martes, 28 de noviembre de 2017

ARTÍCULO

Las Mentiras Del
Calentamiento
Apolinar Castrejón Marino
En el año 2006 empezó a hablarse del impacto del cambio climático y del efecto invernadero, como un tema de dominio público, y plática de sobremesa.
Esto fue después de que el político norteamericano Al Gore publicó el documental “Una verdad incómoda” en el cual denunciaba el daño que estamos causando a nuestro planeta, que se hace evidente en el derretimiento de los polos, el  aumento del nivel de agua en los mares, y el aumento de las extensiones de desierto.
Sus asesores le habían aconsejado probar una nueva personalidad, para incrementar su popularidad. Y muy colmilludo don Al Gore, se esmeró por crearse una imagen de un naturalista, preocupado por todas las formas de vida.  
Mandó hacer videos de excelente calidad que demostraran, la extinción de muchas especies de seres vivos, “tomas” espectaculares del desprendimiento de glaciares, sequías de proporciones bíblicas, y  voraces incendios.
Muy poco se necesitaba para asustar a la gente con la amenaza de
la supervivencia de los seres humanos. Y en medio de toda esta vorágine creada, la figura de Al Gore que se alzaba como el salvador.
Efectivamente, su popularidad subió como la espuma, y además recaudó la nada despreciable cantidad de 24 millones de dólares en Estados Unidos con la venta de los derechos de autor de sus materiales. Luego  obtuvo varios premios, entre los que podemos contar: Un Grammy (álbum mejor hablado), y dos Óscares (mejor documental y mejor canción original).
Al año siguiente recaudó otros 26 millones de dólares, y también fue galardonado, junto al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, con el premio Nobel de la Paz, “por los esfuerzos realizados para construir y difundir un mayor conocimiento sobre el cambio climático provocado por el hombre”.
Sin tener conocimiento propio del asunto, la gente estaba convencida de los daños de la contaminación ambiental, en la salud de los seres vivos y de la destrucción de la naturaleza.
Es evidente que las cuestiones sobre el cuidado de nuestro planeta, y concientizar nuestros hábitos de consumo, siempre debieron ser una prioridad para toda la sociedad, pero los gobiernos debieron frenar la creación de una necesidad: ser ecológico o “ecofriendly”.
Y alguien debió advertirnos que solo se trataba de una campaña política. Al Gore es un político, y abogado que colaboró como vicepresidente durante la administración de Bill Clinton. Posteriormente,  fue candidato del Partido Demócrata para la elección presidencial de 2000, cargo que le ganó George W. Bush.
Porque el 30 de noviembre de 2009, un grupo de hackers mostraron documentos y correos electrónicos que durante 10 años habían intercambiado, científicos y ambientalistas, en los cuales se lee que el calentamiento global es simplemente un ciclo natural y necesario, por el que debe pasar el planeta, y el sistema solar; y no una cuestión antropogénica.
Luego hubo más detalles: La manipulación de datos, por la Unidad de Investigación Climatológica (CRU) de la Universidad de East Anglia, quienes modificaron las cifras en beneficio de las negociaciones que sostenía con las multinacionales Siemens y Exxon.
En 2007 apareció el documental “La gran estafa del Calentamiento Global” en el cual se demuestra que la teoría del Calentamiento Global causado por el hombre es un engaño, y afirma que está motivada por factores financieros, políticos e industriales.
Y denuncian que la primera ministra británica Margaret Thatcher promovió este punto de vista sobre el cambio climático con la finalidad de promover la energía nuclear, y reducir el impacto de las huelgas en la industria de carbón.
Asimismo, el documental denuncia que el movimiento medioambiental solo buscaba frenar el desarrollo de los países subdesarrollados. Algo muy comprensible ¿No?

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