que hace dos años, el señor licenciado Marco Antonio Leyva Mena (MALM), se hizo cargo de la presidencia municipal.
La no solución a los problemas de una ciudad que carece de todo tipo de servicios urbanos eficientes y que en violento remolino es arrastrada en anárquico crecimiento, es el sello que caracteriza a
la comuna actual.
En la más turbia y desequilibrada administración municipal que se recuerde en la capital guerrerense, además de la inseguridad, han prevalecido la falta de agua domiciliaria, la no recolección adecuada de basura, la falta de aumento de salario a los trabajadores municipales y más que eso, los engaños, las promesas incumplidas.
Lamentablemente, algunos regidores y síndicos, con evidente deseo político de desempeñar con eficiencia su labor, han entrado en el embudo de la administración del antipopular alcalde MAL y forman parte de ese vacío de poder municipal, porque tampoco han movido un dedo para llamar a cuentas al paralizado presidente municipal que cuando en público aparece no evidencia fatiga, preocupación o interés mínimo por desfacer entuertos.
Este lunes, los comerciantes del mercado “Baltazar R. Leyva Mancilla”, decidieron tirar la basura en la avenida Insurgentes donde se localiza el centro de abastos produciendo un caos por la molestia que produjo la pestilencia y por la antihigiene en contra de los propios comerciantes, de su clientela y de los transeúntes, amén que ahí se localiza el estacionamiento de camionetas de transporte urbano más importante de la ciudad y son miles sus pasajeros.
Fue la noticia del día y comenzaron las protestas ciudadanas por todos los medios con una cascada de preguntas que de paso afectan al gobernador de Guerrero, de origen chilpancingueño y varias veces alcalde de la capital del estado. La pregunta más recurrente es por qué no ha metido las manos para solucionar los problemas de su tierra.
Chilpancingo está frente a un proceso electoral histórico y por la conducta antipolítica y antisocial de Leyva Mena, su partido podría perder la oportunidad de seguir gobernando la sede del primer Congreso de Anáhuac. Por lo demás, también extraña la ausencia en estos conflictos municipales de callejón sin salida, de diputados, senadores, ex alcaldes y ciudadanos que pudieran coadyuvar en poner orden en una administración que ha dejado a Chilpancingo, en un estado agónico.

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