viernes, 11 de mayo de 2018

POLICRÓNICA

Multicrimenes…Nunca antes en un proceso electoral se había manchado con mucha sangre con tantos crímenes de los actores de los diversos partidos políticos en Guerrero, no hay una cifra exacta de los caídos en 9 meses que lleva el proceso electoral que termina el 1 de julio.

Por ahora ninguna autoridad de los tres niveles cuenta con un registro exacto de los asesinatos sólo de políticos, antes y durante de la selección de los candidatos que participan en el proceso electoral concurrente 2017-2018. Sin embargo en términos generales en dos años  y medio que lleva el gobierno de Héctor Antonio Astudillo Flores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se cuantifican más de 5 mil  crímenes dolosos, en la que están incluidos al menos seis periodistas, es una cifra récord, pese a ello todavía se atreve a señalar que no ocurre nada y para justificar su gobierno todos los asesinatos los criminaliza afirmando que de alguna manera tenían vínculos con la delincuencia. Quienes han hecho la cuantificación a vuela de pájaro de los asesinatos en Guerrero han sido los diversos medios de comunicación, en tanto los tres niveles de Gobierno, prefieren callar y hasta esconder las estadísticas de la realidad violenta que se está viviendo en territorio suriana. Lo bueno que los medios informativos se interesan en darle seguimiento y ofrecer algunos  datos aproximados de los hechos sangrientos en términos generales, específicamente de quienes se dedican a la política, que hoy en día es un tema que ha cobrado mucho ruido, como nunca antes había sucedido en medio de un proceso electoral. En este recuento mediático, unos difunden que se han registrado del 8 de septiembre del 2017 a mayo del 2018, que se han presentado 20 asesinatos, otros 18 y otros más 14, solamente de aspirantes, precandidatos y candidatos, pero de manera global en lo que va de la administración astudillista supera a los cinco mil crímenes dolosos, en que se suman también por lo menos seis periodistas. Sin embargo, solo podríamos escribir de los aspirantes a cargos de elección han sucumbido ante la violencia en menos de dos años; diez de ellos fueron asesinados en pleno desarrollo del proceso electoral 2017-2018, que inició el pasado 8 de septiembre. El listado, realizado desde el año 2016 a la fecha, demuestra que la militancia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha sido la más perjudicada por los embates de la violencia, con un total de diez crímenes. El primer caso de una serie de asesinatos, inició con el exalcalde de Pungarabato (Ciudad Altamirano) Ambrosio Soto Duarte, el 24 de julio de 2016. El edil fue emboscado mientras se transportaba del poblado de Riva Palacio, municipio de San Lucas, Michoacán, a Ciudad Altamirano. Fue hasta el año siguiente que los ataques contra políticos se desencadenaron, tras el asesinato del exdiputado local Roger Arellano Sotelo en la cabecera municipal de Acapetlahuaya, el 9 de abril. Diez días después, se registró el secuestró del ex diputado federal perredista Catalino Duarte Ortuño, quien desde esa fecha se encuentra desaparecido hasta la fecha nada se sabe de su paradero, si vive o está muerto. Una semana después, se registró una nueva baja para el PRD, con el asesinato de su secretario general, Demetrio Saldívar Gómez. Ese mismo mes, el 24 de mayo, fue atacado a balazos en las puertas de su negocio en Ciudad Altamirano, el ex diputado local perredista, Eli Camacho Goicochea, quien buscaba ser nuevamente candidato a la alcaldía de Coyuca de Catalán. Ya dentro del proceso electoral (que inició el 8 de septiembre) se registró un nuevo crimen, el del coordinador regional de Movimiento Ciudadano (MC) en Tierra Caliente, Ángel Vergara Chamú, quien fue asesinado al interior de su vehículo en la zona norte Chilpancingo, el 27 de septiembre de 2017. El 9 de octubre, el exalcalde de Zitlala en el periodo 2012-2015, Francisco Tecuchillo Neri, fue secuestrado y cinco días después, el cuerpo fue hallado degollado en el municipio vecino de Chilapa de Alvarez. Por la saña con el que fue cometido, el crimen de Ranferi Hernández Acevedo fue uno de los que más conmocionó a la clase política. El exdirigente perredista y aspirante a la diputación federal por el distrito 06 de Chilapa de Alvarez, fue incinerado al interior de su vehículo, junto con su esposa y suegra, en un tramo de la carretera Chilapa-Ahuacuotzingo. Otro de los crímenes cometidos en la zona centro de Guerrero, fue el de Armando Arturo López Solano, aspirante a la alcaldía de Quechultenango por Movimiento Ciudadano.  El año pasado cerró con dos asesinatos más, el de Adolfo Serna Nogueda, aspirante del PRI a la alcaldía de Atoyac y de Arturo Gómez Pérez, quien buscaba reelegirse en la presidencia municipal de Petatlán. Entre los casos más recientes, se encuentra el de Victoria Jaimes Moctezuma, precandidata del PRD a la diputación local por el distrito 25 de Chilapa de Alvarez. La dirigente perredista fue ultimado a balazos al interior de un restaurante de su propiedad, en ese municipio. Cuatro días después de ese hecho, 24 de febrero, la dirigencia del PRI, informaba que una de sus militantes en Chilapa de Alvarez, había sido hallada en la caja de una camioneta pick-up, en el tramo carretero Chilapa-Atzacoaloya. Ella, Dulce Nayeli Rebaja Pedro había sido precandidata a la diputación local por el distrito 25. Siguiendo el orden cronológico, el aspirante a la alcaldía de Zihuatanejo por el PRD, Homero Bravo Espino fue ultimado a balazos la noche del viernes 2 de marzo en la comunidad de Barrio Viejo. El mes pasado, Edel Chona Morales fue víctima de un ataque armado por sujetos desconocidos por la carretera federal Acapulco-Tierra Colorada. La versión oficial, al menos de la dirigencia priista, fue que el aspirante a diputado sufrió un intento de asalto y no un ataque directo.Al cierre del mes, el 30 de abril, la candidata de la coalición Por México al Frente, Azucena Salazar Pineda denunció que un grupo de sujetos armados, interceptó un vehículo de su propiedad, que era conducido por colaboradores. El último caso, tuvo que ver con el candidato del PRI a la diputación local por el distrito 17 de Coyuca de Catalán, Abel Montúfar Mendoza, quien fue hallado muerto en el interior de su vehículo, el pasado 8 de mayo. Las autoridades estatales, no han dado a conocer una versión oficial del crimen del priista, que ayer jueves fue sepultado en el panteón central de Chilpancingo. En donde los hermanos sentenciaron que no quedará impune. Es un recuento a vuela de pájaro, y en torno a esto, lo único que ha hecho el actual mandatario Astudillo Flores es condenar, y en la mayoría de las veces los criminaliza afirmando de que  por algo les habría pasado, podrías estar vinculados con algunos criminales. La mayoría de los casos los relaciona el gobierno estatal cometido por el crimen organizado, una manera fácil para zafarse de los aberrantes hechos sangrientos.…¿Relanzamiento?...Es una verdadera falacia, el relanzamiento del candidato presidencial  “Juntos por México”, José Antonio Meade Kuribreña y chamarra roja, inicialmente no quería saber de ese atuendo. El domingo 6 de mayo, en la ciudad de México, y frente a un escenario de posibles derrotas en todas las elecciones del próximo 1 de julio, Enrique Peña Nieto, como líder real del PRI, tomó la decisión de hacer conciliar al partido con el candidato ciudadano José Antonio Meade Kuribreña luego de que, durante cinco meses de precampaña y campaña, cada uno andará en rieles distintos. Más a fuerzas que de ganas, Meade Kuribreña se puso la chamarra roja y aceptó que pusieran el logo del PRI en el escenario que instalaron este domingo en la sede nacional del partido como parte de su relanzamiento. Aunque un día antes, en Poza Rica, Veracruz, se vio obligado a recibir el apoyo de uno de los personajes más denostados del priismo por su riqueza inexplicable y denuncias de corrupción: Carlos Romero Deschamps, quien le prometió el voto de los petroleros. El relanzamiento de la campaña de Meade Kuribreña, sin embargo, no fue como esperaban en el PRI que había anunciado la llegada de 10 mil militantes a la sede del partido y solo llegaron tres mil. Este famoso relanzamiento es un intento de conciliar la campaña de Meade Kuribreña con el PRI, lo cual quiso evitar a toda costa, durante meses, el propio candidato presidencial y su equipo coordinado por Aurelio Nuño Mayer. El fracaso del experimento del “candidato ciudadano” encarnado por José Antonio Meade Kuribreña, que implicaba el alejamiento vergonzante del PRI por los escándalos de corrupción, obligó a realizar un cambio en la dirigencia del partido con la salida de Enrique Ochoa Reza y la llegada de René Juárez Cisneros. Desde el interior hay voces en el PRI afirmaron que la oferta de dirigir al partido durante el resto de la campaña, se la hicieron a Miguel Ángel Osorio Chong, en un intento de reconciliación tras el revés que sufrió el exsecretario de Gobernación en su intento por ser el candidato presidencial. Aunque la propuesta fue rechazada, René Juárez Cisneros, amigo y aliado de Osorio Chong y Peña Nieto, fue puesto al frente del PRI para tratar de cerrar la cicatriz. No obstante, con el relanzamiento de Meade Kuribreña, en realidad parece que la meta del PRI y del peñismo es asegurar posiciones en las cámaras de diputados y senadores, así como algunas de las ocho gubernaturas en juego, las diputaciones locales y las presidencias municipales. Al interior del partido y de la oficina presidencial, al parecer tienen encuestas que indican que ya nada se puede hacer ante el desfonde de la campaña de Meade Kuribreña, quien está muy lejos de Andrés Manuel López y de Ricardo Anaya. De ahí que el plan de relanzamiento en realidad sea rescatar el mayor número de votos en la elección presidencial a fin de contar con más diputaciones y senadurías. El PRI tiene ante sí uno de los peores escenarios de su historia como partido en el poder. Si pierden la elección presidencial, las ocho gubernaturas más la Ciudad de México, y consiguen unas cuantas decenas de diputaciones y senadurías, podría convertirse en cuarta fuerza nacional.  El papel que estará jugando como nuevo dirigente nacional del PRI que entró de última hora, el guerrerense ex gobernador, René Juárez Cisneros, es hacerla de sepultutero, experto en esas actividades, porque por su culpa en Guerrero estuvo desgobernando el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a partir del 2005 con el empresario Carlos Zeferino Torreblanca Galindo. Esa pesadilla duró 10 años y medio, gracias a Juárez Cisneros que entregó el poder a la oposición y ahora no será la excepción con la presidencia de la república, pero a nivel nacional. El sepulturero del “Negro” Juárez Cisneros lo hará con mucho gusto, porque en menos de 50 días no podrá remontar para conquistar el triunfo de  éste personaje impopular Meade Kuribreña quien carece de discruso político y carismo ante los posibles electores mexicanos.

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