martes, 30 de enero de 2018

ARTÍCULO

La Constitución
Política Mexicana
Apolinar Castrejón Marino
Hoy hablaremos de la constitución, pero como preliminar, queríamos saber si los jóvenes saben que es esto. Acudimos a la biblioteca pública, y le preguntamos a un bibliotecario, si los niños y los jóvenes suelen “investigar” estos temas.
El trabajador hizo algo mejor. Nos contó una anécdota que le sucedió recientemente con 3 jóvenes estudiantes del Colegio de Bachilleres. Le dijeron que estaban haciendo un “proyecto” del constitucionalismo mexicano, y el los llevó a los estantes donde está la colección de libros de Derecho.
Por cierto, nos dijo que todos los libros de derecho con que cuenta la biblioteca, están agrupados y ordenados en un solo lugar, con el número 340. En la biblioteca de
Chilpancingo, existen aproximadamente 200 libros de derecho de todos los niveles, los cuales ocupan todo un estante.
Cabe precisar que si los libros están convenientemente reunidos en los estantes, y que hay un catálogo de fichas, con tarjetas de autor, título y materia por cada libro, pues los usuarios pueden fácilmente “investigar” cualquier tema o asunto, por sí mismos.
Pero en el caso que comentamos, los jóvenes insistían que el bibliotecario les diera el libro adecuado “para más rápido”. Con las técnicas que dominan los bibliotecarios, nuestro amigo ubicó varios libros que tratan del derecho positivo mexicano, de las diferentes constituciones que ha tenido nuestro país, y de la historia política de México.
Les mostró los libros a los jóvenes, y ellos los tomaron con cierto desgano. Al ver que solo los hojeaban, sin acertar a leer nada en especial, les preguntó: ¿No les sirven? bueno, vamos a ver otros. Los condujo a otro estante donde se encuentran los libros de educación, bajo la clasificación 370.
Ahí, el bibliotecario tomó un libro de ciencias sociales, de 2° grado de secundaria. Consultó el índice, y ubico la página donde se encuentra la promulgación de la constitución, y se las mostró a los jóvenes.
Ellos revisaron ligeramente la lección, y de inmediato se dieron cuenta que “si les servía”, y se fueron al área de fotocopiado –porque ya ni escriben–. Aquí la cuestión es que los jóvenes, no entienden, no comprenden los materiales que corresponden a su nivel escolar.
En la anécdota que nos contó el bibliotecario, los jóvenes decían ser del 3er grado de bachillerato, y como es lógico, les mostró libros de ese nivel. Al percatarse que los jóvenes no entendían esos libros, les mostró otros de un nivel bastante inferior (secundaria), y a esos sí pudieron entenderles.
El bibliotecario los atendió convenientemente pero, ¿Realmente los ayudó? ¡Claro que no! Esos jóvenes cumplieron con la tarea, pero no entendieron nada de lo que presentaron.
Digamos que el tema de la constitución es realmente difícil para niños, jóvenes y adultos. Todos tenemos la percepción de que es algo fantásticamente bueno, porque en la escuela nos aseguran que la constitución, es el conjunto de derechos y deberes de todos los mexicanos.
Los políticos nos aseguran que vivimos en un régimen de derecho, y que “…nadie está por encima de las leyes”. En los libros de historia encontramos reseñadas las luchas de héroes y caudillos, para que tuviéramos una constitución.
Pero ¿Y entonces? ¿Por qué hay tanta violencia, inseguridad y corrupción? ¿Las leyes no pueden erradicar, y prevenir estos males?
Sucede que la constitución mexicana es la más “manoseada” de todo el mundo. Los políticos han eliminado sistemáticamente los artículos que defendían los derechos de los ciudadanos, y al mismo tiempo, han multiplicado los derechos que protegen a la riqueza y al poder político.
Desde luego, hacen esto con sigilo, al amparo de las tinieblas, y en complicidad, como acostumbran los bandidos. Nada sabe la gente de esas “reformas” que se hacen a la medida los políticos.
Resultado: que en la constitución hay muchas leyes que protegen a los políticos malhechores, principalmente saqueadores; desde el Presidente de la república, hasta los presidentes municipales, pasando por gobernadores, diputetes y senadores.
Andan por ahí, regodeándose impúdicamente con su riqueza mal habida, a sabiendas que no hay leyes que los puedan castigar. Viven dándose vida de reyes, a costa de los impuestos que nos descuentan religiosamente.
Para redondear el asunto, están ahí los ministerios de justicia, que son verdaderas cuevas de Ali Babá, con sus 4 mil ladrones, en donde se consiente a los asesinos, violadores y ladrones…que tengan suficiente dinero.

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