miércoles, 22 de noviembre de 2017

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Rolando Aguilar.ACAPULCO., GRO.-En la guerra por la amapola, al menos 15 grupos delictivos se pelean por el control de la zona serrana de Guerrero, lo que ha detonado la escalada violenta en la región, de acuerdo con autoridades locales.
“Nosotros tenemos detectados 15 grupos delictivos que son los que se pelean el control del cultivo de la amapola en la sierra de Guerrero, siendo los más importantes los locales, Los Rojos de Chilpancingo, que buscan crecer hacia Iguala y Chilapa; Guerreros Unidos,
que a pesar de que sus principales jefes se encuentran detenidos, siguen controlando el corredor Iguala-Cuernavaca y hacia el Estado de México; Los Ardillos, que se ubican en Chilapa y quienes controlan la entrada y salida de La Montaña de Guerrero”, asegura un jefe de Seguridad Pública, quien prefirió omitir su nombre por temor a represalias.
“Entre estos grupos delictivos hay muchas divisiones y creaciones de nuevos grupos, te pongo un ejemplo, en San Miguel Totolapan el control lo tenía El Tequilero, y parte de su gente era de El Pez”.
A raíz del problema que hubo con el secuestro del ingeniero Isauro de la Paz Duque, en San Miguel Totolapan, El Pez tomó el control de la plaza, haciendo a un lado al Tequilero, y ahora surgió otro lider identificado como Pineda, quien también pelea el control.
“A su vez ellos trabajaban al principio para La Familia Michoacana, y después decidieron formar su propio grupo”, afirma el mando policiaco.
“Originalmente Raybel Jacobo Almonte (El Tequilero) y Johnny Hurtado Olascoaga (El Pez) trabajaban para La Familia Michoacana, decidieron desprenderse del grupo y forman su propia organización, donde El Tequilero era el jefe; sin embargo, a la menor oportunidad, Johnny Hurtado ( El Pez ) se separa y forma su propio grupo, lo cual lo vuelve un enemigo acérrimo del Tequilero”.
También hay dos grupos originarios de Michoacán, lo que resta de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, alguna célula de los originales del Cártel del Pacífico, quienes de hecho fueron los que trajeron la semilla de amapola en los años 70. Ésos son los más importantes, de ahí han surgido pequeños grupos que se desprenden de los más grandes.
En el caso de Guerreros Unidos, formado por gente que estaba con los Beltrán Leyva, la situación es más complicada. A pesar de que este grupo delictivo fue casi desmembrado por las autoridades, pues muchos de sus integrantes fueron detenidos por su participación en el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, continúa operando y hasta es posible que siga creciendo.
Autoridades de seguridad afirman que los problemas que se enfrentan en Guerrero en gran parte ocurren en las salidas naturales de la droga, bajando de la sierra o de La Montaña de Guerrero.
Al principio el problema era la bajada de la sierra hacia la Costa Grande, camino que llevaba a San Luis, San Pedro y San Luis de La Loma. Después se buscaron otras rutas de salida hacia varias zonas de la Tierra Caliente, hacia Michoacán, la zona norte del estado e inclusive la zona centro, en caminos que llevan a Chichihualco y al mismo Chilpancingo.
Un informe dado a conocer públicamente por la DEA señala a Guerreros Unidos como un peligro, por su forma de operar y su crecimiento y control para llevar heroína a Estados Unidos. Este grupo delictivo está formado por gente del grupo de los Beltrán Leyva, quienes se quedaron desamparados cuando su jefe fue abatido por la Marina en Cuernavaca.
Pero han seguido la línea que les había marcado su exjefe, de tener mucho control sobre los territorios y ser sanguinarios con sus enemigos.
Hasta ahora se tienen detectados que pelean por el territorio restos de los Beltrán Leyva, Los Caballeros Templarios, La Familia Michoacana, Los Ardillos, Los Rojos, Los Jefes, Guerreros Unidos, Gente Nueva, Los Tequileros, El Pez, Cártel del Sur, Cártel Independiente de Acapulco, La Barredora, Cártel del Pacífico, Cártel Jalisco Nueva Generación.
Para un mando militar de Guerrero, lo que ha complicado la lucha contra estos grupos del crimen organizado es su fragmentación.
“El ejemplo más claro es que al desaparecer Beltrán Leyva, muchos de los que trabajaban con él decidieron hacerse independientes y formar su propia organización. Repentinamente, de tener un cártel, ahora surgen cinco o seis”, explicó.
lucha campal
Todos estos grupos buscan el dominio de la producción de droga y sus rutas de transporte.
Están implicados dos cárteles: el del Pacífico, y el Jalisco Nueva Generación.
También remanentes de los cárteles de los Beltrán Leyva, Los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana.
La mayoría son grupos locales que alguna vez trabajaron con uno u otro cártel.
Entre elos están Los Ardillos, Los Rojos, Los Jefes, Guerreros Unidos y Gente Nueva.
También se tienen detectados a Los Tequileros, El Pez, Cártel del Sur, Cártel Independiente de Acapulco y La Barredora.
Su cultivo da impulso al desarrollo comunitario
El cultivo de la amapola en el estado de Guerrero ha servido para financiar el desarrollo económico de la zona de la sierra desde los años 70.
Los cultivos básicos como el maíz, frijol, jitomate o caña sólo sirven para la subsistencia, pero los gastos fuertes, como la compra de vehículos, la construcción de casas y hasta las fiestas familiares se financian con las ganancias del cultivo de la flor de la amapola.
Autoridades calculan que en la sierra de Guerrero unas mil 287 comunidades dependen del cultivo de la amapola, lo que genera unos mil doscientos millones de pesos por la venta de la goma de opio.
En México, el primer lugar en producción de amapola lo ocupa Guerrero, lo que ha provocado una gran crisis de seguridad en casi todas las regiones del estado por la disputa por las rutas, el control y venta de la droga.
Para Rigoberto Acosta González, dirigente del Consejo Regional de la Sierra de Guerrero (Cresig), se necesitan mayores apoyos.
“Hace falta más desarrollo en la zona, se requiere mayor atención por parte de los gobiernos estatal y federal, hace falta más infraestructura”, asegura el dirigente.
La inseguridad en la sierra trae más problemas, pues afecta al sector educativo, que está casi abandonado.
“A los maestros se les complica subir a las comunidades donde tienen que ir a dar clases, lo mismo pasa con el sector salud, hay clínicas en comunidades abandonadas, los médicos y enfermeras no quieren subir a ciertas zonas”, explicó.
“Hace falta mayor inversión para impulsar el cultivo del aguacate, la ganadería, el sector forestal, que la Sagarpa invierta más recursos, de esa manera la gente tendría mayores ingresos”, consideró Acosta.
El gobierno del estado, aseguró, les pidió apoyo para elaborar un plan de acción económica para la sierra, lo cual les da esperanza de que llegarán recursos y habrá seguridad para la gente.
Sobre los casos de militares o policías federales que llegan a destruir plantíos de amapola y salen mujeres a agredirlos y defender los campos cultivados , aseguró que  es un grave problema social, pues la gente siente como suyo, parte de su realidad, estos sembradíos.
“Debemos de recordar que desde hace décadas el cultivo de la amapola forma parte del desarrollo de la sierra, si repentinamente se le quitara a toda la gente los ingresos que perciben por ello, estaríamos ante un grave problema para subsistir”, señaló.(excelsior.com.mx).

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